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Bajamos del auto y me apoyé en la delantera de éste, ella me imitó pero con la diferencia que se subió sobre el capó, la miré y observaba el lugar como si le trasmitiera alegría y para mí era todo lo contrario, supongo que es porque ella no lo arruinó y no se siente culpable.

Madelaine: ¿qué miras? – dijo sin quitar su vista del lugar

: A ti – respondí suave

Madelaine: ya – hizo una pausa – tienes un lugar precioso frente a tus ojos y pierdes tu tiempo mirándome

: Solo estoy mirando lo que parece más hermoso aquí y en cualquier parte

Madelaine: ¿en cualquier parte? – Dejó salir una tímida risa – estoy segura que en la gran ciudad encontraste cosas mejores que mirar

Suspiré y me quedé en silencio por unos minutos para analizar sus palabras. He estado en muchos lugares estos últimos años, he conocido los países de los que toda la gente habla. He dormido con varios tipos y con varias mujeres también, orgasmos no me han faltado, ni pretendientes, pero conexión y amor real nunca he vuelto a encontrar. En ninguna parte. Y duele darme cuenta de que después de todo este tiempo todavía no hay nadie que me haga sentir al menos una parte de lo que me hizo sentir ella, que quizás el peor error que cometí fue haberla perdido.

Después de ese silencio incómodo ella bajó del capó y entró al auto, pensé que se iba a ir porque no le respondí pero solo tomó algo y volvió a salir, cuando me mostró que era, me dio un poco de risa

: ¿Una petaca? – Reí - ¿qué tiene?

Madelaine: whisky

: Solo tomabas whisky cuando querías terminar en un coma etílico pero supongo que quizás las cosas han cambiado

Madelaine: las cosas han cambiado definitivamente – y me miró – pero esto no, realmente ahora me gustaría perder los sentidos

: ¿Tan mala compañía soy? – se formó un silencio - ¿o es porque no respondí ese "en la gran ciudad encontraste otras perras con las que olvidarme"?

Madelaine: yo no dije eso – respondió para luego dar un largo trago a ese whisky

: Pero es lo que querías decir

Madelaine: en tus sueños

: ¿Por qué no lo aceptas? Te pone celosa pensar en ello – dije mostrando una sonrisa de suficiencia

Madelaine: no, no me pone celosa

Sabía que se estaba irritando, la conozco, me gustaba esa sensación, era como volver atrás, era como si siguiera siendo mi pequeña Madi.

: Oh bueno entonces no te molestará que te hablé sobre la aventura que tuve con una Francesa, tenía ojos verdes y unas piernas qué – no pude terminar porque su voz me interrumpió

Madelaine: cállate

: ¿Nada de francesas? Está bien, bueno hubo un tipo se llama Camilo, era bailarín, ya te imaginas lo bueno que – y volvió a callarme

Madelaine: qué te calles la puta boca

: ¿Por qué? – pregunté con una sonrisa ganadora mirándola directamente a los ojos

Madelaine: no te rías idiota, no es porque te hayas acostado con ellos, porque conociéndote no perdiste tu puto tiempo – dijo un poco cabreada pero luego suavizó su voz y me confesó sin mirarme a los ojos – la verdad y aunque odie admitirlo es porque no soporto pensar que encontraste a alguien y que le amaste de verdad

: No encontré a nadie – dije respondiéndole segura-, no tuve tu suerte, digo te vas a casar

Madelaine: él es bueno – soltó nerviosa

: Y lo amas – dije haciendo una mueca rara tratando de no mostrar mi odio profundo por ese maldito suertudo

Madelaine no respondió, solo miró hacia otro lado y mordió su labio inferior, entonces ahí confirmé mi gran sospecha sobre esa relación

: ¡No lo amas! – dije abriendo grandes los ojos como si hubiera descubierto la cosa más grandiosa del mundo

Madelaine: yo no dije eso – respondió mirando atónita ante mi reacción - ¿qué te pone tan contenta?

: sabes algo Petsch, chica de la petaca con whisky

Madelaine: supongo que me dirás así para siempre desde hoy – dijo rodando sus ojos y dejando el recipiente con alcohol sobre el capó de su auto

: tengo algo que decirte – dije con un tono juguetón

Madelaine: adelante – dijo sonriendo y levantando una ceja, estaba siguiéndome el juego

: No sé si decirlo la verdad

Madelaine: ¿por qué?

: tengo miedo – respondí sincera

Madelaine me miró fijamente, se dio cuenta que ya no estaba jugando y volvió a tomar el whisky pero cuando iba a beber de él se lo quité

Madelaine: ¿qué haces? – dijo nerviosa

: tengo algo que decir, necesito decirlo sin que estés borracha y necesito hacerlo ahora.

Ella me miró como si fuera una niña pequeña recién regañada, puso sus brazos cruzados sobre su pecho y me miró, yo de verdad creía que le diría sobre mis sentimientos y que luego la besaría, pero la verdad si tenemos a Madelaine actuando como una bebé frente a tus ojos, hay que ser idiota y cero sentimientos para no desear abrazarla y eso hice.

La arropé con mis brazos y ella se tensó, tuve miedo de su reacción pero a los segundos y un poco antes de que me alejara me abrazó fuerte por la cintura y acomodó su cabeza en mi pecho. Besé su cabeza mientras ella acariciaba mi espalda y yo su mejilla, poco a poco y de manera natural fuimos acercando nuestros rostros hasta que estuvimos frente a frente. Ella afirmada en el coche yo afirmada en ella, con mis manos alrededor de su cuello, con nuestras frentes juntas. Comencé a besar su mejilla derecha y ella sonrió, ambas sabíamos que besarnos era una mala idea, pero también ninguna hacía nada para detener esto, besé la comisura de sus labios y susurré frente a su boca "nunca me he enamorado de nadie más" y por fin, choqué mi boca contra la suya.

Un beso lleno de sentimiento, lleno de melancolía, un beso que hace darme cuenta en la posición que estoy, digo, estoy perdidamente enamorada de ella y no hay nada que pueda hacerme sentir diferente, ni nadie. Sujeté su rostro con ambas manos levantándolo un poco para que me mirara mientras le confesaba mi amor.

: En todo este tiempo he conocido muchos lugares increíbles, Madelaine, muchas personas y también he estado en todo tipo de situaciones, no puedo decir que mis años lejos de este lugar no fueron exitosos, pero tampoco puedo decir que fueron felices. Sinceramente nunca amé a nadie más, nunca besé a nadie como a ti, nunca toqué a nadie como a ti y si todavía no te queda claro el punto de todo este parafraseo, la situación es simple. Aquí estoy frente a ti, como hace unos años cuando me declaré por primera vez, aunque más grande y según dicen exitosa, pero sigo siendo yo en esencia y sigue siendo el mismo amor. Lo que quiero decir es que, Madelaine, no tengo ni una duda de que eres el amor de mi vida y perdón por haberme tenido que perder cuatro años para encontrarme y bueno, para atreverme a decirlo. Sé que no te merezco, pero una de las cosas que cambiaron de mi fue que ya no soy tan estúpida como para dejarte ir otra vez, menos sabiendo que te vas a casar con una persona a la que no amas, una persona que no soy yo.

ALMA MÍA - Madelaine Petsch EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora