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Nos besamos bajo las luces y sentía que no existía nadie más en el lugar, los besos de Vanessa era húmedos y a pesar de la suavidad de sus labios, la intensidad con la que me estaba comiendo era embriagante. Una mezcla de perversión con sensualidad desgarradora.

Vanessa: ¿si te invito a un lugar más cómodo me sigues? – dijo mientras ponía sus brazos alrededor de mi cuello y sonreía

_: en estos momentos podrías pedirme cualquier cosa y estaría dispuesta a ella – dije respondiendo a su coqueteo, mientras lanzaba una suave sonrisa ladeada

Vanessa solo me tomó la mano y me llevó a un apartado de la disco, en ese momento empecé a plantearme muchas cosas, ¿quién era ella?, ¿por qué tenía acceso tan exclusivo? y si me dejaría seca o no.

Caminamos por un largo pasillo y el lugar cada vez se estaba pareciendo más a una casa, estaba lleno de cuartos – y de guardias por supuesto-, los que nos saludaban cordiales. Llegamos a uno que tenía apariencia de un despacho, había un escritorio, un futón de cuero negro e incluso una estantería.

_: nunca pensé que en una disco podría haber un lugar así – dije admirando el cuarto

Vanessa: sí, este lugar era un teatro antes de que papá lo comprara y lo convirtiera en una locura de jovencillos ricos – dijo mientras servía dos copas de ¿whisky?

_: no pareces muy contenta con su proyecto – dije riendo

Vanessa: me gustaba mucho este teatro era mi lugar favorito – dijo mientras me entregaba un vaso – por eso le pedí que no lo demoliera completo, para preservar su magia.

_: eres hermosa – dije tontamente, para luego recobrar la compostura

Vanessa: pareces sorprendida – dijo con una sonrisa mientras levantaba ambas cejas

_: digo, es que bajo las luces no podía notar bien tus facciones o el color de tus ojos – dije sincera

Vanessa solo soltó una risa divertida mientras yo me afirmaba en la esquina del escritorio antiguo, no decíamos nada, solo nos mirábamos intensamente. Sentí como solo la simple mirada de la morena comenzaba a calentarme, parecía una diosa griega, tan imponente y su perfume tan embriagante. No sabía si dar el primer paso o no, no estaba nerviosa para nada, pero estaba expectante y a pesar de ya no estar en el centro de la pista, la música se escuchaba claramente, así que simplemente me acerqué y la pegué a mi cuerpo.

_: ¿no crees que merezco un show privado? – dije en un susurro pegado a sus labios

Vanessa: tienes toda la razón – dijo para luego agarrar fuerte mi cintura y sentarme en el elegante sofá

La miré con devoción y con hambre mientras observaba como comenzaba a moverse bajo el ritmo de la música, lo hacía lento, como si se tratara de una película, aproveché de analizar bien su cuerpo, ella era delicada, un físico impecable, una cola demasiado grande y redonda para esa pequeña cintura. Su cabello se movía al ritmo de sus caderas y mientras hacía aquello me miraba bajando un poco el cierre de su vestido que estaba en la parte delantera, realmente mi mente era un caos, pero por primera vez en mucho tiempo no estaba pensando en Madelaine.

Se quitó el vestido. Así, sin más. Creo que estaba babeando literal, se acercó a mi oído y mordió el lóbulo de mi oreja

Vanessa: ¿quieres tocar? – dijo sonriendo

Y yo dominada por el deseo, simplemente me paré y la besé fuerte, empujándola hasta chocar con el escritorio, ella saltó a mí, Dios, qué facilidad para moverse, era suave y se sentía como una pluma. Ella se volteó para tirar las pocas cosas que había sobre la mesa y no aguanté, comencé a besar su cuello, mientras jalaba suavemente de su cabello.

_: no quiero que te voltees, quédate así – dije mientras agarraba fuerte su cola con mi mano libre

Vanessa: ¿te gusta lo que ves? – dijo entre jadeos

_: me gustará más verte sin nada encima – y solté su brasier

Agarré sus pequeños pechos y en verdad me encantaba la elegancia que le daba aquel tamaño. Comencé a acariciar la punta de estos y ella sujeto mi cabeza con una mano mientras escuchaba como pequeños gemidos comenzaban a salir de su boca, su voz era algo rasposa, gruesa, me tenía completamente extasiada y húmeda, muy húmeda.

Vanessa: ya quítame las bragas

_: shhhh, calladita y abajo

La morena me siguió el juego y se posicionó con el pecho pegado al escritorio, dejándome una vista preciosa de su cola. Y que maldita preciosura. Bajé literal, desesperada su pequeña prenda y al sacarla sentí que perdí todos los estribos. Tanteé un poco su zona, ella es tan caliente. Quería provocarla, me encanta que me rueguen y necesitaba que esta preciosura me suplicara que la tocase.

_: ¿los quieres dentro, linda? – dije mientras movía dos de mis dedos lentamente en su centro, sin entrar

Vanessa: tanto como tú lo quieres

Me sorprendió su autocontrol, pero también me molestó un poco, estaba tratando de jugar mi propio juego y quería ganarlo. Así que metí dos dedos dentro de ella y los movía lentamente, esperando una súplica de su parte, pero nada, estaba disfrutando la tortura y me encantaba.

_: va a hacer que me corra sin tocarla señorita Morgan.

Entonces Vanessa se volteó y se subió al escritorio, me miró profundamente mientras ladeaba su cabeza y me sonrió, lo siguiente que recuerdo es como tomó mi cabeza y la acercó a su sexo, pero sin empujar a tope, solo rozando y ganó, porque no soporté tenerla abierta para mí y me hundí en ella.

Comencé a succionar su clítoris, mientras movía dos dedos dentro de ella frenéticamente, la morena comenzó a gemir fuerte, sin ninguna limitación, me maldecía y jalaba de mi cabello, ella era completamente diferente a cualquier chica con la que he estado, tiene carácter en lo sexual, no es dominable, tiene un autocontrol de dioses y me hizo doblegarme a ella.

Vanessa: Demonios, me voy a correr – dijo complemente ida, pero entonces abrió los ojos y me miró firme – si pierdes el ritmo, te mato

Se corrió en mi boca y me supo a algo que no pudo describir. A ella no la puedo describir.

Apenas se recuperó me lanzó al sofá y me quitó la ropa, sin piedad, a esta tipa no le importa nada, rompió, literal rompió mis bragas con sus dientes y se encajó entre mis piernas comenzando a moverse. El morbo que me daba verla moverse desesperada sobre mí era increíble, toda ella era complemente erotismo. Desde su forma de caminar hasta su forma de follar.

_: me voy a venir – dije algo ida

Vanessa: controla tu orgasmo bonita, quiero que nos corramos juntas

No sabía si iba a ser posible para mi controlar aquello que simplemente estaba loco por salir, pero Vanessa no tardó en sentir lo mismo y me miró con esos ojos llenos de fuego como diciéndome "ahora" y aceleré mis caderas contra su centro y sentí como corría por mis piernas la mezcla de lo suyo y lo mío.

IMPRESIONANTE. DIOS SANTO.

Nos volvimos a besar, sabía que teníamos toda la noche pero mi teléfono no paraba de sonar y estaba desconcentrándome completamente.

Vanessa: puedes ir por él y así te doy un respiro - dijo mientras mordía su labio inferior

Tomé mi teléfono y oh mierda. Tendría unas cincuenta llamadas perdidas y un millón de mensajes sin leer.

"Contesta Aldrich" – Cole

"Pon ahora la televisión" – Lili

"Madelaine está en el hospital idiota y tú no contestas, ¿cómo te puede importar tan poco?" – Camila

MIERDA.

ALMA MÍA - Madelaine Petsch EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora