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Amaneció y tenía a Lili abrazada a mi cuerpo, sinceramente no pegué un ojo en toda la noche, solo pensaba en la dueña de mis suspiros, en lo sensible que es, en que fue bajo la lluvia a comprar solo para mí, en que rechacé a mi mejor amiga por sexo, ¿fue por sexo?, en realidad creo que no, creo que solo estoy buscando formas de dejar todo este dolor atrás y aunque no quiero lastimarla en el camino, no sé de qué otra forma hacerlo y por ese lado me sentía fatal, pero por el otro, tenía a Lili en mis brazos y se veía jodidamente adorable, como una princesa, ella pegaba mucho conmigo, todo de ella era estabilidad, paz, tranquilidad, era un respiro a mi complicada alma y aunque lógicamente no iba a pedirle ser mi novia ni nada, ya que, creo que esas cosas requieren tiempo, tal vez, podría plantearme la idea de formar algo con ella, pero por ahora no sé, estoy súper confundida.

La sentí moverse a mi lado y besé su frente. Quizás ese tipo de gestos no debería tener todavía porque apenas llevamos unos días de conocernos pero es adorable y demasiado bonita para parecer real. Miles de pensamientos de esperanza irrumpían en mi cabeza hasta que ella susurró entre balbuceos un suave "buenos días" al cual respondí con un alegre y suave beso en la mejilla.

Jugueteamos como niñas en la cama mientras me contaba cosas de su vida y compartíamos anécdotas; tenía sus manos cruzadas con las mías mientras besaba de vez en cuando mis nudillos, una escena sacada de una película de romance, suspiré cuando pensé que nunca tuve esa cercanía con Madelaine, nunca abracé su cuerpo desnudo después de hacerlo, pero inmediatamente intenté borrar aquellos pensamientos autodestructivos, ahora estaba aquí con una preciosa mujer que entre risas me confesó que le había parecido un sexo espectacular y que rió aún más fuerte cuando le dije que todas decían lo mismo, me encantó que mi humor egocéntrico y medio irónico le pareciera divertido.

Mientras me subía sobre ella para comenzar a besarla otra vez fuimos interrumpidas por la alarma, "mierda, la universidad" solté aferrando la sábana a mi cuerpo desnudo mientras me sentaba en la cama rápidamente. "Señorita abogada, no puede llegar atrasada a clase, no creo que su código escolar lo permita" dijo con un tono cómicamente serio, reímos otra vez y decidí besarla unos minutos más a pesar de mi retraso.

Lili estudia medicina en mi misma universidad, supongo que tendré que verla más seguido, lo que no me molesta para nada la verdad, de hecho había intentado pensar lo menos posible en Madi y me mantenía distraída de mis pensamientos de desamor. Caminábamos por el campus de la universidad y aunque estaba atrasada decidí dejarla a su edificio, ella me tomó la mano y no lo quise pensar, simplemente estaba disfrutando de su compañía, ya luego, me atacaría por el gesto tan repentino de la rubia. Íbamos riéndonos de los chicos de fútbol, le contaba que mi team era mucho mejor y que por ser chicas nos miraban en menos, me sentía bien, realmente por fin todo se sentía menos duro, hasta que apareció.

Caminaba seguida de todo el equipo de porristas, ella adelante, como la reina que es, su cabello anaranjado, sus labios con brillo labial, esa corta falda y esa sonrisa ganadora, maldita engreída, lucia perfecta. Íbamos en la misma dirección y después de lo de la noche anterior no sabía que iba a hacer, porque Madelaine es Madelaine, nunca sabes como reaccionará. Así que iba asustada, me sentía mentalmente preparada para el escándalo que se venía y fuerte fue mi sorpresa cuando solo pasó por el medio de Lili y yo, diciendo "permiso", creo que hasta sus amigas del equipo se sorprendieron, ya que todos saben nuestra estrecha relación.

Esto no es nada bueno, no dijo nada, ella debe estar muy sentida conmigo, demasiado. No debí haberla rechazado de esa forma, por Dios, es mi mejor amiga desde el colegio, entramos juntas a estudiar, hemos compartido borracheras, paseos, viajes. Me abrazó hasta el amanecer cuando mi primer novio me engañó, yo la cuidé una semana cuando se intoxicó por comer mariscos crudos, que a todo esto fue culpa mía porque los quería probar y ella como siempre me apañó en todo, ese día descubrí que odio los productos del mar con excepción del pez, dato random, la cosa es que sentí una opresión en mi pecho, quería ir hacia ella y abrazarla contra mi pecho, disculparme, que escondiera su rostro en mi cuello y me dedicara una de esas sonrisas llenas de ella me hacen sentir débil.

Me dirigí a la sala y me senté en el lugar de siempre, guardé el puesto de Madelaine y esperé impaciente que entrara y lo hizo, pero se sentó en otro lugar, ni me miró, empezamos mal porque yo ya estaba con un sentido de culpa más grande que mis ganas de vivir y aunque ella estaba sonriente, sus ojos estaban tristes, la conozco demasiado, sé que le afectó, debe pensar que pasé de ella por sexo y bueno, en realidad es un poco lo que sucedió.

No tomé apuntes ni puse atención a nada de lo que dijo el profesor de derecho civil, solo esperaba la salida, quería hablarle, extrañaba reír con ella, no me gustaba que pasara de mí, digo, ella ha sido mi compañera de vida por tanto tiempo, no quiero dejarla ir, me rehúso a hacerlo. Sé que mis sentimientos me están enfermando, sé que no los puedo frenar, sé que cada día que despierte, tendré más de esto en el pecho y en la cabeza, pero no quiero perderla, no sé cuánto dolor me causaría el no escuchar su voz y no quiero sentirlo, no quiero que me falte, ¿es egoísta?.

Toda mi vida sufrí. Desde muy pequeña he tenido que soportar cosas que simplemente no merece nadie, cosas que todavía no supero, siempre lo pierdo todo, todo lo que quiero, todo lo que amo y Madi ha sido lo único que ha permanecido en mi vida de forma lineal, puedo decir incluso que ella me salvó de mi misma y no de la manera romántica, sino que en mis peores momentos, cuando no tenía a nadie, cuando estuve buscando opciones de suicidio, cuando mis padres me abandonaron, cuando nadie daba un peso por mí, ella estuvo. Solo ella. A veces me cuestiono si estoy enamorada, apasionada o simplemente agradecida. O quizás estoy en esos tres estados al mismo tiempo y no quiero aceptarlo y no es por el miedo al rechazo, es por el miedo a que se aleje de mi para no hacerme daño o peor, que ella también esté enamorada. Si esto fuera recíproco sería un fracaso porque Madelaine es buena, lo puedo jurar, pero no es la más correcta en las relaciones, no es fiel y en realidad siento que nunca ha estado lo suficientemente enamorada de alguien como para ver un futuro a su lado, es inestable emocionalmente y siempre está en modo coqueteo. Respecto de esto último puedo decir que entiendo que no pueda controlar ese rasgo de su personalidad, porque yo también lo tengo y a veces cuando no quiero coquetear, me encuentro haciéndolo por inercia, pero nuestra gran diferencia es que yo puedo estar frente a la tentación más grande, pero jamás traicionaría a alguien que quiero, porque claro soy respetuosa pero también tengo problemas de culpa. Culpa, culpa, culpa, puedo perdonar hasta lo peor de otra persona, pero no perdonarme a mí y no sé, ella es histérica y yo calmada, ella adora playa, yo prefiero la montaña, ella es tan feliz en verano, y yo espero invierno con emoción, ella es libre y yo soy su esclava (y ojalá fuera sexual), soy esclava de mis sentimientos.

Pensaba todas estas cosas en mi cabeza, para decírselas, para disculparme, porque actué mal, si quiero superarla esta no es la forma.

El profesor dió por terminada la clase y yo literalmente corrí a hablarle levantándome a tropezones del asiento pero cuando me estaba acercando, tuve que frenar y devolverme, porque entró por la puerta del salón Travis y yo no sé si ese tipo está loco o se olvida que es conocido, porque, o sea a quien en su lugar se le ocurre aparecer en una universidad llena de sus posibles fans y si ello ya me parecía mal, imagínense cual fue mi reacción cuando saludó de beso en los labios a mi niña. Por primera vez en mi vida quise actuar como una loca y pasé por al lado del chico de los tatuajes empujándolo y juro que si me hubiera respondido habría pensado lanzarle el código civil por la cabeza, para ver si se le ocurre algo más aparte de rayarse entero.

ALMA MÍA - Madelaine Petsch EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora