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Madelaine giró su precioso rostro hacía mí y se tensó

Madelaine: ¿qué haces acá?

_: te seguí – dije como si fuera lo más normal

Madelaine: ya te dije que no me acoses – dijo riendo

Escuchar su risa después de tanto tiempo me hizo notar dos cosas, en primer lugar la extrañaba y en segundo lugar ya le estaba pegando el alcohol

_: te ves impresionante – dije sin más mientras me acercaba a la baranda en la cual ella afirmaba su cuerpo

Madelaine: gracias – soltó mientras se acomoda el vestido nerviosa

_: esperaba un "tú igual" al menos por cordialidad – qué broma más mala, me arrepentí al instante de decirla

Madelaine: tú ya lo sabes, todos giraron a verte cuando llegaste – miró al piso y luego volvió a conectar su mirada en la mía – bueno, a ti y a tu novia

_: sabes que no es mi novia

Madelaine: pues hacen una gran pareja – soltó irónica

_: si no conociera a la nueva Madelaine que me quiere evitar a toda costa diría que estás celosa

Silencio.

_: vamos dime que al menos te parezco guapa todavía

Madelaine: eso lo opina todo el mundo

_: no me importa la opinión de todo el mundo – dije acercándome peligrosamente

Madelaine: ¿la mía sí? – bajó su mirada a mis labios y comencé a sentir sed de ella

_: quizás solo la tuya, ¿por qué no me dices que te parece mi vestido?

Madelaine: te prefiero desnuda – se produjo un silencio incómodo y acto seguido tapó su boca con una mano – maldición ignora eso es el champagne y tú, que me haces decir cosas estúpidas

Quedé un poco helada con sus palabras pero sentí un impulso de cortar toda distancia con ella así que mientras giraba a dejar su copa en la pequeña mesa de la esquina la abracé por detrás y dejé un suave beso en su cuello. No tuve ni que verla para saber que cerró los ojos, no se alejó pero tampoco dijo nada, sin embargo su cuerpo comenzó a desprender un calor insoportable, ¿o era el mío? besé otra vez su cuello y escuché un pequeño suspiro de su boca, lo que me enloqueció y la giré delicadamente para acercar mi rostro al suyo y quedarme ahí como pidiéndole permiso, como esperando una respuesta y claro que la obtuve, me besó. Pero no fue cualquier beso, simplemente pegó sus labios a los míos y sin moverlos los dejó allí por unos segundos, hasta que ambas nos separamos.

Nos quedamos mirando por unos cinco segundos con nuestras respiraciones agitadas y acto seguido como si fuéramos imanes nuestras bocas se volvieron a encontrar, esta vez de manera más violenta, el beso subió considerablemente de nivel y caminé empujándola sin alejarme de sus labios hasta chocar con la pared, quería solo mantenerme en esa línea para que ella no saliera corriendo pero fue la misma Madelaine la que comenzó a excederse con sus actos, me apretó contra su cuerpo y subió mi pierna hasta sus caderas - gracias vestido por darme ésta agilidad – mientras yo estaba casi desgarrando sus caderas con mis manos, las cuales en un acto abrumado bajaron a su cola. Necesitaba desesperadamente acostarme con Madelaine y lo necesitaba ahora, pero también estábamos en plena celebración del compromiso de Lili y Camila, quería pensar claro pero los besos de Petsch estaban bajando por mi cuello hasta mi escote

Madelaine: no sabes cómo quiero arrancarte este vestido desde que llegaste

_: y tú no sabes cómo desde que te vi he estado imaginando el color de tu lencería

Madelaine acercó su boca a mi oído y susurro;

Madelaine: ¿qué lencería? no estoy usando nada, ya sabes – dijo con un voz dulce fingiendo inocencia en medio de este infierno – me incomoda con este vestido tan apretado, de hecho, creo que me está sobrando todo en este momento

La volví a besar mientras acariciaba su pecho derecho, bueno más que una caricia era todo muy brusco, estaba fuera de control, no aguantaba más la necesidad de tocarla otra vez, sentía una mezcla de confusión, deseo y tristeza, me daba miedo arruinar la vida de Madelaine haciendo esto pero a la vez la manera en la que me besaba, la manera en la que me tocaba, sentía su deseo, temblaba como una hoja frente a mi roce. Estoy segura que ni él ni nadie la hace sentir como yo.

Madelaine me decía que había que parar pero luego me comía la boca otra vez, estaba jugando con mi mente pero yo sabía jugar mejor y conocía cada una de sus debilidades así que la volteé y cuando estaba por subirle el vestido así sin más porque ya me importaba poco el lugar y la instancia entró Vanessa prácticamente corriendo

Vanessa: amor – dijo al entrar al balcón haciendo una mueca rara con la cara que no entendí hasta que vi entrar tras ella al prometido de Madelaine – así que aquí estabas, con tu contrincante en el ring del derecho tal y como lo dijiste – ok Vanessa, eres pésima disimulando

Madelaine: Felipe – dijo entre choqueada y nerviosa

_: lo siento por distraerla – me dirigí al prometido de mi ex – a veces nos cuesta dejar de lado el trabajo – dije riendo

Felipe: sí, llevas más de una hora perdida y se supone que solo ibas a tomar aire – así que controlador

_: vale, ¿eres su padre acaso? – le dije al idiota

Felipe: ¿disculpa?

_: o sea sé que le doblas la edad y todo pero Madelaine es una mujer y no puedes andar controlándola como a una hija – solté sin más, frente a la mirada atónita de Vanessa y Madelaine

Hubo un silencio incómodo que Nessa rompió con una risa fingidísima e incómoda

Vanessa: amor qué bromista eres - y luego otra de sus muecas raras

Madelaine: sí – intentó reír - tú y tu tonto humor negro, asustas a mi chico – dijo mientras posaba la mano sobre su pecho para luego besar su mejilla – bueno, eso, eh vamos cariño

Ambos voltearon en dirección al salón y vi como el estúpido dejaba descansar su mano en la cola de mi mujer. Sí, MI MUJER, porque Madelaine es mía, siempre ha sido mía y yo soy suya, no quiero dejarla escapar otra vez, me rehúso a perderla.

Quedé ahí helada mirando como ambos salían del balcón, pensando en nada, no podía pensar, estaba como en impacto, no podía creer lo que acababa de ocurrir.

Madelaine era la misma en esencia, pero había algo diferente en ella, estaba toda una mujer, ese aire encantador de niña ahora solo lo usaba para seducir, porque de eso no quedaba nada, Madelaine creció y yo también, sin embargo hay una cosa que no cambió y es la magia que podemos crear en medio del caos.

Madelaine es esa tormenta en la que te gusta estar.

Madelaine es ese café por la mañana que te despierta.

¿Ahora cómo me la saco de la cabeza?

Luego de explicarle en cortas palabras a Vanessa todo, salimos al centro del evento porque necesitaba bajar los decibeles de mi cabeza y también claro, a lo que vinimos a acompañar a las chicas. Y menos mal llegamos justo a tiempo para la ceremonia.

Primero mostraron un video de los últimos años y obvio de su relación en sí, en varios salían con Madelaine y Cole, me entristecí pensando en que fácilmente podría haber estado yo con ellas en todos esos momentos. Se veía que habían sido muy felices incluso en una salían las tres dándose un beso, lo cual me sorprendió porque recordemos que Madelaine odiaba a Lili y también que peleaba casi siempre con Camila... reí al recordar esos momentos y  miré a Mads, ella me sonrió devuelta mientras ladeaba su cabeza y levantaba sus hombros como diciendo "ups"

Suspiré y sentí ganas de hacerla mía.

Y definitivamente no me refiero a nada sexual.

ALMA MÍA - Madelaine Petsch EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora