33

2.9K 216 42
                                    

Estaba en la cama del hotel, con el cuerpo desnudo de Vanessa sobre mí y por primera vez en años, sentí que no fue suficiente y me daba rabia atribuir esta sensación, a la aparición de Madelaine. ¿Puede ser posible que luego de cuatro años pueda volver a sentir lo mismo?, ¿acaso no es algo enfermo y complemente obsesivo?

Es como haber escapado del fuego, para volver a las llamas pero empapada en gasolina.

Creo que estado tan ocupada con el caso, que ni me he sentado a pensar en que ella volvió a mi vida y de una forma completamente extraña, además se va a casar, no lo sé, ¿debería estar feliz por ella? porque no lo estoy, en realidad quizás es una estupidez lo que diré pero me he imaginado por horas qué sentiría si Madelaine fuera mi prometida. No quiero sonar egocéntrica, puede ser también que mi mente me juegue malas pasadas, pero siento que llegué a desarmar su estructura. La forma en la que me mira, la tensión que se forma en el ambiente cuando compartimos espacios, no sé, ella me transmite tristeza con sus ojos, pero a la vez fuego, es como si le diera pena que a pesar de que pasara tanto tiempo, ella volviera a sentirse vulnerable a mí.

Estaba pensando y tratando de analizar el comportamiento de mi ex novia cuando una llamada me sacó de mis pensamientos y como era un número desconocido, pensé que podía ser un cliente así que respondí de manera formal.

_: Abogada Aldrich, ¿con quién tengo el gusto?

: vaya qué formalista te pusiste – reconocí de inmediato esa voz

_: ¿Camila? – pregunté como si no supiera que era

Camila: hola sexy bubú

_: ¿y ese apodo?, ¿estás recordando nuestro romance juvenil? – dije riendo

Lili: hey que yo también estoy aquí

Camila: qué celosita amor

_: así que al final saliste de la friendzone eh

Lili: le costó muchísimo

_: ¿están juntas o están bromeando? – pregunté levantándome de la cama de la impresión y con ello despertando a Vanessa

Camila: llevamos 3 años, me costó conseguirla así que espero que no vuelvas a intentar conquistar a mi chica

Lili: estoy abierta a un trío - soltó divertida

Vanessa: ¿Trío? – Habló dormida – ¿con quién hablas de un trío? ¿Yo estoy incluida? – dijo con su voz de adormecida

_: unas amigas, de hecho, mi amiga la doctora del hospital – me dirigí a Nessa

Lili: ¿estás con tu novia?

Camila: no pierdes el tiempo zorra

Vanessa: Doctora quiero que sepa que yo dije sí al trío mentalmente desde que la vi en el hospital – soltó acercando su voz al teléfono

_: Nessa – la regañé sabiendo que estaba Camila escuchando

Camila: bueno supongo que podemos hacer un cuarteto, aunque Aldrich ya se haya acostado con todas por separado – bien, no lo tomó mal al menos

_: el orden de los factores no altera el producto – reí – bueno ¿y para qué me llamaban?

Lili: es que mi querida parece que llegaste a tiempo porque Camila y yo nos vamos a comprometer

_: NO INVENTEN – grité de alegría

Camila: y nada, sabes como es papá quiere hacer toda una celebración, que nos pongamos ilusiones y todo ese drama

_: pues claro que estaré ahí

Vanessa: y yo – dijo nuevamente acercándose al aparato

Lili: no sé si te importa, debe ser que no, ya que ha pasado el tiempo pero van a estar todos – dijo dando hincapié al final

Camila: incluyendo Madelaine - golpe bajo

_: y su futuro, ¿no? que les pasa a todos que se están casando - solté nerviosa

Vanessa: supongo que cuando te fuiste, dejaron todas de estar enamoradas de ti y pudieron enamorarse entre, ¿ellas?

Lili: wow, eso tiene mucho sentido

Camila: yo ya la había superado, ¿sí?

_: sí claro niñas, solo cuando me vuelvan a ver no se enamoren de mi otra vez – y todas reímos

Camila: bueno es el viernes, lo siento por decírtelo tan encima pero apareciste de la nada luego de cuatro años

_: lo siento por eso

Lili: habrá una cena formal y luego podemos hacer lo que queramos

_: ahí estaré niñas y felicidades, gracias por incluirme a pesar de todo

Vanessa: dramática

Lili: te queremos, nunca te olvidaríamos ojitos negros

Camila: las dos estuvimos enamoradas de ti que no se olvide

Luego de la llamada con las niñas me acurruqué en la cama a seguir pensando, Vanessa al parecer entendió todo porque solo se acomodó junto a mí y me abrazó, pero luego comencé a sollozar, trataba de ser silenciosa porque Vanessa es curiosa, pero no resultó y sentí como rompió el silencio con la pregunta más dolorosa del mundo para mí en este momento

Vanessa: ¿la quieres todavía?

_: sí

[...]

Fuimos de compras para la celebración de mañana, la verdad ambas éramos reinas del consumismo y cualquier cosa era perfecta ocasión para gastar. Decidí que quería usar algo color rosa pastel y Vanessa dijo que elegiría algo sobrio, un beige estaría bien tal vez, además ese color le queda estupendo.

La verdad no fue tan sencillo encontrar un vestido en este lugar, en donde vivimos prácticamente tiendas con clase hay en cada esquina, en cambio la situación era diferente aquí, no es una ciudad pobre para nada, pero es más sencilla, hay gente de todo tipo, tanto de buen pasar como gente de esfuerzo.

Después de un rato de andar, Vanessa encontró su vestido soñado, era corto pero no tanto, tenía un gran escote en la delantera y la verdad lucía hermosa en él, yo por mi parte escogí algo mucho más largo, con un corte en la pierna derecha, así la podía lucir al caminar, vamos, que no me mato en el gimnasio por nada.

Luego decidimos dar un paseo para distraernos porque mi querida mejor amiga decía que tenía cara de depresión y supongo que esa no es una buena cara. Fuimos al parque central, me encantaba ese lugar, me recordaba las tardes que pasé con los chicos, las veces que fui feliz aquí.

Comencé a ponerme triste otra vez, la verdad, recordar me dolía mucho pero todos esos pensamientos se esfumaron y una gran sonrisa se posó en mi rostro cuando vi a Cole caminando por el parque de la mano de una linda chica mientras llevaba ¿un coche? ¿Cole fue papá?, no lo pensé ni un segundo y corrí en dirección del chico, simplemente lo miré directamente a los ojos, él pronunció mi nombre atónito y solo lo abrace, sentí su perfume y me acurruqué en su pecho, todo perfecto hasta que noté que él no tenía ni la menor intención de abrazarme, simplemente me alejó con suavidad pero con una mirada dura

_: ¿Cole?, ¿no-no me recuerdas?

Cole: claro que sí, pero tú, ¿te recuerdas?

_: ¿por qué dices eso?

Cole: no puedo creer que estés abogando en el juicio de la fábrica donde trabajaba papá, eras como su hija, lo traicionaste a él y a todos nosotros

Oh Dios, lo había olvidado

ALMA MÍA - Madelaine Petsch EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora