02x10 "Hope ur ok"

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How to Save a Life — 02x10
"Espero que estés bien"


—Doctora, el paciente está listo. —informa a la residente.
 
Ahora se encuentran en el quirófano, el señor Borbor está recostado sobre la mesa, con los brazos extendidos a los costados y con el instrumental quirúrgico a su lado.
 
—¿A qué se refería Isabella con BabyGSugar? —Andy se acerca a ella.
 
—A nada. —responde de inmediato, haciendo que el interno dudara.
 
—¿En serio, entonces por qué te llamó doctora stripper? —él quiere llegar al fondo de todo esto, pero trata de no levantar tanto la voz como para que las enfermeras los oyeran.
 
—Porque soy una maldita modelo que pagó su escuela de medicina gracias a calendarios para hombres seniles. —añade repentinamente, casi como si estuviera harta— Te agradecería que no se lo contaras a nadie más, doctor muñeco. —bufa.
 
Para ese entonces Bailey ya había entrado al cuarto, por lo que no pudieron seguir charlando.
 
—Bien internos, abramos al hombre. —bajo esa mascarilla ella está entusiasmada por su cirugía a solas.
 
 
Quizá para Isabella lo más interesante sería un caso violento, un caso sangriento, pero para su mala suerte, no estaba haciendo nada más interesante que suturarle la frente a una niña que había caído de su bicicleta.
 
—Bien, linda, terminé de suturar tu frente y ahora te has ganado una paleta. —revisa su bolsillo, pero no encuentra nada— Lástima que no tengo ni una. —palmea la cabeza de la niña.
 
Se coloca de pie, lleva el expediente y se arrima al mostrador donde está recepción en emergencias. No pudo concentrarse cuando logró escuchar una noticia de última hora en el televisor.
 
«Los bomberos llegaron al lugar y lucharon contra las llamas, cercanos llamaron a ambulancias debido a que hay decenas de heridos»
 
Es lo que la reportera dice a través de la pantalla. Entonces una llamada llega a recepción, por lo que una enfermera la contesta. Devuelve toda la atención hacia la mujer quien atendía el llamado.
 
—¡Incendio en Mitchel's Street! Vienen muchos heridos en camino. —Exclama la enfermera una vez suelta el teléfono.
 
En la mente de esta interna deseosa de cirugías, se imaginaba lo mejor para ella sola, ya que Eviolet y Andy estaban en quirófano, Jayden visitando a su estúpido paciente con cáncer y Haliah estaba en cama, era su momento de brillar como doctora.
 
—De lujo. —sonríe la pelirroja.
 
—Eres tétrica. —no se había dado cuenta de que Drew estaba junto a ella— Doctora Adams, es usted sádica.
 
—Cómo sea, quiero un caso interesante, estoy harta de aguja y piel. —tuerce los ojos mientras corre hacia el pabellón de ambulancias, en espera de alguna.
 
—¿Saben algo de qué sucedió? —pregunta el cirujano.
 
—El Seattle Press está saturado de pacientes por el incendio, múltiples quemados y problemas respiratorios. No tienen más camas por lo que vendrán algunos acá. —se acerca Levi con sus internos.
 
—Que bien Schmitt, deberías ser periodista. —bufa el de mayor rango.
 
Entonces dos ambulancias se estacionan apresuradamente. Se colocan en fila, de inmediato todos los doctores corren a estas, Isabella se hace camino entre todos ellos, deseaba un buen caso sangriento.
 
Se dirige hacia la segunda ambulancia a paso apurado.
 
—Por favor que sea algo bueno. —abre las puertas y enseguida dos paramédicos se bajan de este— ¿Qué tenemos aquí?
 
—Anita de la Garza, mujer de 38, estuvo en el incendio, inhaló humo, un poco. Quemaduras de primer y segundo grado. —Ella se aleja de inmediato, no le importaba un simple caso.
 
—¿Qué hay por aquí? —se acerca a la ambulancia de Drew.
 
—Juan López, hombre de 30, bombero, quemaduras de segundo y cuarto grado. —la interna se asombra al ver la piel del paciente, rostizada como un cerdo.
 
—Por dios. ¿Puedo participar en este caso? —comienza a caminar con él.
 
—Claro que no Adams, tu abriste aquella ambulancia primero, ella es tuya. —hace alusión a la mujer que había inhalado humo.
 
—Pero yo no quiero tratarla, yo quiero ver sangre. —se queja.
 
—Lástima, es toda tuya. —siguen adelante con el paciente en la camilla con ruedas— ¡Abran paso, a unidad de quemados ahora mismo!
 
Suelta un suspiro largo una vez encoje sus hombros y dice: —Será un largo día.
 
Mientras tanto, Jayden se perdía de toda la acción.
 
—¿Otra vez doctor Sims aquí? —Olivia cruza sus brazos y levanta su ceja— Eres de cirugía, no de oncología. 
 
—Y tú una enfermera, ni siquiera sabes por qué estoy aquí. —desafía.
 
—Soy una enfermera que pateará tu estúpido trasero. —se pone frente a él— No me hagas reportarle esto a tu residente.
 
—Está bien, lo siento. —sonríe tiernamente— Sólo vengo a visitar a Lamber Manu, está solo y recibe quimioterapia. Por favor. —junta sus palmas.
 
La enfermera Olivia tuerce los ojos hacia arriba, estando ya frustrada por los problemas en los que él la podría meter, pero quizá acceder sería la única forma en la que la dejara de molestar.
 
—Tres minutos, nada más. —masca su chicle.
 
—¿Tres nada más?
 
—¡Me estas metiendo en problemas estúpido! Tu deberías estar en emergencias tratando traumas por el incendio en Mitchel's Street. —exclama molesta.
 
—¿Traumas múltiples? —se interesa más por esto.
 
—Quemaduras y sangre Sims. ¿Te lo perderás por estar con tu novio ilegal? Imbécil. —frunce el ceño.
 
—Tres minutos. —se aleja, en busca de su paciente favorito.
 
Camina entre los demás enfermos, quienes ya lo conocían, por lo que lo saludaban con un amistoso: «¡Doctor Sims!»
 
—¿Manu? —se extraña al verlo lagrimear, lo notaba en su rostro, su nariz estaba roja, había estado llorando— ¿Qué tienes?
 
Toma asiento junto a este.
 
—Creo que estoy muriendo poco a poco. —lame sus secos labios, deteriorándose poco a poco— Yo no quiero morirme.
 
Aquellas palabras llegan al corazón.
 
—Pues no lo harás, pelearás. Debes de pelear. —toma su mano— ¿Entendiste? Eres joven, fuerte y valiente, vas a superar esto Manu.
 
Aquel interno mentiría si diría que no siente nada por el, porque se ha encariñado con este paciente que conoció en urología.
 
—El doctor que me trata dice que Necesitaré cirugía, porque al parecer mi cáncer es localizado o algo como eso. —su voz se corta— Cortarán el área afectada y las vesículas seminales.
 
—Lo harán para curarte, luego te curas y verás como mejoras, volverás a tu vida Manu. —trata de darle ánimos.
 
—Claro, mi vida. —tuerce los ojos— Esa será mi vida Jayden, esa será mi vida.
 
«Se solicita personal en urgencias, hay muchas víctimas de quemaduras y traumas contundentes» Se logra escuchar en las bocinas.
 
—Sólo vete. Debes de salvar vidas ¿no? Largo de aquí. —Esta vez Trata de sonar un poco más animado.
 
 
La hora había llegado, Andy sostiene entre sus manos el hígado que iban a trasplantarle al señor Borbor, la sensación es hermosa, como de otro planeta.
 
Consideren tomar entre sus manos una gelatina firme y pesada, algo tambaleante y brillante. Levanta con ambas manos el órgano de la bandeja quirúrgica con solución salina y se dirige hacia la mesa.
 
—Bien, tenemos un órgano perfectamente sano para ser trasplantado. —festejaron Bailey y Eviolet.
 
¿Recuerdan que se mencionó "tambaleante", verdad? Pues por eso justamente Andy soltó el órgano, dejándolo caer al suelo.
 
El sonido que hizo este fue como el de una cachetada, o como cuando un huevo cae al suelo. Todos se quedaron mirando al interno.
 
—¡Andy! —grita la interna.
 
—¡Santo cielo! Lo lamento. —bajo la mascarilla el tiene una expresión de terror total.
 
No lo culpen, la mirada y ojos salvajes de Bailey lo están matando.
 
—¡Ley de los cinco segundos Andy! —replica la rubia.
 
—¡LEVANTA ESE MALDITO HIGADO ANTES DE QUE SAQUE EL TUYO! —creo que todos sabemos que es Bailey la que Gritó.
 
Como alma que lleva el diablo se apresuró levantándolo, lo sostuvo firmemente sobre sus manos cubiertas por guantes blancos de látex.
 
—Enfermera, lave este hígado con solución salina porque mi interno idiota lo acaba de contaminar con los microbios que hay en todas partes, sin importar que tan limpio esté este estúpido quirófano ¡Pero no tan estúpido como mi estúpido interno! —replica la misma, haciendo temblar a todos.
 
—Doctora B, lo siento.
 
—¿Enserio? ¿qué crees? No me importa, Stevenson, solo tu me asistes, Harrison estás fuera. Largo de mi quirófano. —ordena, entonces, algo apenado el chico se retira.
 
 
De vuelta a emergencias, todo era un caos. Isabella terminó tomando el caso de la mujer De la Garza, aunque estaba por hacerle una jugada a Schmitt en ese momento.
 
—¿Estaré bien? —pregunta la paciente, Adams no la revisaba todavía.
 
—Aguarde un momento señora. —se da la vuelta— Doctor Schmitt, el doctor Drew dijo que la paciente de la cama 6 era suya, disfrútela. —le entrega el expediente.
 
—¿Pero no era para ti?
 
—No, me asignó al paciente de 16 con quemaduras de segundo y tercer grado. —informa mientras se retira.
 
Entonces Levi, sin más opción, toma asiento y lee el expediente de la mujer.
 
—Está bien Anita, soy el doctor Schmitt, seré su doctor. —se presenta.
 
Lleva su estetoscopio a sus oídos, estaba por escuchar sus pulmones cuando se distrae totalmente por la llegada de un hombre con un hacha en su pecho.
 
—Santo dios. —suspira él.
 
—No puede ser, que horror. —Andy y Jayden se acercan.
 
—¿Alguien quiere participar en este caso? —Monroe anuncia en voz alta, ya que ella llevaba la camilla.
 
—¡Nosotros doctora! ¡Nosotros lo queremos! —como dos niños pequeños deseando romper la piñata Andy y Jayden se ofrecen.
 
—Perfecto, Sims y Harrison, me asistirán. —de inmediato ellos corren tras la doctora.
 
 
—Evan Lang, joven de 16 años con quemaduras de segundo y tercer grado en el 63% de su cuerpo. —El chico se queja demasiado— Presenta mucho dolor a pesar de que administré suficiente morfina.
 
El cirujano observa el brazo del chico.
 
—Perdió movilidad en su brazo izquierdo por la quemadura de algunos nervios y ligamentos, necesita cirugía de inmediato doctor Leon. —le dice al cirujano plástico a cargo.
 
—Muy bien, prepáralo para una escarotomia. —ordena el doctor— Pediré un quirófano de emergencia.
 
—¿Escarotomía? —los padres están confundidos— ¿Qué es eso?
 
—Es un procedimiento quirúrgico señora Lang, debemos abrir el tejido para drenar todo el exceso de líquido ocasionado por la quemadura, para que la sangre pueda correr normalmente. —informa mientras quita los frenos de la cama— Lo debo llevar a piso de quirófanos, los mantendré informados.
 
Se esfuma a la velocidad de la luz, llevando al paciente con ayuda de las enfermeras.
 
 
En el quirófano 3 Monroe operaba al paciente con el hacha en el pecho. No es broma cuando dijo que nunca había visto algo como eso, en todos sus años en ese hospital, jamás había visto algo parecido.
 
—¿Estamos seguros de que esto no fue un intento de homicidio? —interviene Jayden— Porque este es un enorme hacha que perforó el pecho de este sujeto, y por alguna razón no está muerto. —se comienza a poner nervioso.
 
—Calma los nervios Sims. —ríe Monroe— Los paramédicos contaron que bajaba las escaleras durante el incendio, tropezó y el hacha cayó sobre el.
 
—Por lo que no es un intento de homicidio, cálmate Jayden. —añade Andy.
 
—Por cierto Harrison, ¿Cómo sigue Lee? Oí que le extirparon una TDF por un ECTP —replica ella.

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