Cómo Salvar Una Vida

02x02 "Fallin' Again"

How to Save a Life — 02x02

"Cayendo Otra Vez"

Todos tuvimos una última vez que nos hizo creer que no podríamos volver a hacer algo. Una mala experiencia, que se convierte en anécdota para charlar más tarde.

Andy llega a su casa con Eviolet y Luke, ven todas las luces de la casa apagadas, a excepción de la que proviene de la sala de estar, esa donde hay una gran ventana y una cortina color beige que impide la vista hacia el interior, pero es perfectamente visible la luz desde allí.

Supusieron que ella estaba allí, ya que no había nadie más en la casa. Hughes no sabía que iba a decirle. No es como que un «Perdón si no sabías que estaba casado» sea una buena disculpa, debía pensar en algo más, a pesar de todo, ella fue una buena experiencia que lo ayudó a olvidar el problema con su esposa.

—Debe estar allí. —exclama Andy— No le digas que yo te traje hasta acá. Me asesinaría.

—No creo que seas tú al que quiere asesinar. —interviene Eviolet mientras se abraza del torso del chico.

—¿Ustedes se quedarán aquí o? —pregunta, refiriéndose a si es que ellos entrarán.

—Por supuesto que no entraremos, al menos no cuando tu entres por esa puerta. —responde Andy por ambos, Haliah era como una bestia cuando se enfadaba. Que esa cara fina y cuerpo delgado no te engañen.

«La última vez que lo intenté, me hizo querer no volver a hacerlo nunca» Todos lo hemos dicho, o al menos pensado. Una relación amorosa, un experimento, una excursión.

El cirujano entra a la casa del interno, en la que vivían como en una fraternidad. Al momento de pasar por el portal de la puerta sintió algo de temor, pero de todas formas continuó. Se dirigió hasta donde esa luz provenía, para encontrarse a una chica sentada en el sillón, con una botella de tequila en su mano.

—Haliah. —exclama al entrar. A lo que ella reacciona de inmediato.

—¿Qué haces aquí? Lárgate. —lo dice con iras, por un momento estaba por coger una de las almohadas y lanzársela en la cabeza, pero, de todas formas, no podía hacerle eso a su jefe.

—Entiendo que estés molesta conmigo. —replica este mientras se va acercando, con su abierto negro cubriendo su cuerpo del frío exterior.

—¿Enserio? Te acostaste conmigo y me hiciste creer que te habías enamorado. Pero tal parece que sólo me usaste para olvidar a tu esposa. —responde ella con voz temblorosa por el licor.

—No fue así. Sí sentí algo fuerte por ti. —afirma al ver que ella se empieza a descontrolar— Me enamoré de ti, pero tú no querías enamorarte de mí, me evadías y rechazabas.

—Soy una interna, no quería involucrarme sentimentalmente con nadie. —traga saliva— Pero vi la oportunidad que podía tener contigo, y decidí que iba a hacer espacio en mi vida para tener una relación que se suponía iba a ser el inicio de algo verdadero, pero al final resulta que estás casado.

—Ya no estoy casado Haliah, ella es mi ex esposa. Estamos en trámites de divorcio. —le hace saber— Ni siquiera uso el anillo.

—Pero ella sí, y mientras no terminen el proceso de divorcio siguen siendo esposos.

Se quedan en silencio, son ambos en esa habitación iluminada por la luz que emite el foco sobre estos, cubierta por una sábana azul hasta su cadera y con una botella de tequila junto a ella, miradas profundas se colocan en cada uno, esperando a que alguno de los dos se digne a dirigir otra palabra, por más incómoda que sea.