02x18 "Someone Saved My Life Tonight"

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How to Save a Life 02x18
 “Someone Saved My Life Tonight”
 

Permaneció postrado de pie, todavía sintiendo esa sensación de fatiga en su boca, con esa resequedad que lo ponía tan incómodo. Pero sin más, tuvo que correr hasta la habitación de reservas, y tomar las mantas tibias para la doctora Rymer Hughes.
Demoró poco más de tres minutos en tomarlas y regresar al cuarto de Claudia.
— ¿Dónde demonios estabas Sims! —Gruñó Gwendall— Cuando de pido algo, espero que lo hagas más rápido que un parpadeo, ¿Me entendiste?
Pero él solo le dio la espalda y salió del cuarto.
— ¡Sims! Vuelve acá. —Gritó la cirujana.
Se devolvieron miradas con Isabella. La pelirroja decidió ir a ver que sucedía con su compañero, ya que las manos de Andy estaban ocupadas con la bebé dos.  
—Doctor Drew. —Ven que el neurocirujano entra por la puerta— Intubamos a la paciente, saturación de oxígeno en la sangre de noventa, presión 60/41, nació con los alveolos pulmonares cerrados, tuvimos que abrirlos directamente.
— ¿Cuánto tiempo demoraste en intubarla? —Revisa las pupilas de la prematura.
—Lo hice tan rápido como pude.
Mientras Gwendall se encargaba de hacer que Claudia permaneciera viva. Controlaba el tiempo de las contracciones, era hora de que ella volviera a pujar.
—Bien, Claudia, puje, ¡Puje ahora! —Ella lo hace, sosteniendo la mano de Walter y dejando salir todo el dolor que esto involucraba— Alto, puedo verle los pies al bebé. —Observa— Está en posición podálica.
— ¿Eso que significa doctora? —preguntó el hombre
—Significa que el parto vaginal llegó hasta aquí. —Se pone de pie y suelta su bata quirúrgica sucia— Claudia, es hora de llevarla a quirófano, no podré sacar más bebés de esta manera.
—No, por favor. —Se queja— ¿Qué tan grave es?
—El bebé tres está en posición podálica, su cabeza será lo último en salir. Puede morir asfixiado por la demora de las contracciones y expulsión, la única opción que tiene es que la llevemos a quirófanos.
—Pero yo no quiero eso. —Lloró.
—Escuche, este es mi trabajo, he atendido miles de partos en toda mi carrera, tengo un título por cirugía materno fetal y cirugía obstétrica, por eso cuando les digo que un parto natural ya no es una opción, es porque ya no es una opción. —Se colocó firme— Se acabó esto Claudia, ¡Llamen a quirófanos, necesito uno libre! ¡Y que alguien me devuelvas a mis estúpidos internos!
Drew no tenía buenas noticias. —No recibió suficiente oxígeno al cerebro, tiene hipoxia cerebral, la perdiste Stevenson. —guardó su linterna.
— ¡No! —Lamentó Claudia al escuchar lo que dijo el neurocirujano— ¡Rebeca!
Fue entonces cuando los signos vitales de la mujer se desplomaron, de la nada, dejó de apretar la mano de Walter, dejó de tener los ojos abiertos, dejó de dar señales de vida.
—Doctora, ¿Qué le pasó? —pregunta asustado el novio.
—Enfermera saque al señor Walter Rivera de este cuarto. —Interviene Gwendall— ¡Harrison! ¿Estás libre?
—Si doctora, la segunda bebé está bien, la enfermera la llevará a UCIN. —Responde al acercarse.
—He perdido sus signos vitales, inicia RCP, administra adrenalina y esteroides para que los bebés puedan sobrevivir. —Ordena ella mientras le quita el freno a la cama— Sube, no hay mucho tiempo.
— ¿Me subo, solo me subo y le doy RCP así? —Dijo el interno.
 — ¡no hay tiempo para preguntas Harrison! ¡Hazlo! —gritó.
Entonces se colocó sobre la camilla, cuidando de su vientre y los bebés adentro. Ventiló el cuerpo, apoyó todo su cuerpo sobre el pecho de la paciente, contando del uno al cuatro, mientras Rymer Hughes y las enfermeras movían la cama por todo el hospital hasta quirófanos.
Las miradas de todos postradas sobre el equipo de obstetricia.
—No hay cambios. —Observa la enfermera— ¿Necesitarán desfibrilador?
—A menos que su intención sea asesinar a los cinco bebés que están dentro. —Las puertas del elevador se abren, entonces entran la camilla y luego entran ellas. Colocó la ecografía manual sobre el abdomen de la paciente— Hay actividad fetal, están vivos. Administre adrenalina para mantener viva a la madre.
—En seguida doctora.
—Vamos Claudia, no le haga esto a sus hijos. —Continúa con el RCP.
Observa que no hay cambios en el monitor. Ya casi no sentía los brazos, por lo que levantó el puño y con fuerza, le dio un golpe en el lado izquierdo del tórax.
Para la sorpresa de todos, tuvieron signos vitales de vuelta.
—Bien hecho doctor Harrison. Ahora bájese de la paciente. —añadió la doctora.
 
Están en cuidados intensivos, la doctora Bailey junto a Charles y Haliah, habían terminado la cirugía de Frank. Habían extraído un enorme enema de concreto, que pesaba seis kilos. Su cirugía fue extremadamente invasiva. Tenía un gran corte profundo sobre su zona pélvica hasta el ombligo, por donde pudieron extraer el cuerpo.
Poco a poco abrió los ojos, sintiendo un gran dolor que recorría su abdomen entero.
—Bienvenido de vuelta Frank. —fue lo que dijo el doctor Preston.
—Por dios, duele mucho. —Se quejó.
—Bueno, pues le sacamos de su interior un gran cuerpo de concreto. —Intervino Haliah— Debo de preguntar, ¿Por qué? ¿En qué mente cabría que eso fue una buena idea?
—Lee, cierra la boca. —reprendió Bailey.
—No, tranquila. —Suelta un gemido de dolor— ¿En serio quieren saber la historia real? —les miró estando recostado en la cama.
—Pero por supuesto. —La quedan viendo— Ay por favor no finjan, todos queremos saber por qué se introdujo cemento líquido por el… recto.
El hombre, a más de estar avergonzado, decidió tomárselo con humor. —Yo soy homosexual, estaba con mi novio, teníamos intimidad cuando… decidimos llegar a otro nivel y queríamos hacer algo nuevo.
Intercambian miradas incómodas.
— ¿Y usted sigue con ese hombre? Yo de usted corro de ahí. —Añadió el ex jefe de cirugía.
—No, lo dejé cuando puso ese concreto dentro de mí. —Tragó saliva— Realmente no sé cómo sentirme ahora, yo no quería, yo acepté probar algo nuevo, pero cuando me vendó los ojos y sentí algo frío entrar en mí… me asusté y le dije que se detuviera, pero no lo hizo. Dijo que me amaba y me ayudaría a limpiarme.
Una lágrima cayó por su rostro.
—Frank…
—Luego se fue, me dejó con los ojos vendados, nunca supe cuando salió por esa puerta, solo dejé de sentir su presencia. Y un fuerte dolor en mi interior. —Se topó el corte que le habían hecho.
Bailey se acercó al hombre. —Frank, usted fue violado.
—Eso no fue violación.
—Acaba de decirnos que usted no quería que le hiciera eso, fue en contra de su voluntad. Debemos llamar a la policía para que el que le hizo esto, pague. —Tomó su mano— Doctor Charles, tenemos un código verde.
Entonces el localizador de la interna sonó. De igual manera recibió una llamada Bailey. —Lee, la doctora Rymer Hughes te necesita.
—Suerte con el caso doctora. —y se fue a paso apurado.
 
Por su lado, Isabella seguía a Jayden. Sabiendo aún que esto les pudiera costar el empleo a ambos. Llegaron hasta el baño de hombres, donde ella algo asqueada, entró.
—Jayden, ¿Vas a fingir que no estoy persiguiéndote? —lo tomó del hombro y volteó su torso hacia ella.
Lo ve con lágrimas en sus ojos.
—Wow, ¿Todo bien niño? —pasó su mano suave por la mejilla del interno, limpiando de alguna mirada todo el daño que las lágrimas dejaron en su rostro.
—Manu se fue a California. —Sonó su nariz.
—Bueno, según tengo entendido él era tu paciente, ¿Acaso te enamoraste de él? —se vieron a los ojos.
—No es eso —Lo dice con un nudo en la garganta—,… si es eso. Me enamoré de mi paciente con cáncer y ahora él se va de la ciudad.
— ¿Estás bien, cielo?
—No lo sé, pero me puso tan mal. Despedirme de él. —Sonó su nariz— Me dejó esta foto como recuerdo. —y sonríe al verla, sosteniéndola entre sus manos.
Ella no pudo evitar compadecerse y soltar un puchero al ver la imagen. —Cariño, ven acá. —lo abrazó.
Pero sus localizadores sonaron una vez más. Era la obstetra, estaba furiosa.
—Debemos volver de inmediato si queremos seguir siendo doctores. —dijo Isabella, acto seguido corrieron tan rápido como pudieron al piso de quirófanos.
 
En cuidados intensivos, Monroe daba una pequeña consulta solicitada por los padres de Rachel Watts, la chica que había quedado en estado de coma después de la cirugía de Drew.
—Señor y señora Watts, lamento mucho lo que le sucedió a su hija. Sus pulmones no respiran por si solos, si le quitamos el soporte vital ella simplemente morirá, no les quiero dar falsas esperanzas. —Coloca su postura firme— Se los diré de esta manera, ustedes me llamaron porque quieren una opinión diferente, soy jefa del hospital, con más de diecisiete años de experiencia.
Regresa a ver a la chica.
—Ella no se va a despertar, no hay medicina en el mundo que lo haga, no hay cirugía ni tratamiento, la paciente ya está muerta, lo que la mantiene con vida es este respirador. —concluye.
Sonaría como una total malvada, cruda y salvaje, pero lo que dijo fue porque no quería darles más esperanzas, ya había analizado el caso con Drew, tenía muerte cerebral.
Evidentemente los padres se rompieron en llanto, era lo más difícil de su trabajo.
— ¿Cree que debemos desconectarla? —preguntó el padre.
—Señor Watts, yo creo que sería la mejor opción, no le hagan esto a su hija más. Además, este ventilador puede salvar a más personas, su hija ya no volverá. —tragó saliva.
—Entonces hágalo. —Intervino la esposa— Denos los papeles, desconéctela. —tartamudeando por cada palabra.

Cómo Salvar Una VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora