Cómo Salvar Una Vida

02x23 "Sink or Swim"

How to Save a Life — 02x23

"Sink or Swim"

La noticia de la llegada de Diane Roger al hospital se había esparcido como una infección contagiosa. Janeth Bailey había llegado a emergencias para ayudar con la paciente, era para ella una tremenda sorpresa, Alice Roger no le había contado a nadie sobre el estado de su mamá, más que a Preston Charles, quien ya tenía suficientes problemas para un solo día, con las enfermeras en huelga fuera del hospital, era bastante tarea para resolver.

—Doctora Roger —saludó a la mujer histérica—, soy la doctora Janeth Bailey, residente en cirugía del Seattle Grace Hospital, la atenderé hoy.

—¿Bailey? Nancy Bailey, hace tanto tiempo que no te veía. —de la nada su actitud histérica y terca se esfumó al observar a los ojos de Janeth, como si le hubiera desbloqueado un recuerdo, o algo.

Janeth permaneció pensando en lo que había dicho, había mencionado el nombre de su madre.

—No... doctora. Nancy Bailey era mi madre, falleció hace mucho tiempo. —le hizo memoria— Ella trabajaba aquí, fue doctora, se especializó en cirugía general. Tuve entendido que fueron grandes amigas.

Sus facciones se quedaron inmóviles, perpleja al recordar lo que pudo haber sido el inicio de su enfermedad.

—¿Nancy está muerta?

—Así es doctora Roger. —le dio la señal al paramédico para que le quitara las ataduras de sus muñecas, necesitaba llorar— Necesito revisarla, por favor. —colocó sus manos sobre las de la mujer, ya que estaban temblando desde que mencionó lo de la muerte de Nancy Bailey.

No se negó, asintió con la cabeza dándole luz verde a examinarla. —¿Qué día es hoy? —sonó desorientada.

—jueves 13 de enero del 2009, se encuentra en el Seattle Grace Hospital, su nombre es Diane Roger y necesitará cirugía, porque su expediente médico dice que tiene colelitiasis. Debemos extirpar su vesícula. —explicó.

Diane, que ya había olvidado siquiera lo que es una vesícula, comenzó a llorar entre las sábanas blancas de la camilla en la que estaba tendida. Sus ojos azules se fueron llenando de lágrimas y una tonalidad rojiza alrededor.

Por su propio lado, Preston Charles había salido para tratar de arreglar las cosas con la multitud de enfermeras que sostenían sendos letreros y cartolas lo más alto que sus brazos les permitiera.

Acompañado de Monroe y Drew, y claro, un megáfono para poder ser escuchado por todos. Se colocó de pie frente a todas ellas, las que comenzaron a abuchearlo en cuanto siquiera salió por las puertas de cristal.

—Atención, atención —resonó en un eco que permitió ser escuchado hasta la última fila de las protestantes—, soy el doctor Preston Charles, y me dirijo hacia el personal de enfermería, por favor, resolvamos este inconveniente, el hospital se derrumba sin ustedes.

—¡Debieron pensarlo antes de darnos ese trato de esclavos! —gritó una de ellas, quien sostenía uno de los tantos carteles.

—Justo de eso quiero que hablemos, aclaremos todo esto. —establece el hombre de bata blanca.

A su lado, Fallon Drew que solo vestía su uniforme azul marino, y junto a este, Zae Monroe, la que acompañaba su uniforme azul marino con una sudadera gris debajo.