When it's pulling me under

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Las voces lo invadían, pero no le incomodaban de hecho le agradaba la sensación de tener algo que hacer, era como volver a lo que tristemente siempre fue. Dependiente.

—¿Puedes traerme más café? Por favor.

—Claro en seguida.—respondió Mingyu alegremente.

Sorprendentemente después del incidente en el grupo de ayuda Kim encontró un buen trabajo en un café y era justo lo que necesitaba, siempre estaba haciendo lo que los clientes le pedían y su jefe no podía estar más feliz, pues Mingyu era eficiente y rápido.

—¿Necesita algo?—Mingyu servia el café en la taza del cliente.

—Por el momento no, gracias.

Mingyu sonrió un poco antes de dejar al señor que bebía plácidamente su café y leía un periódico aunque aquello no era lo más interesante del lugar sino más bien lo era el chico que estaba en la entrada, tenía una mirada preocupada de hecho todo el.

—¿Qué haces aquí Seokmin?—fue lo primero que el alto se le ocurrió preguntar en cuanto se acercó.—¿cómo supiste que estaba aquí?

—Yo no sabía si debía venir.—Seokmin bajo la mirada.—creo que debería irme.

—Ya viniste hasta acá, al menos entra y tomate un café.

Seokmin terminó por entrar al local con desconfianza, no sabía como había terminado en aquel lugar ni siquiera sabía que Mingyu trabajara ahí, solo entró por curiosidad que cambio a temor una vez estuvo sentado en una de las varias mesas que había en el café.

—Solo tengo unos minutos.—Mingyu apareció de nuevo con dos tazas de café.—¿me dirás qué haces aquí?

—Tuve una entrevista de trabajo y obtuve el puesto.—Seokmin no parecía feliz al contar aquello.—pero no rechacé, deje ir una buena oportunidad por mi miedo a lo que se diría de mi, no sé si pueda seguir así.

—Todos los días es una batalla, pero lograrás un día no temerle a la opinión pública.

—Me da miedo quedarme solo.—Mingyu entendía aquello.

Quizás en ese momento Mingyu se sentía bien con su trabajo y lo que conllevaba, pero al salir de ahí él también se sentía solo, ya no tenía amigos con los que salir ni siquiera para hablar, su trastorno había hecho que todos se apartaran de él así como pasó como Seokmin.

—No estas solo.—respondió firmemente Mingyu.—jamás lo estarás, nosotros somos muchos y de una extraña manera siempre nos apoyamos aunque no queramos.

Seokmin siempre terminaba alejándose de todos o los demás solo se iba sin decir nada, pero sabía en el fondo que podía confiar en Mingyu y aquel grupo tan extraño que se había creado dentro de un almacén abandonado como un propósito aún desconocido.

—Debería regresar a casa.—Seokmin se dio un momento para ver hacia afuera.—debo estudiar.

—¿Vendrás después? Por lo del plan de Seungcheol.

—Aquí estaré, aunque no sé que tan buena idea es que estemos todos aquí.

—Es una forma de estar seguros.—aseguró Mingyu.—y Jeonghan apoya el plan.

—Pasamos de ser usados por ese psicólogo a ser usados por Choi y Yoon, no es un buen cambio ambos son inestables.

—Todos lo somos.

Con eso último Mingyu se puso de pie, tenia que seguir trabajando y Seokmin debía irse, sus personalidades no combinaban, debía ser todo a causa de sus trastornos; uno buscaba estar con las personas para recibir órdenes y otro huía de todo lo relacionado a las personas.

El regreso a casa de Seokmin había sido mucho más tranquilo que cuando salió, aunque la sensación de que todos lo miraban seguía presente a cada paso que daba y aunque sabía que ese temor era irracional su mente creaba escenarios donde cometía algún error que lo dejaba en ridículo ante todos. Vivir así no era vida, y quería cambiar, deseaba mucho poder salir de su hogar cada mañana sin pensar en toda una lista de cosas por las cuales las personas podían juzgarlo e incluso tener amigos, pero ahora ya no tenía apoyo profesional y contratar uno nuevo era muy caro para su actual estado financiero, a parte de su falta de empleo.

Antes de llegar a casa Seokmin pudo ver a lo lejos un grupo de personas riéndose entre ellas, uno de los chicos parecía estar diciendo algo muy chistoso pues todos reían, esa era la vida que él deseaba, añoraba poder reunirse con personas así y no tener miedo de nada, seguramente de todos los trastornos que existían el suyo era el peor o así lo sentía el.

Deep End • SeventeenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora