➸ VEINTISIETE

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Eclipse

🥀

Era cómico, sí, definitivamente era muy cómica aquella situación. De un segundo a otro aquella felicidad que los rodeaba se había desvanecido como si fuera polvo.

Ella estaba acostumbrada a estar en hospitales, un brazo roto por una caída en deportes, contusión cerebral por la caída de un árbol, intoxicación por la comida de su madre, influenza, contusión por la caída de un caballo, inanición, una pierna rota por un choque en motocicleta, costillas fisuradas por estrellarse contra un espejo, brazo casi cercenado por las garras de un lobo, brazo casi cercenado por los colmillos de un lobo.

Para ella era muy común estar en hospital, tomar su historial médico y ver si por fin iba a morir o aguantaba un rato más.

Sin embargo, el hecho de que ahora no fuera el enfermo, el hecho de que no fuera ella la que estaba en esa cama, le molestaba. Y es que la imagen de su madre, tendida en esa cama blanca, no le gustaba, odiaba esa imagen.

Solo una vez su madre estuvo en cama y porque le tuvieron que quitar la vesícula, solo le hicieron una simple colecistectomía laparoscópica.
Una semana y la rubia ya estaba como nueva.

Ahora no era así.

—Le pido de favor que nos hable sin rodeos. - Samuel se sentía extrañado al estar en el lugar del familiar en lugar de ser el médico. Ahora terminaba de comprender lo que sienten las familias cuando están sentadas en la sala de espera.

—Le hemos realizado todo tipo de estudios a la señora Stevens. - Explicó el médico, quien les dio una señal con la mano para que lo siguieran.

La mejor forma de explicarle a un médico y hacerle entender lo que está ocurriendo con su familiar, es: tratarlo como el doctor que era.

Nala iba caminando a un lado de su padre, siguiendo por aquellos fríos pasillos al doctor a cargo de su madre. No es que fuera pesimista, pero los estudios de su madre se habían prolongado por horas y horas, las preguntas iban y venían pero las respuestas no llegaban.

Al llegar, lo primero que vieron los ojos negros de la joven, fue un montón de estudios sobre los múltiples negatoscopios de la habitación.

Cuando sus oídos captaron el jadeo involuntario de su padre, se dio cuenta de que todo era un caso perdido, y lo poco que había abarcado de esperanza en su corazón, se había disminuido drásticamente a casi nada.

La Vie En Rouge → [ Carlisle Cullen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora