La Vie En Rouge → [ Carlisle Cullen]

➸ ONCE

¡Qué estúpido!

𑁍♡𑁍

Nala iba aferrada a la espalda de Carlisle, aún le sorprendía en demasía la rapidez que él podía adquirir aún con su peso encima.

Ella estaba acostumbrada a correr lo más rápido posible en su motocicleta, siempre le exigió a su pantera lo máximo, por ello mismo es que podía distinguir bien todo el paisaje a su alrededor el cual estaba pasando con rapidez.

Una sonrisa se dibujaba en el rostro de ambos, tras dos semanas podían decir que estaban haciendo una muy excelente dupla, a ella le encantaba él, y él la adoraba a ella.

Tras unos pocos segundos de viaje, ambos habían llegado a un claro lleno de flores, Nala agradecía tomar previamente una Loratadina de otra forma terminaría muriendo por asfixia.

-Usted es bueno corriendo. - Tuvo que admitirlo, antes de que Carlisle le ayudará a bajar, ella ya había saltado de su espalda cayendo con gracia sobre su pierna buena.

-Definitivamente eres todo un enigma, no te mareas por nada del mundo. - Le alabo el vampiro antes de pasarle su bastón.

-Me gustan las emociones fuertes. - Admitió con sencillez antes de encogerse de hombros. -Nunca me voy a cansar de este lugar, es... Armónico.

El médico tuvo la intención de ayudar a la chica para que está pudiera sentarse en el pasto, pero ella simplemente se dejó caer de espaldas en el, tuvo que reprimir las ganas de golpear su frente con la mano. Al contrario, dejo que una risa saliera de sus labios, ya que realmente le gustaba la actitud tan fresca y práctica que la chica tenía al mismo tiempo en que tomaba asiento.

-¿Qué tal te va en la escuela, Nala? - Le pregunto tranquilamente con el afán de sacar cualquier tema de conversación.

-Normal. - Soltó un una mueca desinteresada. -Sus hijos quieren matarme porque les quite el primer puesto en calificaciones, Úrsula quiere matarme porque consigo todos los puntos de literatura aunque no los necesito, todos en mi clase intentan pedirme los apuntes o robar mis libretas pero eso no sirve de nada ya que yo no apunto nada.

-¿No tienes los apuntes de tus clases? - Le cuestionó interesado.

-Claro que los tengo. - Protesto al instante para después soltar una leve sonrisa. -Aquí. - La chica señaló su cabeza haciendo referencia a su cerebro. -Por eso no debe sorprenderle que en mi mochila tenga una sola libreta con dos plumas si es que no las he perdido ya.