CAPITULO 10

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Rodeé una y otra vez, de un extremo a otro tratando de conciliar el sueño. Alargue el brazo al buró al lado de mi cama y tomé el móvil para ver la hora. 

5:26 a.m.

En vista de que no tuve éxito alguno y no tenía más sueño, suspiré y me puse de pie. Me desplacé hacía el cuarto de baño y abrí mi closet para tomar las prendas con las cuáles saldría a correr un poco. Era un hábito que tenía con Emily. En mi recayó un mar de recuerdos, regrese a la mesa de noche dónde permanecía el móvil y me dispuse a escribirle un mensaje nuevamente.

"Emily.. ¿Podemos vernos en la tarde en el bar de bill's? Estaré allí cuándo salga del entrenamiento. Te esperaré. a las 3:00 p.m. "

Deje el móvil sobre mis manos esperando ver si había un "En línea" o "escribiendo" en su conversación que por cierto, tenía semanas sin responder. Suspiré pesadamente y me desplace nuevamente y me coloque algo de ropa abrigadora, lave mi rostro, tomé el móvil y unos auriculares para escuchar algo de música mientras corría.  Al salir de mi habitación un adormilado Van subiendo por las escaleras con un vaso de agua en su mano.

—¿A dónde vas tan temprano, hermana? —Su voz sonaba ronca

Tome su vaso y bebí un poco del mismo.

—Voy a correr —Dije mientras devolvía el vaso a su mano.

—¿Por qué? —Su voz sonaba sorprendido —Son— se detuvo un momento y busco con su mirada el reloj que permanecía en una de las paredes del segundo piso las 5:48 a.m.

—Se me ha espantado el sueño—Una ligera sonrisa broto de mis labios.

—Vale.. ¿o se trataba más bien que no puedes dormir por el nuevo chico que haz conocido? —Una ceja se levanto.

Ajha....

—Para nada.. ya me voy que no quiero que me coja la tarde—Nos vemos.

Segundos después, mi figura se hizo presente afuera de mi casa. Estaba helado, había nieve por doquier. Coloque mis auriculares en cada uno de mis oídos, estiré mi cuerpo un poco y comencé a trotar, para calentar un poco el cuerpo. Una melodía en mi  reproductor. Sentía el aire helado tocando mi rostro y el sonido fuerte de la melodía en mis oídos. Corrí por unos minutos, mis pulsaciones comenzaron a ser más rápidas conforme aceleraba el paso, en algún momento cerraba mis ojos y corría al ritmo de la melodía. Giré levemente la muñeca para ver nuevamente la hora. 

6:38 a.m.

Cielos.

Me desplacé a casa y al llegar subí a mi habitación para colocarme de nueva cuenta algo más adecuado para el entrenamiento físico de hoy. Hoy no necesitaría mis patines por lo que pasé de liso a lado del bolso dónde permanecían los mismo. Iba bajando por las escaleras dirigiendo al primer piso cuándo el rugido de mi estómago me detuvo, giré mi muñeca y observé la hora, miré que tenía tiempo de tomar alguna fruta y hacerme algún emparedado.  Me dirigí a la cocina y abrí una de las alacenas en busca del pan y un poco de mayonesa. Abrí el refrigerador para tomar algunos vegetales y algunos huevos. Encendí la estufa y coloque dos huevos sobre el sartén. Mientras coloque el pan en el tostador y pique los vegetales. Pude ver de reojo una silueta observándome, por lo que me gire y miré a mamá. 

—¿Qué haces?—Sus brazos reposaban en sus caderas.

—Desayuno —Mis facciones se vieron obvias. 

—¿Estás enferma?—Se acerca y coloca su mano en mi frente tratando de descartar alguna elevación de temperatura—Claro, su tono y acción fue irónico. 

Patinadores de hieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora