Capitulo 24

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Una simple respuesta, a muchas (y revueltas) preguntas:

23 de Octubre/ 2017

En una noche oscura y fría como las que normalmente ocurren en Frycity, Samantha que estaba cansada de discutir con sus padres, tomo una decisión desesperada. Corre a su habitación, cierra la puerta con seguro y recoge todo lo que necesitara para lo que había planeado; escapar.

Las peleas constantes y violentas con sus padres habían llegado a su fin, tomo una decisión y no había vuelta atrás. Estaba harta de que su padre tratará de controlarla, de que su madre tomará decisiones sobre su vida. Tenía 19 años, y ni siquiera habían dejado que se mudará de aquella casa que tanto pánico le infundía.

Esa noche lo haría, lograría liberarse de aquellos monstruos que habitaban con ella.

Sara era su única preocupación, su pequeña hermana de 14 años tendría que pasar por todo lo que paso ella, o por más. Samantha era consciente de los constantes abusos que recibía por parte de su tío, aquel hombre detestable y aborrecible; lo atrapo un par de veces escabulléndose en la habitación de la pequeña Sara, mientras dormía. Había hablado con sus padres, pero el pobre tío Brandom no tenia donde dormir. Aquello desataba la furia de Samantha; Sara era su hermana, y nunca pudo hacer nada para ayudarla. Aquello la hacía sentir como una cobarde, y luego de un tiempo dejo de intentar. Tenía que lidiar con las suplicas de su pequeña hermana cada que al tío Brandom le apetecía abusar de ella.

Estaba decidido, Samantha huiría de aquella casa, y luego de un tiempo se llevaría a Sara con ella, estaba segura de que podría darle una mejor vida que aquellos monstruos a quienes llamaban padres.

Con lo que no contaba, es que aquella huida se vería interrumpida. Por una pala y un hoyo.

***

Esa noche, Samantha como de costumbre bajo a cenar. Su tío, madre, padre y la callada Sara, se encontraban reunidos en la mesa, fingiendo ser la feliz familia que siempre aparentaban ante los demás.

Samantha baja las escaleras, mientras observa el retrato familiar que en aquella mesa se encontraba, de no haber sido porque sabía cuántos demonios cargaban esos individuos habría pensado que eran una familia perfecta. Lástima que tenía que abandonarlos.

-Rapunzel baja de su torre- exclama Brandom al ver la silueta que se asoma por las escaleras.

-¿El chiste viene incluido, o aparte?- replica Samantha en un tono molesto.

-Parece que alguien esta de mal humor- añade Braulio, quien se encarga de servir los spaghettis.

- No le encuentro ninguna gracia a los comentarios de Brandom- exclamo en un tono molesto.

-Es solo un juego princesa, deberías relajarte un poco- dice Brandom mientras observa con malicia y lujuria la figura de su sobrina mayor.

Mientras esta escena se llevaba a cabo, la pequeña Sara observaba todo desde una esquina de la mesa, sin comentar ni opinar, no se atrevía a abrir la boca cada que Brandom estaba cerca porque cada vez que decidía decir algo, los ojos de Brandom se posaban sobre ella, como un depredador que acecha a su presa, la miraba con malicia, no se atrevía a disimular ninguno de sus gestos.

Todos se sientan en la mesa, comiendo en silencio mientras un aire espeso se esparce por el lugar, la tensión podría cortarse con un par de tijeras. Sin embargo, Samantha estaba muy sumida en sus pensamientos como para prestar atención al tenso ambiente ¿Quién en su lugar no lo estaría? Esa noche tomaría una decisión que cambiaria mucho su vida a partir de ese momento.

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