Destino:
Hay cosas que no podemos cambiar, solo dejar que ocurran. Los desastres naturales son un ejemplo de esto, y quizás el destino.
Esta pequeña ciudad ha sido marcada desde el principio, desde que sus fundadores se mataron entre ellos para probar quien tenía más poder. Ha sido sangrienta desde sus inicios.
Hay algo en el ambiente que te hace perder la cordura, quizás es el frio constante, o quizás que casi nunca está soleado.
Los Almeida han estado mal de la cordura desde que su familia se formo, obsesionados con el poder, a pesar de que ya lo tenían, siempre están buscando más de lo que se les otorgo. Siendo dueños de esa miserable ciudad, querían llegar más lejos, dominar sobre todo y todos. Han tenido siempre delirios de grandeza.
Unos cuantos miembros de la familia han sido diferentes al resto de maniáticos, entre ellos Sara, Samantha y su abuela Flor, comparadas ante el resto de lunáticos que solían ser los Almeida, ellas lograron destacar, buscar algo diferente y poder cambiar el destino que se les había asignado.
Los Lorant por otro lado, siempre han sido serviciales, dispuestos a cambiar y ayudar a quien lo necesitara. Sabían que no necesitaban más poder del que tenían y eso era suficiente. Para ellos lo más importante siempre ha sido la familia, estar unidos y compartir fuerzas. Tanto Iván siempre fue un hijo y un padre ejemplar, su esposa quizás era un poco más fría que él, pero nunca dejo que sus impulsos la consumieran. Sus hijos eran ejemplares ante todos, y aunque tenían sus demonios, nunca dejaron que nadie se viera afectado. Al menos hasta el incidente en su anterior ciudad, pero no hablan sobre eso.
¿El truco de los Lorant? Se rodearon de gente igual de poderosa y gentil que ellos, formaron una sociedad secreta la cual ayudaba a acabar con las cosas que consideraban moralmente mal en el mundo. Y lo hacían siempre luciendo elegantes. Habían acabado con innumerables asesinos, siendo respaldados siempre por el gobierno, quienes estaban más que felices de tener esa seguridad extra que brindaban a sus habitantes.
Años y años de investigación los llevaron a esa pequeña ciudad donde ocurrían sucesos muy extraños y nunca se reportaban desaparecidos. El gobierno no los tomo como amenaza, pero los Lorant si, vieron las cosas escalofriantes que ocurrían allí, como sus habitantes eran asesinados bajo sus mismas calles y no se daban cuenta. Se plantearon como objetivo bajarles el telón que los mantenía intactos de la justicia. ¿Con que no contaban los Lorant? Con que los mismos gobernantes que los apoyaban a ellos estarían involucrados en el negocio, por eso siempre se hacían los ciegos ante los sucesos extraños. La asociación los descubrió y decidió trabajar a ciegas de ellos, sin contarles nada. Estuvieron planeando esto durante años y más vale que el plan les salga a la perfección. Porque están en riesgo las vidas de todos aquellos colegas a los que consideraban familia.
Mauro:
Los miembros de la asociación bajan de sus lujosas camionetas, ante lo que siento gracia de que nunca pueden aparecer como personas sencillas, ese es nuestro sello.
Automáticamente los guardias conejos voltean ante ellos y comienzan a disparar, pero claramente sus extraños trajes tienen protección, sin embargo mientras más balas reciben, se van debilitando. Por lo que no pueden perder tiempo para comenzar a actuar. Y nosotros también.
Amelia y yo corremos adentrándonos en la horda de conejos que estaban soltando balas. Peleando con los que no traían armas, Amelia siendo delicada pero rápida como siempre, buscando manchar su cara lo menos posible con el liquido rojo que salteaba sobre ella. Nuestros compañeros se unen a nosotros en una batalla cuerpo a cuerpo, era tan sangrienta la escena que provocaba ganas de vomitar. A mi manera suelo ser un poco mas brusco, no me importa llenarme de sangre de asesinos los cuales infunden terror en una ciudad completa. Poco a poco más soldados van cayendo al piso, llenando la calle con sangre. Por lo que ya no tengo que preocuparme mucho por pelear, al contrario.

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RELEVIUM
Misterio / SuspensoFrycity, una ciudad aparentemente normal pero...¿Que tanto lo era? Si bajo sus calles, monstruos yacían, con sed de sangre, esperando para acechar, hambrientos de poder. Esto apenas comienza.