Capitulo 22 (1)

29 9 0
                                    



Siempre estuvo en el lugar más esperado. Bajo nuestras narices:

Sara:

El inicio de esta semana no había sido muy pasivo que se dijera, he estado tan ajetreada estos últimos días, que apenas tengo tiempo para sentarme y respirar. Resulta que el lunes me ha tomado desprevenida en el instituto con un examen sorpresa de química, aparte aun tengo que trabajar en mi proyecto comunitario y últimamente no he estado muy caritativa que se diga.

No he tenido tiempo para pensar en el asunto de mis padres. Pero algo está más que claro, me obligaran a ir, mi padre siempre me obliga.

Siento que ir seria traicionar todo el esfuerzo que Mauro y yo le hemos puesto a tan extraño rompecabezas, significaría traicionarlo a él, a Sophia, a Susej, y en general a todos los que han estado ayudándome. Tengo el tiempo en mi contra, pues teniendo en cuenta de que hoy ya es viernes tampoco es que tenga mucho que pensar. ¿Estoy dispuesta a todo esto?

Ya en casa luego de llegar del instituto, no me sorprende encontrar la camioneta aparcada afuera y lista para salir. Al abrir la puerta todo me confirma que iría con ellos a como diera lugar.

-Cámbiate. Dice mí padre- Salimos en diez minutos.

Subo a mi habitación y allí, parada en medio de todo el desastre que tenia, me di cuenta de algo realmente extraño que estaba sucediendo ¿Cómo mi padre había dado con la ubicación exacta de aquel tesoro, cuando yo, que tengo meses investigando, había fallado más de una vez? Algo estaba ocultando, y para su mala suerte yo me dedicaba a resolver misterios.

Ya no hay vuelta atrás, tal vez nunca la hubo.

***

¿Cuánto estamos dispuestos a sacrificar?

Esta última pregunta me la he hecho a lo largo de la semana, llevo días dándole vueltas a la propuesta de mi familia, pero no estoy dispuesta a perder a personas que quiero por su avaricia y sed de poder.

Miro los árboles en el camino a la mansión, tanto mirar por la ventanilla me causa mareo y dolor de cabeza, tengo la sensación de que algo no va bien.

-No deberíamos seguir- le digo a mis padres -No tengo un buen presentimiento sobre todo esto.

-Tienes razón querida- dice mi madre mirándome a través del retrovisor. Siendo sinceros, ella tampoco quería venir. Si no hasta que mi padre la obligó- Braulio hay que dar la vuelta.

-No seas testaruda mujer- dice mi padre con la vista clavada en la carretera.

Mi padre frena de golpe y me tambaleó hacia adelante gracias al brusco movimiento.

-Creo que nos han ganado el premio- dice mi padre. Miro a través del cristal y un grupo de personas con máscaras está trancando el paso, cubiertos de sangre y tierra.

Tienen varios cuerpos a los pies. Intento revisar las herramientas que están en la parte de atrás del auto y cuando vuelvo hacia adelante tengo un cañón en la nuca.

-No te muevas, si lo haces. Bum en tu bonito cuello- dice con voz como de un robot una figura enmascarada que sujeta una pistola en mi cuello. Las mismas mascaras que se encuentran en mis pesadillas desde aquella tarde en el cementerio.

Siento un golpe en la nuca y caigo desmayada.

***

Todo da vueltas, siento como si mi cabeza pesara más de diez kilos y no puedo sostener ese peso. Mis zapatos ya no están, solo un frio piso de madera yace bajo mis pies.

Me siento helada, froto mis brazos en busca de calor y me percato que ya no tengo mi sudadera. Aun con el mismo mareo, logro medio estabilizarme apoyando los codos en el frio suelo.

Oh no.

Esto no es malo, es peor que malo. Santo dios emo que todo lo puedes ayúdame en esta situación. Al parecer mis deseos de morir se habían vuelto realidad, solo que no como yo lo esperaba. Reconozco esta habitación, la misma habitación de la que saque a Susej hace unos días. No puede ser, estoy encerrada en el lugar que tanto odio.

Que retorcido.

Ahora, por primera vez en mucho tiempo, siento miedo, miedo de no volver a casa, miedo de no poder despedirme de todos a los que quiero, y miedo de que después de que odiaba su presencia ya no podre ver más a Mauro, mis amigas, y a Cris.

La piel se me vuelve de gallina cuando pienso en todo lo que podrían hacerme estando allí, encerrada y vulnerable. Ahora es el momento de pelear con mis propios monstruos. Ahora es cuando debo resistir, y aunque no viva para contarlo, estos hijos de p*ta no podrán decir que les hice fácil su trabajo.

Iba a resistir, iba a luchar, solo que no sabía que eso se convertiría en el objetivo más difícil.

Mis parpados se vuelven más pesados, lucho contra la sensación de sueño profundo que insiste en colarse por cada fibra de mi ser, pero termina ganando y yo caigo rendida en el suelo una vez más.

En ese momento, se abre la puerta y frente a mí, un cuerpo lo suficientemente alto como para hacerme sombra se encuentra inclinándose para revisarme más de cerca. Y cuando estoy a punto de ver su cara mis pesados parpados se cierran, haciéndome víctima del profundo sueño que me acechaba.

***

No tengo idea de cuánto tiempo ha pasado para cuando logro abrir los ojos, siento como si todas mis horas faltantes de sueño hubiesen sido compensadas. La puerta se abre por segunda vez y en esta ocasión si logro ver quien está delante de mí.

-Qué bueno que hayas despertado.

-Yo también me encuentro feliz de verte, papá.

𖦹𖦹𖦹𖦹

☾︎ 𝑺𝒊𝒈𝒖𝒆𝒎𝒆 𝒆𝒏 𝑰𝒏𝒔𝒕𝒂𝒈𝒓𝒂𝒎 ☽︎

@demon.ssp 💜

RELEVIUMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora