Capítulo 11

42 8 0
                                        

                                       Poderoso:

Desconocido

Las sensaciones de miedo que despierto en Frycity me hace sentir poderoso, los vigilo a todos y ni cuenta se dan, los manejo a mi antojo. Mi ejército es como una manada, son fieles y serviciales, pero inútiles al final. Lo controlo todo y a todos, soy el Dios de Frycity.

Y no voy a dejar que nadie se interponga en mi camino.

Tengo una importante reunión esperándome y ya voy treinta minutos tarde, los asuntos en Frycity están fuera de control y el pánico que generó en los habitantes me hace reír. Ellos me eligieron y ahora yo los gobernaré como debe ser.

Las frías paredes me dan escalofríos, hace ya varios días que se nos fue un asunto de las manos con la chica rubia. Era demasiado entrometida y hacia mucho ruido.

La reunión se llevará a cabo con el jefe del cuerpo policial. Necesito resolver asuntos pendientes con él.

-Buenos días señor- saluda el agente.

-Espero que tengas lo que te pedí. No soporto la incompetencia.

-Aquí está señor, las pruebas forenses que apuntan al patrón de puñaladas y he dejado el cuerpo libre de muestras de ADN, esto no tardará hasta llegar al consejo estatal.

-Eres muy ingenuo Patrick, el consejo estatal está al tanto de todo ¿Quién crees que nos financia las armas? ¿Quién transporta la droga? Son ellos detrás de todo.

-Estoy al tanto de eso señor, pero así como se rebelaron contra usted, pueden hacerlo ante ellos-Dice y se nota preocupado.

Me acerco a él y le apoyó una mano en el hombro.

-Ay Patrick, mi querido e ingenuo Patrick- me acerco a su odio- Ni se te ocurra rebelarte, porque ya sabes lo que te espera.

-Si, si señor- tartamudea el pobre.

Me encanta tener ese efecto en las personas, me hace sentir que lo puedo controlar todo, absolutamente todo, porque al controlar la mente humana, todo lo demás viene en bandeja de plata.

-Ahora Patrick, si me disculpas. Tengo asuntos pendientes.

Asiente y se retira.

Voy hasta el sótano de la casa y allí me espera la misma rubia de hace días, mi querida Alex.

-Espero que hayas aprendido a portarte bien, querida- le digo alzando su rostro.

Sus ojos verdes me miran como si fuera la peor cosa del mundo, y en cierta parte lo soy. Me encargue de enamorarla para luego atarla en mi sótano.

Me escupe.

-Vaya Alex, al parecer no has aprendido. Creo que esto te va a costar otra semana sin comida- digo y me doy la vuelta.

-N-no por-por favor- su voz no es más que un susurro.

-¿Qué dijiste? No te escuche bien. Repítelo.

-No, po-por favor. Señor- repite más alto

-Por ahora me lo pensaré, ten un poco de agua, asegúrate de no bebértela toda. Se me acaban las reservas.

Agarra la botella como si fuera el tesoro más preciado. Y en parte lo es.

Solo que ella no saldría viva de esto.

-Señor, hay novedades- habla uno de mis escoltas en la puerta.

-Voy enseguida.

***

-¿Cómo es que nos han descubierto?- digo lanzando lo que tengo sobre el escritorio.

-Aquí está una razón- Uno de mis guardias arroja a una mujer que ronda los cuarenta años, de cabello claro y ojos oscuros.

-Disculpe señor...

-Ah Julia, mi querida, querida Julia- digo interrumpiéndola- ¿Con que te has vuelto descuidada?

-No, no señor. No sabíamos que esos muchachos estuvieran ahí.

-No quiero excusas Julia, para eso decidiste unirte a nosotros y retrasar a tu marido en la búsqueda. Tendrás la oportunidad de arreglar lo que has hecho, o si no, ya sabes el riesgo que corres.

-Sí señor. Me retiro con su permiso.

Le hago señas para que se retire.

Justo ahora tengo dos adolescentes pisándome los talones por culpa de la incompetencia de esta mujer.

No me importa llevarme por delante a quien sea. Tendré lo que quiera sin importar el precio.

Y nuestro secreto, mi secreto es más valioso que todos en este jodido pueblo.

RELEVIUMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora