Capítulo 21

29 7 0
                                        

La familia también oculta secretos ¿Que tan grave son? :

Sara

Luego de todo lo que he pasado con Mauro, no estoy segura de que lo que siento por él sea solo amistad, pues hay una sensación mas fuerte que me abarca y consume cuando se encuentra cerca de mi. Siendo sincera, nunca me he preocupado mucho por líos amorosos y esas cosas, no se si tenga la madurez de enfrentarlo, y en este momento tengo la cabeza vuelta un lio. Y una de las interrogantes mas grandes que abarcan mi dudoso cerebro es ¿Sentirá él lo mismo que yo? No estoy segura y eso me aterra, no tener algún indicio que pueda indicar algo mas que el rechazo es abrumador. Ya entiendo porque todas las chicas se cuestionan a sí mismas en situaciones como estas. 

El reloj de mi habitación marca mas de media noche y empiezo a sentir lo mismo que todas las noches, mi boca reseca, las palmas de mis manos sudan, siento que me encuentro en un remolino y no paró de dar vueltas, el pecho se me contrae y comienzo a temblar. Rápidamente extiendo una de mis temblorosas manos y agarro el frasco de pastillas que está en mi mesita. 

Meto una en mi boca y poco a poco comienzan a disminuir las sensaciones.

Insisto en que un vaso de leche tibia siempre curara mi insomnio y en pasos silenciosos me dirijo a la cocina. Mi intento de no hacer ruido fue en vano pues, cuando estaba a punto de bajar las escaleras, susurros se escucharon abajo. 

Oído de vieja chismosa, no me falles ahora por favor. 

Como diria yo, pare mi oreja, para escuchar que era tan secreto como para hablarlo a la media noche en susurros. Lo primero que escuche fue murmullos, pero según pasaban los segundos, mas claras se escuchaban las voces.

-...eso es muy peligroso Braulio, por el amor de Dios, piensa en Sara- la voz de mi madre se escuchaba agitada y preocupada, por lo que me esmere por escuchar mas. Pero no soy yo, si no me sale algo mal. 

Por lo que, la siguiente cadena de eventos catastróficos fueron causados por mi y mi desequilibrio. 

Al apoyarme un poco mas en el barandal de la escalera, mi cuerpo no se apoyó completamente y termine cayendo escaleras abajo. Visto desde otra perspectiva hubiese resultado gracioso ver como mi esqueleto rodaba por los escalones, pero tomando en cuenta que si mis padres descubrian que los estuve espiando estaría en serios problemas, solo me quedo pensar en que excusa inventar esta vez. 

-Pero ¿Que demonios?- dice mi padre- ¿Sara? 

-Ah, hola papi- digo con una mano detrás del cuello. 

-¿Estas bien, hija?- pregunta mi madre ayudándome a levantarme- ¿Que hacias despierta a esta hora?- Oh no, nada, casual, los estaba espiando porque desconfío de ustedes y en general de todo el mundo, intente oír lo que estaban diciendo pero creo que resbale y cai. Muy casual. 

-Solo no podía dormir y baje por leche tibia- dije sacudiendo mis pantalones- ¿Ustedes que hacen despiertos tan tarde?- Mis padres se miran, y mi madre le dedica una mirada preocupada a mi padre, mientras este parece evaluar la situación. Como parece que ninguno iba a decirme nada, decidi continuar. 

-Escuche que susurraron sobre algo peligroso ¿Que está pasando?- decidí indagar. Y mi mamá pareció estar muchisimo mas preocupada que antes, así que les dije- Mamá ¿Que está pasando?- busqué sus ojos, pero ella tenia su cabeza baja y ninguna intención de responder a mis preguntas- ¿¡Acaso nadie piensa decirme qué está pasando!?- explote. 

-Calmate, Sara- dice mi papá- Claro que te lo explicaremos, pero necesito que te calmes y mantengas la mente abierta ¿Vale?

-Vale. 

RELEVIUMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora