RELEVIUM

Capítulo 9

                                                                              Jardineria 

Las nubes cubrían el cielo de Frycity, una de las tantas mañanas frías que se tenía en este lugar.

La ciudad despierta a las 6am, ya son las 9 cuando nuestra querida Sara despierta obligada por María, su madre italiana.

Sale junto a su padre y se dirigen al consultorio médico Bystachil, un edificio que cuenta con tres pisos y en el que ejercen distintos oficios. Se dirige al segundo piso donde se le ha asignado una cita con la Doctora Hoffman.

La ciudad de Frycity se encuentra en movimiento por encima de sus calles, lo que no sabían los habitantes es que por debajo de estas se ejercía un movimiento igual o mayor que el de ellos.

Sara

La cita con la doctora Hoffman me toma alrededor de dos horas, mi psicóloga solía serme de ayuda, pero creo que ahora necesito algo más avanzado, pues mis problemas han ido en aumento.

Me cuelgo el hoddie que me quite al entrar al consultorio, pues había calefacción, ahora es necesario ya que hay mucho frío.

Llamo a mi padre quien tarda más o menos quince minutos en aparecer.

Me incorporo en la parte de atrás de la camioneta, la cual tenía espacio para una tercera fila de asientos, pero decidimos dejarlo para guardar las maletas o herramientas en caso de emergencias.

-¿Cómo te fue, hija?- pregunta mi padre.

-Bien papá- digo encogiéndome de brazos-¿Dónde estuviste?- preguntó al ver que estaba sudando.

-Fui a la farmacia a comprar algunas cosas-dice un poco nervioso.

Recorremos aproximadamente veinte minutos y hace una parada al frente de un mercado para comprar algo de comida.

Rápidamente reviso la camioneta en busca de algo que me pueda dar indicios de donde estaba. Dirijo la vista hacia el "maletero" y encuentro cosas que no deberían estar ahí.

Botas de goma, una pala, rastro de tierra, guantes amarillos y un rollo de papel. Mis padres no practican la jardinería, y para eso tenemos a alguien que arregla el jardín de la casa.

Desenrollo el papel y lo que encuentro me deja con más preguntas. Es un mapa de Frycity pero no tiene ningún lugar marcado en específico. Volteo la cabeza y papá viene con una bolsa y frutas.

Reacomodo el mapa en su lugar. Mi papá me está ocultando algo y descubriré que es.

Abre la puerta del coche e introduce la bolsa con frutas.

-¿Quieres hija?- me dice señalando una manzana.

-No gracias papá, no tengo hambre- digo. La verdad si tengo pero lo que acabo de ver me quito el apetito

***

Algunas horas después estoy encerrada en mi cuarto, intentando atar cabos.

¿Quiénes eras las personas del cementerio?

¿Por qué decían que el señor Parker era un dolor de cabeza?

¿Por qué mi padre tenía aquello en el auto?

¿Qué estaba buscando?

Por Dios, todo esto me carcome la cabeza y en ese momento se me ocurrió.

Flora y su familia eran muy amigos de Samuel, sin duda ellos sabrían algo.

Claro.

¿Cómo no lo pensé antes? Me abofeteo mentalmente.

Ahora necesito averiguar si mi mejor amiga sabe algo de todo esto.

Marco su número en mi Iphone y me lo pego a la oreja.

-¿Aló?- dice al otro lado de la línea

-Hola Flora ¿Como estás?- digo con un tono un poco triste

-Muy bien cariño ¿Y tú?-

No quiero usarla pero no tengo otra opción, tal vez no sabe nada y podré empezar a investigar por otro medio.

-No tanto- digo intentando fingir lo mejor que puedo

-¿Qué pasa querida?-

-Problemas en casa. Últimamente mis padres no están muy bien- digo con un tono decepcionado

-¿Quieres venir a mi casa? Ya sabes como antes. Si no quieres lo entenderé-Justo lo que necesitaba.

-Claro que sí cariño. No quiero incomodarte con mis problemas-

-¿Qué dices tonta? Nunca me vas a incomodar. Te espero a las ocho treinta-

-Ok Flora, nos vemos allá. Te amo-

-Te amo. Adiós- dice y cuelga

Les informo a mis padres que me iré a quedar en casa de Flora y alisto todo. Salgo antes de mi casa.

Fuera el aire está helado.

Un carro se detiene al frente y se de quien se trata. Se baja el cristal ahumado.

-¿Tan tarde en la calle?- dice y me encuentro con sus ojos verdes pálido

-¿Qué haces aquí, Mauro?- pregunto fastidiada

-Intentando secuestrar personas- dice con sarcasmo- ¿Acaso eres ciega? Voy a una fiesta.

-Oh que bien, me parece perfecto ¿Qué tengo que ver yo en todo eso?- pregunto

-Vamos, te llevaré a donde quieras- me guiña un ojo.

-No gracias, estoy bien. Me iré caminando- digo y camino por la acera siendo perseguida por el fúnebre y moderno auto

-Oh, vamos. Te llevaré de todas formas, decide si lo hacemos fácil o difícil- dice

-Ya te dije que no iré contigo a ninguna parte-digo y el motor del auto se apaga.

-Te lo dije- se para a mi lado.

-¿Qué haces?- le digo molesta.

Me tomó de las piernas y me cuelga como saco de papas. Que humillante.

Me deja dentro del carro y él entra por el otro lado.

-¿Cómo se supone que me cargaste si soy casi de tu tamaño?- digo mirando por la ventana.

-Secretos de hombres- dice y volteo los ojos

-A la casa de Flora-Le indico

***

Me despido de Mauro sacándole el dedo del medio.

Entró en la casa y Flora me recibe con los brazos abiertos.

-Aquí estás querida- dice y me frota el cabello- Te extrañaba.

-Y yo a ti- digo y nos dirigimos a su habitación.

Luego de pasar horas hablando sobre nuestros problemas y darnos ayuda mutua. Flora se queda dormida y es mi oportunidad.

Mis padres me han enseñado a no tomar cosas ajenas. Pero en este caso es de vida o muerte.

Agarró su teléfono y la verdad hasta ahora no encuentro nada extraño. Hasta que abro la galería y me encuentro un montón de fotos extrañas.

Fotos de rocas, arboles, acantilados. La mansión Blench, el jardín de esta, el sótano.

Un mapa, tiene varios sitios marcados, la comparto con mi teléfono y me acuesto a dormir.

Definitivamente sabe algo.

Y no me lo ha contado.

Ahora comienza mi búsqueda.