RELEVIUM

Capitulo 29

De nuevo en el agujero:

Siempre he pensado en el karma, siempre he creído en que existe, es real. Alguna especie de fuerza universal que se encarga de castigarte de vuelta por tus malas acciones; así es como lo veo yo.

A pesar de tenerlo siempre presente, me parece que este karma a veces ataca de vuelta a personas equivocadas, llevándole una mala etapa tras otra; malos momentos, malas experiencias. Lo que he estado viviendo últimamente es como un karma mal aplicado. Se supone que estoy en la adolescencia, debería estar preocupándome por a que universidad entrare, con que chicos saldré, que hare en el fin de semana con mis amigos. No debería estar teniendo miedo, no debería estar huyendo y escondiéndome de asesinos refugiándome en otros.

Estos últimos meses han sido revueltos; una pesadilla. Quiero escapar de aquí, ponerme a salvo y no perjudicar más a quienes me aprecian.

Solo quiero que esta pesadilla acabe.

¿Les he contado como mi vida va de mal en peor? ¿No? Pues aquí les va.

Sara:

El fuerte estruendo hace que mis tímpanos duelan. Mi vida solo se acaba de complicar.

Sabía que lo haría, sabía que me encontraría, solo estaba esperando a que estuviésemos débiles; no puedo culparlo, esperar al intento de suicidio de tu hija mentalmente inestable, muy predecible de su parte.

-Cariño- dice lentamente, acercándose hacia mi camilla, lo que hace que Mauro se ponga cada vez más a defensiva.

-¿Q-Que quieres?- pregunto con la voz temblorosa a lo que el sonríe, le encanta verme asustada, es como si cada fibra de su malvado ser se revolviera de alegría cada vez que alguien cerca de él tiene miedo o alguna emoción parecida-¡¿Por qué no puedes simplemente dejarme en paz?!- vocifero.

-Mi niña, creo que aun no lo entiendes-dice a los pies de mi camilla- Eres la parte más importante de mi plan.- con eso último nos da una sonrisa macabra que me eriza la piel.

-Váyase de aquí- dice Mauro entre dientes, tratando de mantener la compostura.

-Oh, claro que me iré- responde mi padre- Me iré, pero con lo que vine a buscar- me señala y seguido a eso extiende sus brazos- Vine a buscarte a ti, mi niña.

-Está loco si piensa que va a llevársela de nuevo- Mauro se acerca a mi padre, le planta un puñetazo en la cara y espera su respuesta. Lástima que las respuestas de mi padre nunca son buenas.

Saca una jeringa de su bolsillo trasero y se la inyecta a Mauro en el cuello, con esto el cae al suelo, dejándome con una mirada congelada.

-¡Mauro!- chillo intentando acercarme a él, deshaciéndome de las agujas que tenía en las muñecas.

-No te preocupes muñeca, es solo un efecto temporal, se le pasara en un par de minutos. Es el tiempo que necesito para sacarte de aquí- informo mi padre.

-No podrás, las enfermeras no te dejaran salir conmigo. Por si no lo notaste, estoy en observación- señalo hirviendo de furia. Jamás en mi vida alguien me había parecido tan aborrecible como el hombre que tengo parado al frente- Te odio papá, te odio más que a nada en este mundo; te odio por lo que me has hecho, por lo que le hiciste a Sam y por lo que le hiciste a mamá- reclamo entre lagrimas.

Es demasiado agotador pensar en que tendré que regresar con él. No quiero que haga más daño, pero yo también quiero vivir en paz. Quisiera poder decir que me levante un día y no tuve miedo, o que al menos por primera vez en mi vida me sentí segura.

-Sara- pronuncia calmadamente Braulio- Primero, realmente no me interesa tu odio; no te pido que me ames, solo te necesito como pieza de mi rompecabezas. Segundo, deberías ver lo que hice con las enfermeras. Y tercero, ya nos vamos princesita. Con esto último siento un pinchazo en mi cuello y lo que veo es a mi padre sonriendo como un niño pequeño antes de caer inconsciente.