Hola a tod@s
Primero que todo, quiero agradecer por el apoyo que le han dado a esta historia 💕
Como les dije al principio, yo escribí esto hace muchos años en el foro de univisión y ahora he tenido la oportunidad de modificarla un poco, agregar más detalles y me llena el corazón que les vaya gustando!
Quería contarles que la semana que viene no podré subir capítulo porque saldré de viaje, pero para no dejarl@s en ascuas, subiré un capítulo hoy y otro mañana para compensar.
Ahora si, va el cap. 😄
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—Deja la botella, Raul —le dijo al barman, quien acababa de servirle su tercer shot de tequila.
El canoso hombre suspiró ante la petición, pues últimamente, Christopher había frecuentado el lugar más veces de lo que esperaría de un joven educado y de buena familia, como era él. Raul lo conocía hace años y nunca lo había visto tan abatido como en las últimas semanas.
Lo miró dubitativo por un momento y finalmente dijo:
—Está bien, Christopher. Pero, por favor, no te metas en problemas. El dueño ya nos dijo a todos los empleados que si volvías a crear un alboroto aquí, no te dejáramos entrar nunca más.
El chico dibujó una aureola sobre su cabeza, dando a entender que se portaría bien. El barman rió suavemente y dejó la botella con líquido transparente, esperando no arrepentirse luego de lo que había hecho.
<<Qué exagerados>> pensó Christopher mientras tomaba, un par de peleitas y unas cuantas sillas rotas hace unos días y ya se convertía en persona no grata. Deberían agradecerle por la gran cantidad de dinero que se dejaba todas las noches. Desde que tuvo aquella conversación con Dulce, aquella donde ella había dado por terminado todo lo que había entre ellos, ir a ese bar se había convertido en su rutina diaria: durante el día dormía y durante la noche bebía para ahogar sus penas en el alcohol. Esta era la única forma que había encontrado para anestesiar su dolor y callar los recuerdos que lo invadían cada vez que estaba sobrio.
Desde que Dulce lo había dejado, su vida ya no tenía ningún rumbo, sentía que sin el amor de aquella hermosa pelirroja, sin su sonrisa por las mañanas, sin sus charlas durante el día y sin sus besos y caricias por las noches, nada valía la pena. La extrañaba tanto, añoraba tanto estar con ella, que cada minuto que pasaba sin estar a su lado, dolía como si le estuvieran estrujando el corazón y algo impidiera que pudiera respirar con tranquilidad.
Bufó con pesar. Esta era precisamente la razón por la que no quería enamorarse de Dulce, ni de nadie. Sabía que de hacerlo, terminaría perdiéndola, al igual como perdió a sus padres. Solo que esta vez dolía el triple y no estaba seguro de poder ser capaz de recuperarse y continuar sin ella, pues sabía que si Dulce se había alejado de su lado, había sido únicamente por su culpa, por su egoísmo desmedido y su traicionera cobardía.
Todos los días cuando despertaba, y luego de que el dolor de cabeza lo dejara pensar un poco, se preguntaba cómo estaría ella, ¿lo extrañaría también? ¿aún lo amaría como él la amaba? ¿sería algún día capaz de perdonarlo? Todas esas preguntas lo atormentaban y más cuando recordaba lo abatida que la vio la última vez, cuando se enteró de toda la verdad. Había intentado verla de nuevo un par de veces, pero Poncho no lo dejaba aproximarse ni siquiera a la reja de la casa. Incluso la madre de Dulce se había acercado a pedirle que dejara a su hija en paz.
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Engañados
RomanceTener una relación seria no estaba en los planes de Christopher Uckermann, hasta que el odio que sentía por el que fue su mejor amigo lo obligó. Ahora, ser el novio de Dulce María Espinoza era uno de sus principales objetivos y para lograrlo desatar...