It Was Just A Dream

It's Birthday.

Ya era de madrugada, la lluvia caía un poco más débil afuera y Camila dormía desnuda sujeta al cobertor frente a la fogata, mientras Lauren estaba vestida, sentada en el suelo recostada al sofá, no quitaba la mirada de Camila ni por un segundo y, en las manos, rasgaba la guitarra en una melodía cualquiera. Ellas hicieron el amor y si el destino permitía decirlo, Camila la había traído de vuelta a la vida. Podría estar más enamorada de su pequeña? Podría sentirse a salvo de la forma en la que se sentía en ese momento? A salvo de todo lo que había hecho durante los años de escuela y en UCLA.

Miraba el cuerpo perfectamente moldeado de su chica y se preguntaba cómo podría vivir tanto tiempo sin tenerla. Camila despertó y se estiró con muchas ganas. Se sentía tan bien con ella misma y con su cuerpo. Se sentía libre, nueva.

Las dos se sonrieron y Camila gateó con el cobertor envuelto en su cuerpo hasta el lado de Lauren.

Las dos recostaron la cabeza en el sofá y se miraron con deseo y amor. Lauren presionó sus labios contra los de Camila sin profundizar el beso.

-Te amo. –susurró la morena.

-Te amo.

Camila se levantó y tiró de Lauren, en cuestión de segundos estaba cambiada y con una sonrisa traviesa. La morena no entendió muy bien lo que ella estaba tramando, luego la pequeña la condujo hasta la baranda en donde recibieron una ráfaga de viento y un poco de llovizna.

-También necesito realizar este sueño. –Camila concluyó para sí misma llevando a Lauren de la mano hacia la lluvia, la morena sintió el choque eléctrico en su cuerpo y casi ni pudo quejarse, pues Camila ya estaba sujeta a ella besándola.

-Es mi cumpleaños. –dijo Lauren separándose del beso y soltando lo que la mantuvo presa durante todo el día.

Camila se sorprendió, alejándose de ella.

-Por qué no me dijiste? –parecía nerviosa con la actitud de la otra, pues ahora sus ojos estaban cerrados, como siempre lo hacía cuando tenía rabia.- Pude haberte comprado algo o…

-Hey! –exclamó Lauren sujetando una de sus manos. Ella se calló asustada con el grito exagerado y dejó de hablar.- Ahora tengo veintiún años y, de todas las fechas, este día fue lejos el mejor regalo que ya recibí.

Camila empujó a Lauren nerviosa y comenzó a caminar de un lado a otro, la morena intentó llevar a la pequeña de vuelta a casa, así podrían conversar mejor sin estar ahí mojándose.

-Lauren Michelle Jauregui! Cómo pudiste!? –dijo apuntándola.- Yo no te escondo nada, pude muy bien haberme enojado por haberte robado mi diario, pero no…

Lauren puso la mano en la cabeza encontrando un poco de gracia en la actitud de rabia de Camila; el viejo humor Cabello.

-Sabes que no soy mucho de estas cosas, no? No me importa mucho si es o no mi cumpleaños, amor. –se defendió.- Te ves hermosa cuando te pones nerviosa.

-No me vengas con palabras bonitas, estoy discutiendo contigo. –continuó sin detenerse mientras gesticulaba.- Cómo puedo olvidar el cumpleaños de la mujer que amo?

Lauren se sorprendió con la energía de Camila en el debate sobre algo tan poco importante para ella. La morena cerró los ojos y levantó la mirada, recibiendo las gotas directamente en el rostro.

-…No hablaré más contigo, de verdad no te diré nada más ahora…

-Te quieres casar conmigo? –Dijo Lauren instintivamente viéndola de nuevo.

-Por qué no tienes la capacidad mental de un adulto y de… de…-ella se detuvo después de algunos segundos pareciendo dirigir lo que acaba de escuchar.

-De, de, de…? –Lauren la imitó divertida. Camila aún la miraba atónita, parecía que había acabado de llevarse un golpe.- Y entonces? Si tanto quieres darme un obsequio, cásate conmigo. Aceptas?

Silencio. Lo único que se escuchaba era la lluvia cayendo sobre el pasto y su respiración alterada. Camila balanceó la cabeza y abrió y cerró la boca varias veces.

-Yo…

Lauren se acercó, lo que pareció hacer efecto en la pequeña que cambió totalmente su humor y la voz.

-Acepto, Lauren.