Camila estaba sentada en el brazo del sofá con una cara no muy amigable, Lauren la abrazó como un pedido de disculpas. Vero seguía ahí, de pie delante de las dos esperando la atención de la amiga, solo que al contrario de lo que ella imaginaba, estaba siendo impertinente.
-Estoy esperando, -dijo con un bufido llamando la atención de las dos.- de quién es la lata vieja que está allá afuera?
Lauren le sonrió a Camila y se volvió convencida hacia Vero:
-Es mío. Y no es una lata vieja, es un Impala 67.
Verónica la miró incrédula.
-Te anduviste prostituyendo?
-No, yo tenía un dinero guardado. –respondió sujetando la mano de Camila y abriéndole la puerta de la sala.- Voy a llevar a Camila a casa.
Las tres caminaron hasta el garaje en donde ahora, al lado del auto de Vero, había un Impala negro estacionado. La morena sonrió feliz por su nuevo juguete, ella estaba segura de que lo quería en cuanto lo vio o tal vez en cuanto Camila le mostró una nueva perspectiva de la vida?
-Este auto es tu cara: antiguo. –se burló la amiga dándole un leve empujón a Lauren.- Vamos, quiero dar una vuelta en él.- terminó abriendo la puerta del auto y entrando sin permiso. Las dos chicas intercambiaron miradas y entraron al auto detrás de Vero.
-Si sigo usando tu auto me matarías. –comentó Lauren escuchando el rugido del motor, era su parte favorita.
-Es cierto. –concordó Vero desde el asiento trasero analizando el auto.
Después de un tiempo reclamando sobre su auto ser más confortable y sobre la calidad del conductor, Vero y Camila iniciaron una conversación amistosa sobre sus días en NYADA, Lauren incluso hasta se sentía excluida en medio de la conversación, pero era preferible que su Camila conversara con Vero, a ser el blanco de sus maldiciones de las cuales la mayoría nadie las entendía por ser en español. Si Lauren estaba feliz? Bueno, ella estaba en el auto con las dos personas que más amaba en el mundo, era de esperarse que soltara alguna que otra sonrisa mientras conducía o que una u otra loca idea le surgiera. Y fue así hasta que la chica estacionó el auto frente al edificio de Camila, las dos bajaron –Lauren se vio obligada a trancar a Vero en el auto- y caminaron hasta la puerta de la casa Hansen/Cabello.
-Vas a ser amable con ella? –preguntó la pequeña jugando con el cuello de la camisa de Lauren, la morena rodó los ojos y echó una mirada furtiva en dirección al auto.
-No tiene muchas opciones. –Una pareja de ancianos pasó por las dos y Camila bajó la cabeza para disimular. Las dos se quedaron en silencio hasta que pudieron hablar.- Entonces, buenas noches. –dijo la mayor dejando un beso en la frente de Camila, la pequeña cerró los ojos para sentir los labios de Lauren.
-Buenas noches.
Lauren pasó la punta de su dedo en la nariz de Camila y le dio la espalda para regresar, pero en cuanto puso las manos en el bolsillo del pantalón, sintió algo olvidado hace algunos días ahí. Ella sabía lo que era, luego algo dentro decidió que ella necesitaba compartirlo con su pequeña.
-Camila. –llamó la morena regresando, Camila se volvió curiosa. Lauren se acercó y sujetó su mano.- Quiero que uses esto.
Luego dejó caer un collar en su mano. Camila lo miró sin entender lo que significaba, ella vio la inscripción en la placa y preguntó:
-Qué dice?
Lauren se encogió de hombros.
-No lo sé.
Camila balanceó la cabeza como comprensión y se puso el collar, Lauren hizo lo mismo con el suyo, y luego hicieron un juramento silencioso de nunca abandonar a la otra y amarse más allá de lo que podía llamarse eterno.
-Te amo. –dijo Lauren, y no esperó a que Camila respondiera. Corrió de regreso al auto con una leve sensación en el pecho. Como si lo que acaban de hacer, selló el amor de las dos.
En cuanto entró al auto, notó que Vero ya estaba en el asiento del acompañante leyendo el diario de Camila que estaba guardado en la guantera. Lauren tosió cuando entraron a la carrera principal de vuelta a casa.
-Entonces, Verónica…-comenzó vacilante. La latina la miró desconfiada.- Tienes planes para año nuevo?
-Sí, hibernar en casa.
Lauren miró hacia la carretera y negó con la cabeza.
-Podríamos juntarnos…-continuó la morena.
Vero, entendiendo lo que la amiga quería decir, se rio nerviosamente.
-No te atrevas, Lauren Jauregui! –apuntó con el dedo.- Yo no regreso a esa ciudad.
-Por favor, Vero! –pidió con voz suplicante sin quitar los ojos de la carretera.- Leí el diario de Camila de nuevo, tengo planes…
-Es tu mujer! –exclamó Vero como si fuera obvio.- Si yo regreso, voy a ver a Lucy y mi estado de ánimo va a cambiar y me desquitaré contigo.
-Sé que lo harás. –dijo Lauren confiada con una media sonrisa.
Verónica la fusiló con la mirada.
-No lo haré, no da insistir, puedes intentar amarrarme, pero yo no me subo a ese avión!
***
-Te odio! –le murmuró Vero a Lauren en cuanto el avión despegó y el capitán anunció a los pasajeros que podían soltar los cinturones. Lauren sonrió y descansó la cabeza en el hombro de la amiga.
-Me amas.
No era difícil discutir con Verónica, Lauren sabía que ella nunca dejaría de acompañarla, era solo hacer sus dramas y chantajes. Y ahora ellas estaban viajando a Boston en la víspera de año nuevo con la intención de pasar el resto de las vacaciones al lado de Camila, que ya había partido hace dos días con Dinah para pasar más tiempo con sus padres y convivir lo que perdió durante mucho tiempo.
-Estás segura de lo que estás haciendo, no? –preguntó Vero después de un tiempo. Lauren frunció el ceño.- Tú y Karla tienen 20 años, no es como si fueran aventureras o algo así. Es peligroso.
Lauren asintió, después miró por la ventanilla.
-Conozco California como la palma de mi mano Vero, sabes que mi familia acostumbraba a viajar allá durante las vacaciones. –Miró a la amiga, pero ella no parecía convencida.- Ya tomé esa decisión, espero que me apoyes o entonces tendré que hacerlo sola.
Verónica entendió que la amiga ya se había decidido y que nada le haría cambiar eso. Bajó la cabeza preocupada con lo que eso podría costar, muchas cosas estaban en riesgo ya que Lauren nunca había experimentado algo igual en la vida. Vero sabía lo que era el amor, pero ella no sabía que el amor era una fuerza que no podía ser detenida y Lauren no estaba preparada para lo que estaba por venir. Ella tenía que ser fuerte, tenía que ser fuerte por ella y por Lauren.
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It Was Just A Dream
Fanfiction—nos casaremos y nos iremos a vivir a Nueva York. –contó bajo.- regresarás a NYADA y yo estudiaré fotografía, compraremos una casa cerca de Central Park… Esta historia no es mía, solo quise subirla. Todos los derechos a la autora original a la cual...