Destinados

Capitulo 34: Hermosa sorpresa

Aviso: No se que esta pasando note que al publicar se borran partes del capitulo, ya lo subi dos veces de nuevo y sigue pasando, discúlpenme, no se que mas hacer. Espero esta ves quede bien.

15 días después ....

Tengo una hora despierto, observando a Carmen dormir acurrucada en mi costado, con mi brazo por almohada, y no me canso de hacerlo, las primeras noches después de lo sucedido, despertaba en medio de la noche aterrorizada, por pesadillas que revivían lo ocurrido, después de haberle fallado y no estar ahí para protegerla, sentía que cualquier esfuerzo no era suficiente para consolarla, la llenaba de besos y palabras dulces hasta hacerla dormir de nuevo. Pero mi hermosa guerrera nos enseñó una vez más lo fuerte que es, porque se sobrepuso, y como las heridas en su cabeza y muñecas, y golpes en su rostro, se desvanecieron poco a poco sus miedos, sus pesadillas, y nos llenó de nuevo con su luz y calidez, volvió el brillo a sus ojos, y sus sonrisas.

No nos permite a nadie caer en el pozo en el que estábamos desde entonces mencionando y pensando, que hubiera pasado si Paul no hubiera regresado a incendiar el departamento, y se la hubiera llevado, que hubiera pasado si la hubiera dejado muerta en el piso, si no la hubieran encontrado a tiempo.

Desde que salió del hospital, mis padres y yo la hemos cuidado, ellos no se han querido separar de ella. Como mencionó que necesitaba empezar a buscar un nuevo departamento, ayer le pedí formalmente que se quedara a vivir conmigo, de inmediato quiso objetar diciéndome que no quería que me viera obligado por las circunstancias a dar ese paso, yo le dije que ya tenía pensado hacerlo, porque odiaba verla irse y no pasar con ella todas las noches, le pregunté si ella no sentía lo mismo, se sonrojo y me contesto que no quería nada más en la vida, que estar conmigo. Así que no se habló más, y aquí esta desnuda en mis brazos, y planeo despertar así todos los días de mi vida.

Empieza a removerse, y abre los ojos.

-Buenos días, bella durmiente.

-Buenos días amor, ¿tienes mucho despierto ?.

-Un poco, le digo besando su frente.

-¿Que es ese olor? No me había dado cuenta, pero un olor dulce llega desde la cocina.

-Parece que mama, está preparando pan cakes de nuevo, será mejor que nos levantemos para desayunar con calma antes de irnos.

-Buena idea, huele delicioso, deberían quedarse por siempre dice sonriendo.

-Yo también puedo preparartelos cuando quieras amor.

-Cuando pueda lograr que no te despiertes subiendote en mí todas las mañanas, haciendo que se nos haga tarde.

-Lo dices como si la mitad de las veces, no fueras tú la que me despierta provocándome.

-Tienes razón, lo que me recuerda ..., ya no dice nada y empieza a deslizar su mano hacia mi vientre y más abajo. Pero muy a mi pesar la tomo de la mano y la detengo, porque no se nos puede hacer tarde, hoy no.

-Lo siento cariño, hoy no, vamos preciosa arriba. Me hace pucheros, pero me sigue levantándose a prepararse.

Pdv.Carmen

Después de ducharnos voy al closet para cambiarme, apenas ayer Adam me pidió formalmente que viviera con él, pero ya una parte de su closet es exclusivamente para mis cosas, desde hace días. Después de perder todas mis pertenencias en el incendio de mi departamento me quedé con solo lo que estaba ya aquí, el vestido rosa de la boda, mi vestido blanco su regalo de cumpleaños, un par de cambios y un par de pijamas, todo se quemó, lo que me pesa son mis libros y mis recuerdos, había comprado varios conjuntos de lencería coquetos (consejo de Carrie), y solo alcance a mostrarle dos. Por días estuve usando sus playeras, él mismo me trajo muchas cosas, e insistió para que en cuanto me sentí bien, mi primer salida fue acompañada de Carrie a comprarme todo lo que me hacía falta y más.

Me encuentro deslizando mis manos entre las prendas, cuando escucho sus pasos detrás de mi, estira su brazo y saca un vestido rojo vino, a la rodilla, entallado, de manga corta con un detalle dorado de cinturón, que aún no había usado.

-Ponte este, me dice entregándomelo con una sonrisa.

-Ok , le digo sin pensarlo, aunque el vestido fuera feo, me lo hubiera puesto sin dudarlo, porque se ha desvivido por mi estos días, casi sin perderme de vista, que haría lo que él me pidiera para compensar un poco, lo mucho que me ha dado y me ha apoyado. Lo veo buscar entre sus trajes, lleva solo una toalla envuelta en las caderas, definitivamente nunca me acostumbraré a no comérmelo con los ojos, cada vez que muestra su impresionante cuerpo, tallado en mármol blanco, decorado de lunares. Subiendo mis ojos por su espalda me sorprende mirándome sobre su hombro, con una sonrisa de suficiencia.

-Cuando termine de mirarme señorita, le recomiendo que prepare una maleta con ropa, hoy mis padres regresan a Upstate, y saliendo de la oficina nos iremos para halla por el fin de semana.

-Oh, muy bien, me apresuro entonces. Le digo y retiro mis ojos de él, para prepararme.

Después de desayunar con sus padres nos vamos al trabajo, a media jornada, se despide de mí, diciéndome que saldrá con Demian. Pasan las horas y él no regresa, hasta que recibo un mensaje de él, diciéndome que no puede desocuparse aún, que Thomas me espera abajo para llevarme con sus papás, que me alcanzará en cuanto pueda. Así que me preparo bajo y me voy con Thomas.

Al llegar, me extraña ver la casa a oscuras, así que bajo y estaba a punto de subir al porche de la entrada, cuando unas luces se encienden por el caminito que rodea la casa hacia el patio trasero, son pequeñas luces a cada lado del camino, dudando volteo y miro que Thomas está de pie recargado en la camioneta, al verme me dice.

-Adelante señorita, yo aquí espero a que encuentre a alguien.

Ya más confiada por su presencia, trato de abrir la puerta de la entrada pero está cerrada y nadie abre, por lo que decido seguir el camino, las luces me guían hasta llegar al patio, en donde me quedo sin aliento con lo que encuentro, el gran árbol del jardín está lleno de luces y lámparas, que cuelgan de todas sus ramas, alrededor hay cientos de flores, y velas, observo con la boca abierta a todos lados, en el suelo un camino de pétalos rojos empieza donde estoy parada, lo sigo hasta debajo del árbol, y miro hacia arriba admirando el hermoso espectáculo.

-Carmen .

Volteo y veo a Adam caminando hacia mí, devastadoramente hermoso en su traje negro, sonriéndome.

-Adam, ¿Qué es todo esto? Él solo me sonríe parándose un par de pasos frente a mí y extiende su mano, la cual tomo sin pensarlo caminando hacia él, levanta nuestras manos, y besa mis nudillos lentamente, sin dejar de mirarme a los ojos.

-Amor, has sido lo mejor que me ha pasado, no puedo imaginarme una vida sin ti, ahora que te he recuperado, creo fervientemente que estaba destinado que estuviéramos juntos, has sido hecha para mí, como yo lo he sido para ti y solo para ti, permíteme entregarte todo mi amor, respeto y admiración por ti, todos los días de mi vida, sin soltar mi mano se inca y mi corazón se acelera aún más, permíteme el honor de hacerte mi esposa, Carmen, ¿te casarías conmigo ?

Coloco mi mano libre en mi boca, para ahogar un sollozo de alegría, y es cuando siento lagrimas calientes en mis mejillas que no había notado que había derramado, estoy tan feliz, que siento que mi pecho va a explotar, él me ve con sus hermosos ojos de cachorro, su manzana de adán se mese en su garganta, y veo por primera vez, porque mis ojos no están mirado más que a su cara, que sostiene un anillo en su mano libre, lo que me vuelve a la realidad de que espera mi respuesta.

-Sí, Adam, si me quiero casar contigo.

Toma mi mano izquierda y coloca el hermoso anillo de platino, con un diamante en mi dedo, colocando un beso en él, antes de pararse y levantarme en sus brazos, lo rodeo con mis brazos por el cuello, y me besa mientras gira. Un rugido de aplausos y gritos me sorprenden, Adam deja de girar pero no me baja de su abrazo, en algún momento, llegaron David, Carrie, Jhon, Rose, Maria, George y Thomas, sin que lo notara. Veo de nuevo a Adam y lo beso. Me baja y me suelta hasta que los demás nos rodean y nos felicitan uno por uno. Pronto se coloca una larga mesa ahí mismo, y cenamos todos juntos, celebrando nuestro compromiso, no puedo dejar de sonreír, estoy tan feliz, Adam no suelta nunca mi mano, y me besa a cada rato.

No me esperaba esta sorpresa y al ver a mi alrededor las caras felices de mis amigos, y sobre todo de Adam, sé que si los tengo a mi lado, puedo enfrentar cualquier situación que se ponga en mi camino.