Capitulo 29: La boda

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Pdv — Adam—

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Pdv — Adam—

Después de que se apresurara a entrar, la sigo antes de que me cierre la puerta del edificio, subo detrás de ella, hasta que entramos al departamento. No puedo evitar que me den ganas de sonreír de verla tan enojada, toda roja y con el ceño fruncido, pero me obligo a verme serio, me acerco a ella, tomándola de los hombros, ella tiene los brazos cruzados en el pecho y se niega a verme, así que la obligo con mis dedos en su barbilla.

-No me burlo amor, es que te ves preciosa enojada, lamento no haber llegado anoche, ni llamar por la mañana, es que llegue muy tarde anoche y me quedé dormido hasta casi mediodía, cuando te llamé ya no entraron mis llamadas. Eso no pareció calmarla en absoluto, mas bien puso un gesto más molesto.

-Si crees que decirme que llegaste tarde demasiado ayuda, estas equivocado.

-¿Por qué?

-Anoche que llamaste, escuche que una mujer te hablaba . Entonces lo entendí, ¡estaba celosa !. Me incline lo suficiente para abrazarla de las caderas y levantarla, enterrando mi cara en su pecho.

-¿Qué haces? Bájame. Levanté mi cara, sin soltarla.

-¿Estás celosa? Como no me respondió, la baje despacio y la jale para que se sentara en el sillón conmigo. Déjame explicarte. Ayer en la oficina me hablaron de la comisaria, tenían detenida a Nataly, ella les dio mi número. Parece ser que es amante de un hombre casado, ayer la esposa los encontró en un restaurante, las cosas se pusieron feas, pelearon en medio del restaurante, así que los detuvieron a los tres, la esposa quería demandarla por la agresión, tuvimos que esperar a los abogados, salimos muy tarde de ahí, la lleve a su casa, y ahí discutimos de nuevo, para variar, te juro que estuve a punto de no ir y que se las arreglara sola, pero pensé que era algo grave, cuando supe los motivos deseaba irme de ahí, pero decidí ayudar ya estaba ahí.

-¿Y ella está bien?

-Está bien, un labio roto, moretones, y menos cabello.

-Lo siento .

-No, yo lo siento, debí explicártelo desde que me fui, pero no quería preocuparte, luego estaba molesto por la situación, y tampoco me expliqué mucho . La jalé hacia mí, apretándola en mi pecho en un abrazo.

-Si estaba celosa . Su voz sonaba amortiguada, por su cara enterrada en el hueco de mi cuello.

-Lo sé , le digo sintiéndome tontamente alegre de que me celara, y ella me golpea en el pecho.

Conversamos sobre su día, hasta que llegó Jhon y ahora si cenamos los cuatro, después me quedé con el conversando en la sala.

-¿Estás nervioso?

-Aun no, pero espera a mañana. No creo ponerme nervioso por unir mi vida a ella, es lo que quiero hacer desde hace mucho, estoy muy seguro y deseoso en realidad sobre eso, lo que me pone nervioso es el evento en sí, la gente y todo eso, ese fue uno de los motivos para hacerlo rápido y pequeño.

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