Capitulo 30: Celos

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Pdv—Adam—

Ya llegando al departamento, les dimos las buenas noches a mis padres, y nos retiramos a descansar. Carmen, en cuanto entra a la habitación se quita las zapatillas suspirando de alivio.

-Los chicos estaban felices, fue una fiesta muy bonita.

-Lo fue, mi mama no te dejará, hasta que consigas que el fotógrafo te de una copia, de la foto que nos tomamos los cuatro. Y nos tomó algunas con su celular sin que nos diéramos cuenta.

-¿De verdad?,¿Te lo dijo?

-Me las envió, ¿quieres verlas? Le digo sacando mi celular de la bolsa del pantalón, sentándome a su lado en la cama.

-Me gustan, dice sonriendo, envíamelas quiero tenerlas. Nuestras primeras fotos juntos, desde hace años, aún conservo todas las que nos tomamos en mi caja de tesoros.

-¿Caja de tesoros?

-Si, guardo cosas importantes para mí en ella, fue de las pocas posesiones con las que abandoné mi casa.

-¿Me la enseñarás?

-Claro, algún día, me dice sonriendo coqueta.

-Yo ya tenía fotos tuyas en el celular, discúlpame pero te tome un par a escondidas.

-¿En serio?

-Los días que no te miraba, me encontraba más de lo debido observándolas. Debes pensar que soy un loco.

-Espero no salir muy mal, nunca he sido fotogénica.

-Hermosa como siempre. Le digo dándole un beso rápido, antes de levantarme a quitarme el traje, colocando la chaqueta en el closet, cuando ella se levanta para cambiarse, me acerco a ella y tomándola con una mano de su cuello y otra en su cadera la beso de nuevo. No te lo había dicho, pero ese vestido me está volviendo loco, me robaste el aliento al verte pasar por el pasillo, y he deseado arrancártelo desde entonces.

-Bueno, creo que aquí eso no sería ningún problema.

Sin decir más, la llevo a la cama, para llenarla de amor, hasta no poder más.

Pdv—Carmen—

Desafortunadamente, al día siguiente es día laboral, así que de mala gana apago el despertador que me obligó a abrir los ojos, con mucho cuidado me levanto deslizándome de sus brazos para dejarlo dormir un poco más , y recojo mi vestido desechado en el suelo la noche anterior, lo cuelgo en su closet, no creo que le moleste, no quiero arrugarlo en mi maleta, después me lo llevaré a casa, y entro al baño a prepararme, poco después salgo ya lista, él está sentado en la cama revisando su celular, levanta la vista y me dice.

-Ya estás lista, ¿Por qué no me invitaste a bañarme contigo?

-Porque se nos haría tarde, lo conozco señor, y quería que durmieras un poco más, me coloco entre sus piernas, acariciando su cabello, y para ser honesta, conociéndome también, me encantaría llegar tarde por enjabonar con cuidado ese hermoso cuerpo que tienes, le doy un beso suave, y él sonríe.

-Eso suena bien amor, ¿tal vez más tarde?

-Tal vez.

Nos vamos a trabajar después de despedirnos de sus papas, que nos prometieron quedarse un día más, así que por la tarde volvemos y ellos nos reciben. Adam radiante abraza a su madre.

-Que agradable es llegar y encontrarlos aquí mama.

-¿Eso piensas cariño?

-Claro mama, perdí mucho tiempo sin ustedes, me encanta tenerlos en mi vida de vuelta. ¿A que huele?

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