-Pdv-Adam
Ya caída la noche, después de cenar, salgo con Carmen al porche, nos sentamos en uno de los sillones a apreciar la vista.
-¿Estas feliz? Me pregunta.
-Mucho, tenía miedo que no aceptaran .
-Yo hubiera tratado de convencerlos, ya tenía un plan a seguir, pero no fue necesario.
-No lo fue, pero gracias de todos modos.
-A mí también me gusta tenerlos cerca .
Me recuesto, colocando mi cabeza en su regazo, y ella empieza a acariciar mi cabello, mis piernas cuelgan del sillón demasiado pequeño para mí, pero me siento muy cómodo.
-Sabes, te equivocas en que no puedes influir en mis decisiones . Ella detiene su mano y me mira sorprendida. Tomaría muy en serio lo que me pidieras. Sin decirme nada, se inclina y me besa dulcemente, intenta levantarse y la tomo del cuello evitando que lo haga, y la beso de nuevo, ella sonríe en mis labios. Su aroma me embriaga, muero por subirla a mi habitación, y no lo pienso más, me levanto, la tomo de la mano y la jalo conmigo dentro de la casa, cerrando la puerta y subiendo las escaleras rápidamente. Al entrar a la habitación la levanto en brazos, ella me rodea con las piernas y yo la sostengo de su trasero. La beso con ansias, devorándola con mi boca, la tumbo en la cama y empiezo a desvestirla, y ella a mí, en un enredo de tirones de ropa aquí y allá. Beso cada parte de su piel, saboreo sus pechos, me ínco en la cama, y ella me observa sonrojada recorriendo mi cuerpo, es inevitable que se hinche mi orgullo, por como me devora con los ojos y se muerde el labio.
-Eres tan grande, eres hermoso.
-Tú eres preciosa.
Eso fue lo único tierno del momento, porque nos tomamos con rudeza, desbordados de placer, la visión de sus pechos saltando por mis fuertes estocadas me acelera aún más. Nos llenamos de caricias y besos, hasta llegar al clímax y terminar agotados, sudados y muy satisfechos. Pongo mi cara entre sus pechos, y puedo ver marcas rojas de mi agarre en su cadera, espero no dejar moretes. Ya más relajado, me incorporo un poco, recargando mi cabeza en un brazo, y la observo, tiene los ojos cerrados, un brillo perlado ilumina su piel bronceada, sus labios hinchados, y su cabello desparramado en la almohada. Abre los ojos y me sonríe, se coloca de lado también, y acaricia mi pecho, sube su mano hasta mi mejilla, acomodando mi cabello detrás de mí oreja.
-Amo tus orejas, tus lunares, tus cejas, tu nariz, tus ojos y tu boca, oh tu boca se antoja comerla. Me dice mientras recorre cada parte con las yemas de sus dedos.
-A mí me gusta todo de ti, te quiero solo para mí, no quiero volver a estar sin ti, déjame consentirte y cuidarte, yo... Te amo .. Ella me mira a los ojos, sus hermosos ojos negros más abiertos y me besa .
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Destinados
RomantikDivorciada, escapando, llego a Nueva York con la firme desicion de salir adelante, demostrarme a mi misma que puedo con todo. El destino me tiene preparado un reencuentro inesperado con un amor que creía olvidado. Aunque mi pasado me persiga no me d...