Anhelos

Ella

La chica de ojos marrones no le quitaba la vista de encima, su primer pensamiento fue que Juliana le había contado la historia que hubo entre ellas, y que al verla la había reconocido, por eso la miraba sorprendida, pero su teoría se esfumó cuando Vera le sonrió.

Valentina no conocía a Vera, pero sentía que la detestaba, y lo hacía porque ella ya se odiaba lo suficiente por haber permitido que Juliana se fuera de su lado, así que detestar a la mujer con la que creía que la modelo estaba rehaciendo su vida fue muy fácil. La detestó, incluso antes de ver su rostro, lo hizo desde el momento en que Vera tomaba la cintura de Juliana en aquella cafetería.

Sin disimulo, sus ojos azules recorrieron a la modelo que se encontraba frente a ella, y la encontró guapa, demasiado guapa para ser honestas.

Vera pareció no notar el escudriño, así que le dio una última mirada a la actriz y se giró hacia su mesa.

Valentina por un momento había olvidado que se encontraba en el mismo lugar que Juliana, pero al recordarlo el pánico la invadió, miró a su alrededor, pero no había rastro de la modelo. Ella habría dado lo que fuera por hablar con la pelinegra la noche anterior, pero en ese momento, solo quería salir corriendo sin que ella supiera que se encontraba ahí; que la descubriera con Henry sólo demostraría que Juliana había tenido razón para marcharse y lo que la castaña quería era que la perdonara no que la odiara.

Tomó sus cosas lo más rápido que pudo, y dando pasos muy largos caminó hacia el lado opuesto por donde había llegado; agradeció en silencio que hubiera dos accesos a la zona V.I.P. evitando así tomar las escaleras por la que había subido Vera. Henry se quedó confundido por la reacción extraña que estaba teniendo la actriz, así que no le quedó de otra que sacar su billetera y depositar algunos dólares en la mesa y salir detrás de ella.

La música se dejaba escuchar en cada rincón de aquel club. Vera ya se había puesto cómoda en la mesa que se encontraba en frente de donde había estado Valentina. Aún seguía sorprendida de haber encontrado a los protagonistas de una serie de la que estuvo hablando en la tarde, la situación le parecía un poco extraña.

- ¿En qué tanto piensas? Que puedo ver salir el humo de tu cabeza- Juliana que se había desviado un poco al momento de subir a la zona V.I.P para ir al baño, regresaba y se disponía a sentarse en el sillón de cuero falso para quedar frente a su acompañante. Esa noche estaba de buen ánimo, la salida con Vera la había puesto de muy buen humor, sabía que necesitaba salir y disfrutar la vida, pensar en Valentina ya no era una opción.

-Creo que el universo me está mandando una señal para ver la serie de la que te hablé hace rato- Se llevó la cerveza hasta la boca y le dio un buen sorbo.

El rostro de Juliana, que segundos antes se veía feliz, cambio inmediatamente a uno serio, al parecer el destino quería ser cruel con ella y recordarle la existencia de la actriz.

- ¿Por qué lo dices? - Preguntó tratando de sonar casual.

- Porqué en la tarde que busqué opciones de series para ver, fue una de las principales recomendaciones que me apareció y para demostrar lo pequeño que es el mundo, me encuentro a los protagonistas en este lugar, es mucha coincidencia ¿no crees? además, tenía entendido que el lugar de las estrellas es Hollywood no el Upper East Side- La voz de Vera resonaba con tranquilidad, contando lo que para ella era algo sin importancia, pero para Juliana significaba la pérdida del equilibrio en el que tanto había trabajado.

La pelinegra había entrado en un estado de desesperación, aún cuando el ambiente era frío, empezó a sudar, inmediatamente se levantó del sofá, buscando a través de la multitud, aquel rostro angelical que había dejado de ver durante muchos meses. A Juliana le temblaba todo, había creído ingenuamente que cuando se volviera a encontrar con la ojiazul, no le causaría ningún efecto, pero ahí estaba, tratando de localizarla mientras su corazón parecía querer salirse de su pecho.