Capítulo 13

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POV _______

Habían pasado cuatro largos días desde que hablé con Billie. Claro, nos enviamos mensajes ocasionales durante ese tiempo, pero deseaba oír su voz, era estúpido, porque no me gustaba la forma en que me sentía cuando hablábamos. Me sentía al borde, acobardada.

Tal vez esa era la diferencia. Supe sobre Billie O'Connell durante tanto tiempo que creía firmemente que nunca me lastimaría, no a propósito, de todos modos.

Ella era segura. Jamás podría tener una relación con ella, debido a su amistad con mi hermana. No es que me quisiera alguna vez de esa manera, y si mi hermana confiaba en ella, era todo lo que necesitaba para saber que era una buena chica. Mi hermana siempre fue una buena juez de carácter, y a pesar de que fue una idiota al crecer, nunca se hacía amiga de idiotas. ¿Ven? Segura.

Era mi primer día de trabajo, y después de haber pasado los últimos días en mi apartamento memorizando sitios web completos de información, estaba segura que hoy sería un buen día.

Me desperté a las seis de la mañana, me duché y vestí con mi ropa de negocios estándar, luego añadí un maquillaje ligero, y arreglé mi cabello caótico en un moño sofisticado. Estaba feliz con mi apariencia. Había recorrido un largo camino en apenas cuarenta minutos.

Después de pasar la mayor parte del fin de semana con Camila y Lauren, nos estábamos volviendo amigas rápidamente. Me encontré diciéndoles cosas que nunca les dije a otras personas. En una sola noche, les hablé de mi enamoramiento con Billie y la forma en que empezó. Les hablé de ser tan gorda que empecé a desarrollar problemas de salud. Y, por último, les dije que era virgen. Culpé el vino.

Lauren pareció estar encerrada en un estado de sorpresa, mientras que Camila pareció aceptar todo con una sonrisa y guiño suave, sin interrumpir en ningún momento. Lauren, sin embargo, interrumpió, y siempre se las arregló para hacerlo de una manera más que dramática. Las maldiciones comunes utilizadas fueron: "¡Cállate!" Y un jadeo: "¡Oh, Dios mío, ¡no!" Solía a veces añadir un: "Nuh-uh. ¡No lo creo!" o "¡Estás bromeando! ¡Dime que estás bromeando!"

Lauren me hizo su proyecto. Y aunque esto normalmente me haría correr por las colinas, no me importaba tanto, sabiendo que Camila estaría allí para manejar la situación con Lauren.

Como la noche anterior, por ejemplo. Las chicas me arrastraron lejos de mi computador el tiempo suficiente para que me emborrache de vino antes de que Lauren sacara una bolsa de la farmacia. Mi instinto se hundió. Ni siquiera quería saber qué había allí.

Sonriendo como la Mona Lisa, Lauren sacó dos cajas de la bolsa y extendió una. Y me atraganté con mi propia saliva. Tosiendo, sacudí la cabeza y jadeé un firme:

—¡No!

La sonrisa de Lauren desapareció. Ella se acercó arrodillándose junto a mi lugar en el sofá, inclinando la cabeza de la manera más patética y rogando:

—Oh, ¿por favor? ¿Por qué no?

Sostuve la caja en la mano y le di una mirada que decía: ¡Sabes porqué!

Lauren se puso de pie, fingiendo inocencia.

—No veo el problema.

Luché con las palabras, simplemente pronunciando:

—Es de color rojo bombero. Empezaré a trabajar el lunes para una empresa de gestión de eventos muy profesional, Lauren. Tengo que encontrarme con los clientes y hablar con ellos en un sentido experto. No me teñiré el cabello de rojo bombero.

Sobre anoche (Billie Eilish y Tu) G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora