Capítulo 23

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POV _______

No pensé; sólo reaccioné. Lo solté.

Arrojé el vibrador.

Lo arrojé al otro lado de la habitación, entonces chillé, mis mejillas en llamas. La vergüenza apretó mi pecho.

Oh Dios. ¡Eres patética!

Tanto Billie como yo vimos el vibrador rebotar, una, dos, tres veces, y, por supuesto, lo hizo con una lentitud dolorosa. Una vez que el vibrador rosa aterrizó en medio de la habitación de hotel, nos quedamos mirando hacia abajo sobre el elemento infractor.

Abrí la boca para disculparme, pero Billie reaccionó antes que yo pudiera. Inclinando la cabeza hacia atrás, dejó escapar una carcajada desenfrenada. Mordiendo mi labio, me estremecí mientras ella reía ruidosamente. Se aferró a su estómago y se secó los ojos.

—Cristo, Maya, dije un vibrador, no una serpiente venenosa. — Entonces se echó a reír de nuevo.

Cuanto más reía Billie, más divertida se volvía la situación. Al poco tiempo, me encontré riendo en voz baja. Cuando me tapé los ojos con la mano y murmuré—: Me asustó. —Billie rió más fuerte.

Me reí en voz baja y luego la miré. Ella me sonrió, riendo y sacudiendo la cabeza. El hielo se había roto oficialmente.

Abriendo sus brazos de par en par, pronunció:

—Ven aquí.

No necesitó decírmelo dos veces. Necesitaba el contacto. Necesitaba el consuelo. Esta situación era extraña e inquietante. Era agradable pasar por esto con una amiga.

Apresurándome a ella, envolví mis brazos alrededor de ella, mi mejilla plantándose firmemente en su pecho. Sus fuertes brazos se asentaron alrededor de mí, sosteniéndome cerca, con los dedos de una mano arrastrándose de ida y vuelta por mi espalda. Lo respiré, y ella apoyó la barbilla encima de mi cabeza. Casi me envolvía por completo. Estaba arropada. Y me encantaba.

Mis brazos se apretaron a su alrededor. Estaba tan agradecida por este escenario siendo lo que era y no una escena fría y clínica. Apartándome, la miré a los ojos.

—Hola.

Su sonrisa torcida hizo que mi estómago de un vuelco. Ella colocó sus manos sueltas en la base de mi cuello, pasando sus dedos sobre mi clavícula.

—Hola, pastelito. —Ahogué una risa. Sus manos se levantaron, rozando ligeramente la carne sensible en mi cuello—. ¿Maya?

—¿Sí?

—Sólo voy a sacar esto del camino, ¿de acuerdo?

No tenía ni idea de lo que estaba hablando. Todo lo que podía hacer era mirarla a los ojos y asentir mi permiso.

Su sonrisa suavizó. Inclinándose, sus labios descendieron. Antes de poder registrar lo que estaba pasando, sus cálidos labios llenos estaban en los míos. Mis ojos se abrieron de golpe por la incredulidad. Sus dedos me sujetaron suavemente a los lados de mi cuello mientras profundizaba el beso.

Santo... ¡vaaayaaa! Así que esto era lo que se sentía besar a Billie O'Connell.

Mis ojos se cerraron y mi cuerpo se desplomó contra ella. Alcanzándola, agarré la parte delantera de su camisa por miedo a caer, pero algo me dijo que Billie me atraparía si lo hiciera.

Sus labios se movieron de los míos y me advertí de no gemir en voz alta.

Dejando un suave beso en mi mejilla, me preguntó con vos ronca:

Sobre anoche (Billie Eilish y Tu) G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora