Capítulo 34

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POV _______

Estaba oficialmente asustada.

Un día. Había pasado un día desde que encontré a Addison llorando. Un día para que su actitud diera un completo giro de ciento ochenta grados. Era una persona diferente.

La había visto en la oficina conversando alegremente con los empleados sorprendidos, incluso fue tan lejos como para hacer chistes malos y escuchar lo que tenían que decir. Parecía que había descubierto la mujer dentro de ella, la mujer que afirmaba había desaparecido.

Una sonrisa se extendió a través de mis labios mientras la veía. Lo logró, y me encontraba feliz por ella. Simplemente esperaba que el cambio fuera permanente.

Cuando terminé mi día, pasé a su oficina y me detuve.

—Adiós, señora Griffin.

Ella levantó su cara bonita de la pantalla del ordenador y volaron mechones sueltos de su cabello rubio blanco.

—_______, esperaba realmente tener una charla contigo, si tienes tiempo. Miré mi reloj y luego entré.

—Claro, mi autobús no llega aquí hasta otra media hora. Se puso de pie.

—Sé que mis primeras impresiones sobre ti no fueron las mejores, y lo lamento. —Bajó la mirada hacia el suelo, ligeramente incómoda—. Los últimos años no han sido amables conmigo, y aunque eso no es una excusa para mi comportamiento atroz, quiero comenzar de nuevo. Espero que podamos hacer lo mismo.

Mis cejas se fruncieron con confusión.

—¿Comenzar de nuevo?

Ella asintió, tendiéndome la mano, sonriendo.

—Hola, _______. Mi nombre es Addison. Encantada de conocerte.

No dudé en tomar su mano. Esto no podía ser más fácil para ella. No tenía derecho a sentirme orgullosa, pero lo hice.

—Hola, Addison. Igualmente.

Dejamos caer las manos y dejó escapar un suspiro.

—Me gustaría que todo el mundo comenzara a llamarme por mi nombre de pila. Señora Griffin es cosa del pasado. Somos un equipo. Tenemos que actuar como tal.

Sonreí en respuesta, saliendo de nuevo de la habitación. Cuando me iba, dije:

—Realmente es un placer conocerte, Addison.

Salí del trabajo sintiendo el peso de mis hombros aligerarse. La parte triste era que ni siquiera me había dado cuenta que el peso estaba allí.

***

Tan pronto como llegué a mi edificio de apartamentos, me desvié, caminando al apartamento frente al mío.

Llamé a la puerta y ésta se abrió. Lauren me miró de arriba abajo lentamente.

—Bueno, bueno, bueno. Mira lo que trajo el gato. Mi nariz se arrugó.

—¡Oye! Ella sonrió.

—Lo siento. Siempre he querido decir eso. —Se giró sobre sus talones—. Entra, mi palomita.

Miré alrededor del apartamento, tomando mi bolsa y dejándola en el mostrador de la cocina.

—¿Dónde está Camila?

Sus labios se fruncieron adorablemente a media que sacaba un par de copas del gabinete.

—Trabajando. —Hizo un puchero—. Volverá pronto a casa. ¿Licuado?

Sobre anoche (Billie Eilish y Tu) G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora