POV BILLIE
Candace permaneció frente a mí, sus labios temblorosos, parpadeando las lágrimas.
—¿Renuncias? ¿Solo así?
Empujé a la mujer madura en un fuerte abrazo.
—Eso no quiere decir que nunca te veré otra vez. He aceptado todavía hacer algunos trabajos a la fecha, pero sin sexo.
Ella sollozó e hizo una mueca.
—Pero eres mi favorita. ¿Qué voy a decirles a tus clientas habituales? Mi barbilla descansaba en la parte superior de su cabeza.
—Diles que me fui y me enamoré. Candace me abrazó con fuerza.
—Espero que ella se dé cuenta de lo que tiene en ti. Tiene suerte de tenerte, Billie.
Respondí con un apretón.
—Todavía tengo que convencerla de que soy la correcta para ella. Ella se echó hacia atrás, sonriéndome.
—Lo harás. Sé que lo harás.
—Gracias, Candy.
Dejé MPT sintiéndome mejor conmigo misma, y mejor por la situación con _______. Consiguió el pastel que pedí esta mañana. Cuando llegue a casa esta noche, tendría otra sorpresa. Tuve toda una semana planeándolas. Y si era necesario, jugaría sucio.
Tendría a _______. Me pertenecía. Sabía esto, porque estaba perdida sin ella. Tenía que ser la mujer a la que ella acudiera en busca de un hogar. Necesitaba ser la persona que viera por primera vez en la mañana, y la última que viera en la noche. Tenía que ser para ella lo que ella era para mí.
Sólo necesitaba a _______. Y se lo demostraría.
***
Llegué al departamento de policía poco después de las 3 p.m.
Mi corazón latía a toda prisa. El rechazo era mi mayor temor, pero si quería una vida con _______, trabajaría para ello. Ser una acompañante ya no era una opción. En mi corazón, sabía que _______ jamás me pediría que deje mi trabajo, pero ¿qué clase de mujer me hacía ser eso?
Una imbécil. Una idiota. Una tramposa. No quería ser ninguna de esas cosas.
Los últimos días habían sido difíciles, pero imaginé que si esto era lo que sentía, entonces _______ probablemente se sentía peor. Las cosas que le había dicho...
Jesús. Cómo deseaba poder retirarlas. Pero no podía, así que tenía que lidiar con las consecuencias. Estaba dispuesta a decirle a _______ lo que sentía por ella. Era lamentable que me hubiera tomado verla con otra persona para darme cuenta que no estaba dispuesta a renunciar a ella, pero la vida era así de curiosa. Nunca lo esperabas hasta que ya estabas lista para ello. Simplemente lanzaba la bomba y tenías que decidir cómo tratar con esta.
Amaba a _______, y era importante para mí. No era fácil de amar. Por otra parte, yo no era la persona más fácil de amar. Ella era la persona que colgaba la luna en mi cielo. Iluminaba la oscuridad y me hacía querer más de lo que me era cómodo. Lo curioso era que nunca pidió nada de mí, pero veía cómo me miraba. Era la forma en la que yo la miraba: con el corazón y el alma, y totalmente involucrada con la otra persona.
El oficial de alto rango en la recepción miró por encima de mí.
—¿Sólo vas a estar allí de pie?
Eso rompió mis pensamientos. Me aclaré la garganta.
—Lo lamento. Me preguntaba si podía ayudarme. Necesito un poco de información. —Agregué—: Quiero convertirme en una agente de policía.
El hombre levantó una ceja.
—¿Cuántos años tienes, hija? ¿30? Me encogí de hombros.
—Aproximadamente. Sacudió la cabeza.
—¿Estás segura? Hay una serie de pruebas que tendrás que realizar. Tu conocimiento del estado federal y la ley local tiene que ser casi perfecto.
Mi rostro palideció, pero él continuó.
—Luego están las pruebas fisiológicas, así como las pruebas físicas agotadoras que debes pasar. —Me sonrió—. Están diseñadas para empujar los límites, ¿me oyes?
Asentí lentamente.
—Escuché. —Me enderecé y me paré más alto—. ¿Qué tengo que hacer?
El hombre sonrió, asintiendo.
—Ese es el espíritu. —Sacó una carpeta llena de papeles—. Puedes empezar por llenar estos. El reclutamiento es cada seis semanas. Estamos cerca del vencimiento. Si no me equivoco, el siguiente lote será dentro de diez días. Si no encontramos lo que necesitamos a tiempo, puedes comenzar a entrenar en tres semanas. —Fui a alcanzar la carpeta, pero él la sostuvo lejos de mí, su rostro severo—. Vas a tener que estar lista para que pateen tu trasero. ¿Lo entiendes?
No tenía ideas preconcebidas de que mi tiempo de entrenamiento iba a ser fácil.
—Lo sé.
Me entregó la carpeta y, con un movimiento de la barbilla, estaba fuera de allí y lista para ceder mi vida a una cierta apariencia de normalidad.
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Sobre anoche (Billie Eilish y Tu) G!P
FanficBillie O'Connell ha sido una acompañante durante la mayor parte de su vida adulta. Es buena en su trabajo y las reservas se hacen con meses de antelación. Un curioso email de una posible clienta despierta su intriga por la tímida y extraña mujer. Un...