Capítulo 43

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POV BILLIE

Han pasado dos semanas desde que _______ y yo nos convertimos en un producto oficial, y desearía poder decir que iba mejor de lo que era.

El comienzo de una relación era un momento nuevo y excitante. Deberíamos haber estado en la etapa de luna de miel, donde todo era diversión y no pudiésemos tener suficiente una de la otra, pero lo que había pasado con Lucia nos había herido a ambas de una manera que me temo no nos recuperaríamos.

_______ se estaba retrayendo, y alguien más estaba tomando su lugar. Iba con el transcurso de su día, pero no estaba completamente segura de sí las luces estaban encendidas arriba. Había algo robótico en la forma en que hablaba últimamente, y sus sonrisas eran vacías, casi tan vacías como sus ojos.

Estaba preocupada. Amaba a _______. Ella era mi mundo. Verla de esta forma me asustaba hasta la mierda. Necesitaba arreglar esto, o arriesgaba el perderla.

Algo me dijo que si Lucia continuaba rechazando nuestra relación, _______ y yo no sobreviviríamos como pareja, y una parte de mí odiaba a Lucia por eso, porque no estaba segura si superaría cualquier mierda que tuviera en contra de nosotras. No sólo eso, sino que estaba segura que no me recuperaría si perdía a _______.

Ella estaba en lo correcto. No era lo suficientemente buena para ella, pero haría lo que fuera que tuviera que hacer para hacer las cosas funcionar. El fracaso de nuestra relación no era una opción. Especialmente no antes de que realmente incluso comenzara.

Por una semana completa, había visto a mi novia escapar al baño a todas horas y regresar con los ojos enrojecidos. La había escuchado llorar en silencio en las noches cuando estaba segura que estaba dormida. Había visto que su felicidad lentamente se iba desvaneciendo, preguntándome si se iría para siempre.

No iba a permitir que la tristeza se convierta en un accesorio permanente en la vida de _______. Así que levanté mi mano y soné el timbre. Abrió la puerta y me observó de arriba abajo. No me perdí en los ojos tristes o las botellas de cerveza vacías en el mostrador de la cocina. Parecía que Lucia era tan miserable como nosotras.

Ninguna de las dos habló, nos miramos con cuidado, anticipando lo que la otra haría. Pasó un momento, y Lucia me sorprendió al alejarse un paso de la puerta, haciéndome espacio para entrar.

Entré y ella cerró la puerta detrás de mí, pasándome y preguntando:

—¿Qué quieres?

Si ella no sentía la necesidad de las formalidades, entonces yo tampoco.

Me mantuve de pie a una distancia de ella y lo dije como era.

—Nos estás matando antes de siquiera haber recibido una oportunidad, Lu.

Sus ojos se entrecerraron a la vez que su quijada se tensaba. Me odiaba; eso estaba claro.

Normalmente odiaba rogar. ¿Hoy? No tanto. Tenía que hacer lo que tenía que hacer.

—_______ está sufriendo, y tú eres la causa. Yo... —dudé—, no sé qué hacer, pero sé que, si la veo sufriendo por más tiempo, voy a ir detrás de la causa. ¿Me entiendes?

—¿Es eso una amenaza? —masculló Lucia, fingiendo aburrimiento. Dios, me estaba molestando, y mucho.

—Lo sabes. La amo más que nada. —Me detuve un momento para dejar que eso penetrara—. Más que nada, Lu. —Una tristeza se apoderó de mí para la cual no estaba preparada. Se mostró cuando hablé—. No me importa si me golpeas. No me importa que me hayas dicho mierdas que no me merecía, pero... pero no puedo permitirte que la hieras.

—¿Y si te digo que la única manera en que superaré esto es si acuerdas no salir más con ella? —preguntó ácidamente.

Mis caderas se levantaron a la vez que respondía brusco:

—Te diría que eres una imbécil egoísta y que te jodas. —Lucia se volvió para mirarme fijamente. Pero era algo que no estaba dispuesta a aceptar—. Estamos enamoradas. —Necesitaba que lo entendiera—. Me voy a casar con ella. —Su enojo se esfumó, y todo lo que quedó atrás fue una mirada de resentimiento—. Te tuve como a una hermana por casi seis años, y nunca he pensado diferente, sin importar cuán mierda has sido conmigo. —El resentimiento se desvaneció, y luego solo se veía cansada y vacía—. Me encantaría que tú fueras parte de nuestras vidas, pero aceptaría tranquilamente si decidieses que no quieres eso. —Me detuve antes de ponerlo sobre ella—. Pero _______ no podría, mujer. Ella te necesita. Te ama más que nada. Todo el tiempo que estuvimos viéndonos, me dijo que tú eras su héroe. Su campeona. La única persona que creyó en ella. La única que la apoyó al cien por ciento. —Añadí calmadamente—: La estás haciendo una mentirosa, Lu.

No esperé por su respuesta. Me volví y salí de su apartamento sin mirar atrás, esperando que mordiera el anzuelo que le puse.

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Sobre anoche (Billie Eilish y Tu) G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora