Capítulo 42

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POV _______

Puse mis ojos en blanco ante la tonta que robaba todas las mantas.

—No haremos esto.

Billie se enderezó, su glorioso cuerpo desnudo a la vista.

—¿Por qué no? Es una manera perfectamente buena y justa de tomar una decisión.

Resoplé, jalando las sábanas hacia arriba hasta mi pecho mientras me sentaba contra la cabecera.

—No voy a hacer esto. Es ridículo.

No contestó, sólo extendió un puño y levantó una ceja. Sacudí mi cabeza con vigor.

Suspiró largo y bajo, bajando su puño.

—Quiero hablar con Lucia. Quieres hablar con Lucia. Piedra, papel o tijeras es una manera completamente válida para manejar esto —añadió apresuradamente—. No lo entiendes. Hay un código entre amigas. Nunca debí haberte tocado y ahora que lo hago, tengo que hablar con ella. —Abrí mi boca para protestar, pero levantó una mano y dijo rápidamente—: Pero... te amo, y te amo lo suficiente para hacer esto de la manera justa. —Sacó el maldito puño de nuevo.

Cada vez que decía esas engañosas palabras, estaba lista para robar un banco por ella. Me estiré para acunar su mejilla.

—También te amo. —Dejé caer mi mano, envolviendo mi palma gentilmente alrededor de su puño y trayéndola a mi pecho—. Es mi hermana, Billie.

Sus ojos azules perforaron los míos mientras decía.

—La mía también.

Mi corazón se estremeció. Estaba mentalmente aterrorizada de acercarme a mi hermana.

—Va a enojarse —establecí. Billie resopló.

—Um... ¿tú crees?

¿Sabes qué? Tal vez Billie debía hablar con ella.

¡Cobarde!

Sonrió mientras yo lucía mi indecisión como una banda para la cabeza color rosa fosforescente. Se inclinó, presionando un prolongado beso en mi mejilla y lo respiré. Su aroma me tranquilizaba. Besó mi mejilla, una y otra vez, antes de besar mis labios una vez, susurrando suavemente:

—Déjame hablar con ella. —Abrí mis ojos para encontrar a una cuidadosa pero sincera mujer mirándome de vuelta—. Por favor, déjame hacer esto.

Con el corazón acelerado, admití tranquilamente:

—Tengo miedo.

Su vacilación me dijo que sentía lo mismo, pero lo cubrió con un:

—Todo va a estar bien. Lo prometo.

Observé a Billie vestirse desde mi lugar en la cama. Silenciosamente, me pregunté cómo había sucedido todo esto y más importante aún, cómo me las había arreglado para que una mujer como Billie O'Connell se hubiera enamorado de mí.

Una pequeña sonrisa se estiró en mis labios y Billie lo vio.

—Pervertida —murmuró entre diente y me reí.

Se fue con la promesa de regresar en un par de horas y desde el segundo en que salió por la puerta, esperé con la respiración contenida.

***

Solo eran las cuatro de la tarde, pero después de mi ducha, me vestí directamente con mi pijama. Me dije que no estaba contando las dos horas y treinta y cinco minutos que Billie se había ido. Con cada minuto que pasaba, un sentido de tranquilidad me recorría.

Sobre anoche (Billie Eilish y Tu) G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora