Capítulo 18

4.5K 330 12
                                    

Un hombre de cabello rubio peinado cómo vikingo y vestido de negro se pone a lado de Eric, en su rostro se asoma una sonrisa.

-¡Hola a todos! ¡Gracias por la cálida bienvenida!-Dice y se escuchan aplausos por toda la zona de comida.

Logré escuchar algunas murmuraciones sobre Harrison, su apariencia suele enamorar a las chicas y ahora las chicas quieren su atención, pero su mirada sólo se clava en mí.

Sonríe al verme, error de vida; sonreír a lado de Eric.

Max se retira y Alec con Harrison bajan del balcón, Harrison saluda a unos nacidos que al parecer lo conocen ya que llegan a abrazarlo, mientras que Alec se acerca a mi mesa y se sienta en frente de Cuatro.

-¿Usas algún perfume que haga que los chicos se fijen en ti?-Dice Alec burlón.

-No, ¿por qué?

-Apenas Harrison te vio, te comió con la mirada.-Contesta.-Además, tienes a Cuatro al lado.

Casi me ahogo con un pedazo de carne y miro a Cuatro reír.

-Asco-Digo y Alec se echa a reír también.

-Algunas lo verían cómo un premio-Dice Cuatro y guiña el ojo.

-Sabes que somos hermanos-Le murmuré a Alec.-Creo que eres la única persona que lo sabe por ahora.

-¿Todavía no se lo cuentas a nadie?-Pregunta Cuatro.

-No, saben mi apellido y lo demás lo sabrán pronto-Respondo y acabo mi bebida.-Prepárate por la avalancha de preguntas que vendrán luego.

Veo cómo Harrison se acerca a nosotros y se sienta en frente de mí, en su rostro hay una maravillosa sonrisa que conocía de memoria.

-Encantado de verte-Me habla coqueto.

-¡Hola!

-¿Alegre de verme?

-Bastante-Le sonreí, es la verdad, extrañaba verlo.

-Hay mucho que debemos hablar, ¿cierto?-Alza una ceja y asentí con la cabeza.-Dans une demi-heure je te veux dans les catacombes, ne sois pas en retard.

"En media hora te quiero en las catacumbas, no llegues tarde"

Se levanta de la mesa y vuelve a ir dónde sus amigos nacidos, lo sigo con la mirada y noté a Eric también en esa misma mesa, él estaba mirándome.

Su mirada me está cremando. Esa mirada de furia no se la quita nadie. Alec y Cuatro me miran como sí fuera una extraña.

-Él fue mi entrenador.

(....)

Luego de un rato, me levanté de la mesa y me despedí de Alec y Cuatro. Me acerco a la mesa dónde están mis amigos y les dedique una sonrisa enorme.

-¿Me extrañaron?

-¿A dónde fuiste ayer?, no estabas en el dormitorio de los nacidos-Habla Tris.

-Max y Eric hablaron conmigo un rato, dormí en el dormitorio de trasladados, a pesar de todo.-Respondí y me mordí el labio inferior.-Bien, debo irme, tengo un "castigo"

Salí trotando de la zona de comida, sin dejar que alguna persona me hiciera un cuestionario, y me dirigí hacía las catacumbas, sabía perfectamente cómo llegar. Caminé al abismo y mire hacía abajo.

-Aquí suelen morir los cobardes.

-¿A que te refieres?-Alce una ceja dudosa.

-Personas que no son capaces de tener la suficiente valentía suelen saltar desde aquí.

-¿Cómo entramos a las catacumbas?-Pregunté.

Él señalo una puerta de madera

-Una puerta de madera-Murmuré para mí misma.

Busqué la puerta con mis ojos y la vi, tenía piedras bloqueandola ya que nadie iba ahí, me acerqué y las hice a un lado. Pude entrar y corrí, todo recto hasta escuchar el agua y doblé por el pasillo de la derecha, llegué a la orilla de la corriente y me senté en una roca esperando a H.

Tenía preguntas, muchas, ¿por qué volvió?, ¿sabía que yo estaría aquí hoy?

-Eres rápida-Dice una voz masculina detrás de mí.

-Siempre lo he sido.

Me levanté para abrazarlo y él me toma entre sus brazos.

-Te extrañé, pequeña. ¿Qué haz estado haciendo?

-Yo también te extrañé, desde que llegué he estado entrenando-Suelto el abrazo y nos sentamos.

-¿Es peor que mi entrenamiento?-Pregunta burlón.

-El líder es brusco y nuestro instructor nos exige bastante pero jamás se podría comparar a cómo tú lo haces.

-Eric y Cuatro suelen ser así, los conocí en su iniciación y eran enemigos.

-Lo sé, Cuatro me contó la historia de su iniciación y aún tienen una pequeña competencia entre ellos.

-¿Cuatro?, gran confianza te tiene-Se burla.

-Es mi hermano-Respondí.

-¿Es en serio?. No mientas, ¡podría jurar que te gusta!

-¿Por qué todos piensan que tengo algo con él?-Contesté.-Es mi hermano de sangre y hasta que llegué aquí volví a hablarle.

-Las historias que me contabas sobre que tu hermano te abandonó y todo lo de tu familia, ¿siempre fueron ciertas?

-Idiota-Le pegué un puñetazo en el hombro.-Basta de juegos. Ya que sabes quién es mi hermano, no le puedes decir nadie.

Debilidad [Libro #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora