Capítulo 38

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–Moriré–Suelto un suspiro.

–¿Qué?, ¡claro que no!

–¿Y quién crees que me va a proteger?, Zeke, cualquiera puede morir por una bala.

–¡Eres un dolor de cabeza!–Camina de un lado a otro pensativo.–¿No lo sabes cierto?, ¿las personas de ahora no leen libros o qué?

–Puedes dejar de decirme cosas sin sentido, explícame bien–Pongo mi mano en su hombro y frunzo el ceño.

–Tu resultado afecta todo tu cuerpo, ya que tienes posibilidad de ser o hacer muchas cosas a la misma vez pero más rápidas.–Dice.–Mucho más rápido que una persona normal y eso te convierte en una inmortal.

–Mi resultado no es completo y además.. espera un momento–Alcé una ceja.–¿Cómo sabes mis resultados? ¡SON PRIVADOS!

–Yo también soy divergente–Susurra.–Al igual que Uriah y Tris.

–Todos somos impostores, ¿eh?

–¡Concéntrate!, tenemos que huir ahora mismo y encontrar a los de confianza.–Añade.–Cuatro, Harrison, Tori y Alec.

–También a Lauren, Tris, Uriah y mis amigos... necesito encontrar a Eric.

Zeke me mira confundido.

–¿Hablas en serio? ¿Eric?, ¿el Eric egoísta y poco confianzudo?

–Sí, Eric es... muy importante para mí.–Respondí.–Él y yo...

–¿Eres su novia?, wow, eso es increíble.

–Apenas estamos empezando y pensé que iba a ser fácil pero este ataque puede hacer que nos alejemos sí no logro hablar con él.

–Bien, ¿pero dónde está?

–No lo vi en la sala de prueba ni en el pozo, creo que podría estar en su apartamento–Respondo y paso a su lado, empezamos a caminar lo más rápido que podemos.

Logramos no estar a la vista de los guardias de los pasillos principales, sólo quedaba pasar la zona de comida y subir las escaleras. Detengo mi paso cuando escuché el sonido que se provova cuando se quita el seguro de un arma. Miré a Zeke asustada y nos volteamos.

El pequeño sonido vino de una ventanilla, me acerqué y vi a cuatro guardias con armas en mano apuntando a tres personas que estaban arrodilladas en el suelo.

–Mierda–Maldigo.

Reconocí esos cuerpos, esos tres cuerpos tirados en el suelo. Ninguno estaba muerto, por el momento.

–Tus amigos–Me murmura Zeke.–Tenemos que salvarlos.

–¿Cómo?, los guardias están armados y son cuatro, apenas nosotros somos dos.

–Pero somos rápidos, ¿no?–Zeke le echa un último vistazo a la situación y camina hacía el pasillo que nos lleva al balcón de la zona de comida.

Nos ponemos de cuclillas cerca del interruptor de las luces, Zeke se levanta una parte del pantalón y saca dos pistolas pequeñas, perfectas.

–Voy a quitar la luz para que podamos dispararle a los guardias pero con cuidado de no herir a tus amigos–Dice y me entrega una de las pistolas.

–Tengo que lograr obtener su atención–Dije.–Uno de los chicos tiene que saber que estoy aquí.

Gateo un poco hacía la orilla, bajo la oscuridad, buscando las miradas de mis amigos. Es imposible que logren verme sin que un guardia también me note.

Un guardia se aclara la garganta y rueda los ojos.

–¿DÓNDE ESTÁ ELLA?

¿Ella?, ella, ¿yo?

Debilidad [Libro #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora