Debilidad [Libro #1]

Capítulo 30

Un vaso produce sonido al caerse al suelo y rápidamente suelto del abrazo a Cuatro, miro a mi alrededor y no alcanzo a ver a nadie. Cuatro también mira hacía los lados y no alcanza a ver a nadie. Pero el sonido fue cerca.

–Deberíamos ir al pozo, quiero algo de beber–Dice Cuatro.

Caminamos hacía el pozo y todos están bailando en pareja o en grupo, y bebiendo cerveza. A mí se me antoja un refresco con bastante hielo.

–Iré por mi ponche–Cuatro se aleja de mí y va hacía la barra del pequeño bar.

Me acerco a mis amigos y me pongo a bailar junto a ellos, se me da bien esto. La música es genial, el ambiente está relajado.

–Feliz cumpleaños, Bonita–Oigo susurrar a alguien en mi oído.

–Gracias–Le contesto y bailo con él, esta vez sí es un baile.

Harrison baila bien. La música cambia y bailamos más pegamos, pero sin mostrar vulgaridad o deseo, aunque, ambos estamos solteros. Sin embargo, no se me antoja meterme con Harrison.

Él baila genial. Nos movemos hacía la misma dirección. Toma mi mano y me hace dar una vuelta, mueve los hombros y yo lo imito. Reímos y vuelve a hacerme dar una vuelta.

Mi mirada se posa de repente en la barra del bar, está él ahí mirándome y está con su cerveza en mano. Trato de evitarlo, sin embargo, me quedo inmóvil al ver que una chica rubia se le sienta en los regazos y él le pone una mano en la cintura, la acaricia, y baja la mano hacía el muslo de la chica.

¿Qué es esto?

Salgo de la pista de baile y me voy hacía Alec, él está bebiendo una cerveza, me nota rápido y se aleja de la persona con la que estaba hablando.

–Hola, ¿dónde están tu arco y flechas?–Bromeo.

–Durmiendo–Responde.–¿Los necesitas?

–Quiero enterrarle una flecha en el ojo a alguien, nada más.

Alec se ríe y puedo imaginar el nombre que se le vino a la mente sobre lo que acabo de decir.

–¿Te sientes mejor?

–Un poco, debo de tomar anti inflamatorios y mucha agua.

–¿No bailas?–Le pregunté.

–Tengo dos pies izquierdos–Contesta y nos reímos.–Feliz cumpleaños, hoyuelos.

–Gracias, fiel amigo.

Alec y yo nos sentamos en unos asientos disponibles que están alejados de la pista de baile. Mi vaso está más lleno de hielo que de bebida.

–No quiero meterme, pero, ¿por qué Eric te ve cómo sí fuera a matarte? O bueno, nos ve a ambos–Murmura entre dientes y miro en dirección hacía Eric.