Capítulo 42

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–¿Puedes caminar al menos?–Le pregunté a Eric.

Él rueda los ojos y suelta un suspiro.

–Sí, pero no tan rápido.

Pongo un brazo de Eric encima de mis hombros y lo ayudo a salir de la celda, caminamos y al llegar a la oficina están Marlene, Caleb, Will y Zeke sentados en las sillas alrededor de la mesa.

–¿Cómo están tan tranquilos?–Pregunté mientras ayudo a Eric a sentarse en una silla y él se queja de dolor.

Es demasiado pesado.

–Porque ya no hay peligro, Alex, ¡mataste a la persona que nos iba hacer daño y nos acercamos a la paz!–Contesta Zeke.

–No grites victoria aún–Dice Marlene.

–Aún no entiendo el porqué los capturó a ustedes tres–Fruncí el ceño.

Se quedan en silencio, patéticos.

–Will, ¿tienes heridas?

–No, físicas no, pero me duele mucho la cabeza desde ayer y no recuerdo cómo llegué aquí–Responde Will.

–Zeke, ¿cómo te atraparon?, en la zona de comida solo oí tu voz decir mi nombre.

–Estaba al lado del interruptor, hacía lo que teníamos planeado y cuando la volví a encender sonó la alarma–Contesta Zeke.–Dos chicos osados llegaron por mí y me trajeron aquí.

–La ciudad está jodida–Dice Eric.

–Ya no, tenemos a nuestra heroína–Caleb me señala y sonríe.

Cuando todo se calme podré estar en paz, volver y ver el desastre me da pánico.

–Habláremos más en Osadía–Digo y ayudo a Eric a levantarse de nuevo.

Todos salimos de la oficina y de nuevo a las estúpidas escaleras, hasta salir del edificio. Mis piernas arden y mis pies empiezan a dar pasos pesados.

–Me iré con Eric en la moto y ustedes roben el auto azul–Les señalé el auto estacionado en frente de nosotros.

Gracias por el pequeño regalo Jeanine.

Camino casi tambaleándome hacía la moto y Eric se sube. Ambos estamos cansados.

–No has soltado ni un insulto en todo el camino, ¿seguro que estás bien?

Eric se muerde el labio nervioso, oh, no, no.

Vuelvo a levantar su camiseta y veo sus heridas en carne viva, la sangre no deja de salir y mi interior se preocupa cada vez más.

–Mierda–Susurro y no puedo evitar pegar mis labios a los de Eric.

Un corto beso es lo me da energía. Me subo a la moto y arranco, Eric me sujeta con firmeza de la cintura. Trato de ir a la máxima velocidad, los cuerpos que estaban esparcidos por las calles estaban siendo recolectadas por unos osados y los ponían en sacos, son demasiados.

–Ya vamos a llegar, prometo que todo estará bien.

Siento cómo mi camisa empieza a mojarse en la espalda, se siente viscosa. La sangre de Eric no deja de salir y me estoy preocupando demasiado.

Todo estará bien, todo estará bien.

Entro a Osadía y conduzco hasta la entrada de la enfermería, no debo pasar por pasillos, estaciono afuera de la enfermería y me bajo de la moto para ayudar a Eric.

–¿Acaso eres tonta?, ¡no puedes meter la moto aquí!

–Te callas–Respondo.–Hago lo posible para que no mueras.

Debilidad [Libro #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora