Capítulo 17

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El tiempo que pasaban juntos en los próximos días después de aquel incidente era muy poco, y pareciera que Ushijima siempre buscara una forma para alejarse de la albina. Al menos así lo sentía, aunque no podía quejarse ni nada, después de todo, estaban entrenando para ir a la Nacionales. 

-¿Sucede algo?-pregunto Mei al mirar a su pequeña kohai distraída mirando un punto en la nada. 

Konan miro directamente a los ojos de su capitana, la realidad es que sí sucedían muchas cosas, pero no era de las chicas que andaban revelando sus problemas tan a la ligera. 

-No-respondió a secas-, es mi turno de sacar ¿No?

La castaña asintió en silencio, Konan se dirigió a la lineal de saque, había estado entrenando bastante, y ya lo tenía más controlado, todo perfectamente medido, como debía de ser. Fueron en total 10 saques los que hizo, cada uno correctamente. Pero a ese punto, ya lo hacía de forma mecánica, sin pensar demasiado en qué lugar era al que debía llegar; su mente divagaba en las palabras del rubio, y también en el asunto de Ushijima. 

-Maldición-dijo entre sus dientes, se sentía bastante vulnerable. 

A unos cuantos metros estaba Mina con Hanabi, ambas mirando serias a la albina, sabían que algo tenía, sus saques eran mas brutos. 

-¿Habrá peleado con Ushijima?-pregunto Hanabi. 

-Creo que eso es obvio-respondió la capitana-, esta de un pésimo humor.

***

Había tenido una buena niñez, sus padres eran afectuosos con ella y se preocupaban por todo lo que le sucedía, pero apenas entro a cuarto grado, su madre comenzó a trabajar porque quería realizarse como periodista, después de todo tenía una licenciatura en periodismo. A partir del momento en que salió de esa casa con ese traje rosa pastel, las cosas nunca fueron igual...y con ello, las peleas constantes entre sus progenitores, al principio se preocupaban por evitar que ella las viera, pero después de un tiempo, esa preocupación desapareció. La pequeña Konan solo se tapaba las orejas con las palmas de sus manos, intentado evitar escuchar los gritos, esos horribles gritos...odiaba que la gente le gritara. 

Cuando se enteraron del embarazo de su madre, se volvió un infierno tener que soportar estar al lado de ambos, siempre intentando hacer quedar mal al otro. En el momento en que su madre le pidió que se fuera con ella a Suiza con su nueva pareja, y que le dijera que quería ser una madre para ese bebé, que al final terminaron por ser gemelos, que quería estar al pendiente de ellos. No pudo evitar sentirse horrible por que entonces ¿Ella no fue buena hija y por eso busco tener a otro?...sin duda alguna se recriminaba por eso, se culpaba de que su madre no fuera feliz...pero se negó, no era tan idiota para saber que la victima había sido su padre, y ella no quería traicionarlo. Su madre se puso eufórica y le dijo muchas desagradables, de pronto de noche a la mañana comenzó a llamarle, como si no hubiera pasado nada, después le comenzó a mandar fotos de sus hermanos, que para fortuna de Konan se parecían al padre, así que podía decir que no tenían ningún lazo sanguíneo. 

Pensaba que ya había solucionado ese asunto, porque ya no sentía nada por esa mujer, la apreciaba por darle la vida, nada más. En cuanto a su padre, él lo intentaba a su manera, pero tampoco era como que estuviera tan comunicado con él...en muchas ocasiones Hayami le decía que intentara comunicarse con él, que hablaran pero eso no era posible cuando jamás le contestaba las llamadas, sabía que estaba vivo porque seguía apareciendo dinero en la tarjeta de debito que tenía.

Cuando encontró a Oikawa fue como encontrar una luz en la oscuridad, ese chico le había enseñado muchas cosas maravillosas, lastima que tenía demasiada confianza en él, tanto que Konan no podía estar a la altura, y termino por engañarla con esa chica rubia. En ese momento todo se fue a la mierda, lo único que la mantenía firme era el apoyo de su mejor amiga. 

Shiratorizawa [Ushijima Wakatoshi x Oc]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora