1. Huida

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Vi el cuerpo de mi hermano tendido en el suelo, perforado por balas en todo su cuerpo. Estaba muerto, mi hermano estaba muerto. Sentí un vacío abismal, como si me hubieran arrancado una parte de mí misma.

No podía soportar el dolor, así que grité, grité tan fuerte que todo a mi alrededor se hizo cenizas.

Me sentía culpable, culpable de no haberlo salvado. No sabía cómo me miraría mi hermana. Wanda nunca me perdonaría. Yo estaba a cargo de proteger a nuestro hermano. ¿Cómo le diré que Pietro ha muerto y no pude salvarlo?

—¡Hey! ¡Tenemos que subir a los botes! —me gritó Clint, tratando de sacarme de mi aturdimiento.

Solo podía ver el cuerpo de mi hermano, incapaz de moverme. Mi cuerpo estaba paralizado por el shock.

—¡Aitana! —volvió a gritar Clint, con desesperación en su voz.

Levanté el cuerpo de Pietro con mis poderes, guiándolo hasta los botes. Cuando llegamos, lo acosté suavemente en el suelo y me tumbé junto a él. Al mirarlo, me solté a llorar, dejando salir todo el dolor.

Clint se acercó a mí y se sentó a mi lado. Me limpié una lágrima y lo miré.

—¿Estás bien? —le pregunté, haciendo un esfuerzo por hablar con voz temblorosa.

—Sí, solo es una herida leve. He estado en peores situaciones. ¿Y tú? ¿Cómo estás? —me miró con pena y tristeza, sabiendo que la pregunta era casi inútil.

—No lo sé —respondí con un nudo en la garganta—. Ni siquiera quiero mirar a mi hermana a los ojos y decirle que no pude salvarlo —las lágrimas comenzaron a brotar de nuevo.

—Tranquila, no fue tu culpa. Ella lo entenderá y no te culpará de nada —Clint intentó consolarme, rodeándome con un abrazo.

—Eso espero —susurré, aunque sin mucha convicción.

Un mes después

Ha pasado un mes desde la muerte de mi hermano, y el dolor sigue siendo igual de intenso que el primer día. Apenas como y solo salgo de mi cuarto para entrenar.

Después de derrotar a Ultron, Tony y Steve nos integraron a los Vengadores y nos dieron alojamiento a Wanda y a mí en las nuevas instalaciones.

Wanda y yo no nos hemos hablado desde ese día.

×Flashback×

Llegamos a las instalaciones después de la batalla con Ultron. Yo llegué con Clint y los demás; Wanda llegó después, acompañada de Visión.

Cuando la vi, me acerqué a ella, nerviosa.

—Wanda... —comencé, pero su mirada furiosa me cortó en seco.

—¡Tenías solo una tarea, solo una, y fallaste! —su voz estaba cargada de dolor y rabia.

—¿Crees que no quise salvarlo? ¡Todo pasó muy rápido! —respondí, mi voz quebrándose mientras las lágrimas corrían por mis mejillas.

—No me vuelvas a hablar. Por tu culpa, Pietro está muerto —me dijo, dándome la espalda y marchándose, dejándome sola.

—Tranquila, es solo su forma de pasar el duelo. No lo dijo en serio —me dijo una voz detrás de mí. Era Steve, tratando de consolarme.

×Fin del flashback×

Ahora estoy en mi habitación, empacando. Esta noche planeo irme de aquí. Pasé días investigando a dónde podría ir, y encontré una cabaña en un pequeño pueblo llamado Forks. Parece un buen lugar para encontrar algo de paz.

Pienso irme esta misma noche, sin que nadie se dé cuenta. No dejaré rastro alguno, así nadie podrá encontrarme.

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Es madrugada y todo está listo. Me duele irme sin despedirme, pero es menos doloroso así.

Me adentré en la oscuridad del pasillo, moviéndome con cautela hacia la salida. La ropa negra me ayuda a camuflarme. A medio camino, escuché unos pasos detrás de mí. Aceleré el paso, pero fue inútil.

—¿A dónde vas? —me giré y vi a Steve. Me miraba con los brazos cruzados.

—No te puedo mentir... me iré —le respondí, bajando la mirada.

—¿Qué? ¿Por qué? ¿Lo sabe Wanda? —preguntó, visiblemente preocupado.

—No, Wanda no lo sabe. No he hablado con ella desde que llegamos aquí —lo miré con tristeza—. No puedo estar aquí sin pensar en Pietro, o en ver a mi hermana todos los días y saber que me odia. No puedo. Necesito un descanso, Steve, solo un tiempo —le supliqué con la mirada.

—Está bien —me dijo, para mi sorpresa—. Pero antes, toma esto —sacó un teléfono antiguo de su bolso—. Con esto podré comunicarme contigo si hay alguna emergencia... o puedes contactarme cuando necesites a alguien —me miró y sonrió, una sonrisa triste pero comprensiva.

Lo abracé con fuerza antes de darme la vuelta para continuar mi camino. Al llegar a la puerta, me giré para mirarlo una última vez.

—Espero que nos volvamos a ver pronto, Capitán.

—Sí, eso espero...

𝐃𝐨𝐬 𝐌𝐮𝐧𝐝𝐨𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora