6. Accidente

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POV: Aitana

Bella me miró mientras conducía, su expresión era una mezcla de expectativa y esperanza.

—Oye, ¿no quieres venir a comer? Charlie y yo iremos a un restaurante —me dijo, con una sonrisa que no quería rechazar.

Pero la realidad era que necesitaba estar sola. Había demasiadas cosas en mi mente.

—Gracias, Bella, pero tengo cosas que desempacar, y quiero llamar a mi hermana —mentí con una sonrisa tranquilizadora.

Bella asintió, aunque parecía un poco decepcionada.

—Oh, te entiendo. Será otro día entonces...


POV: Narrador

Cuando llegó a su casa, Aitana dejó caer su mochila en el sofá y se dirigió a la cocina en busca de un vaso de agua. Su teléfono sonó inesperadamente, el que Steve le había dado para emergencias. Un número desconocido aparecía en la pantalla.

—¿Hola? —respondió, su voz cautelosa.

Un silencio inquietante le siguió, antes de que una voz baja y amenazante susurrara:

—Я убью тебя и твоих друзей. Вы все упадете. (Te mataré a ti y a tus amigos. Todos caerán.)

El sonido de la llamada cortándose fue como un eco en su mente. El idioma ruso no era un misterio para Aitana, pero las palabras le helaron la sangre. Dudó en comunicarse con Steve y advertirle, pero el temor de que Wanda la rastreara a través de la llamada la hizo descartar esa idea rápidamente.


POV: Aitana

Al día siguiente, Bella estaba decidida a enfrentar a Edward, pero él no apareció en la escuela. Tampoco Jasper. Durante los días siguientes, su ausencia se volvió inquietante, como si se los hubiera tragado la tierra.

—¿Les habrá pasado algo? —preguntó Bella, su voz llena de preocupación.

—Tal vez les dio viruela —respondí con una sonrisa burlona, provocando una risa en Bella que alivió un poco la tensión.

Los días continuaron en esa extraña calma. Decidí salir temprano hacia la casa de Bella, tomando un atajo a través del bosque. Mientras caminaba, sentí unas miradas sobre mí, como si los árboles mismos estuvieran observándome. Me detuve por un momento, mis ojos escudriñando entre las sombras. Nada. Me dije a mí misma que estaba siendo paranoica.

Divisé a Bella saliendo de su casa, pero mientras lo hacía, resbaló sobre una capa de hielo delgada que cubría el suelo.

—¡Bella! ¿Estás bien?

Bella se levantó con torpeza, sacudiéndose la nieve de la ropa.

—Sí, soy un poco torpe. Es normal en mí, esto me pasa seguido, tranquila.

𝐃𝐨𝐬 𝐌𝐮𝐧𝐝𝐨𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora