¿Que pasaría si dos mundos totalmente distintos se unieran?
Descúbrelo en esta historia que cuenta la vida de Aitana Maximoff después de la perdida de su hermano y se muda a Forks
Los personajes le pertenecen a los autores de estos, solo me perte...
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—¿Quiénes son? —preguntó Bella, dirigiendo su mirada hacia la puerta de la cafetería.
Siguiendo su línea de visión, noté un grupo de personas entrando con una presencia que parecía acaparar toda la atención del lugar.
—Los Cullen
—Son los hijos adoptivos del Dr. Cullen. Se mudaron de Alaska hace unos cuantos años —comenzó a explicar Jessica, su voz apenas un murmullo cargado de intriga.
—Es que no socializan con nadie más —añadió Angela, con un toque de misterio en su voz.
—Siempre están juntos —Jessica señaló con la mirada a una chica rubia que caminaba al frente del grupo—. Esa es Rosalie y el chico de cabello oscuro es Emmet. Son como... pareja. Ni siquiera sé si eso es legal.
—Jess, no son parientes —defendió Angela, lanzándole una mirada de desaprobación.
—Sí, pero viven juntos. Eso es raro —respondió Jessica con una mueca de desdén.
—Creo que son lindos —dije, atrayendo la atención de las chicas, quienes me miraron con diferentes expresiones, desde sorpresa hasta desaprobación.
—Sí, como sea —dijo Jessica, rodando los ojos—. La de cabello corto es Alice. Ella sí que es rara, y el castaño que va con ella es su novio, Thomas.
—No son raros, Jessica. Solo son ellos mismos, y eso no tiene nada de malo —interrumpí, sintiendo la necesidad de defenderlos.
—¿Y ellos? —volvió a preguntar Bella, su curiosidad era evidente.
La puerta se abrió de nuevo, y dos chicos más entraron. Uno era rubio, con pequeñas ondas en su cabello, y el otro era de castaño cobrizo que captaba la luz de manera peculiar.
—El rubio que parece estar sufriendo es Jasper, y el otro es Edward. Son guapísimos, pero nadie es suficiente para ellos. No pierdan su tiempo, chicas —dijo Jessica, su tono teñido de un desdén que parecía ocultar algo más.
—No pensaba... —empezó Bella, pero la interrumpí antes de que pudiera terminar.
—Parece que ya te rechazaron —dije, esbozando una sonrisa burlona mientras Jessica me lanzaba una mirada de odio.
POV: Narrador
Aitana y Bella volvieron la vista hacia la mesa donde los Cullen ya estaban sentados. Aitana los observó a todos, pero fue el rubio quien captó su atención. Había algo en él, en sus peculiares ojos dorados, que la fascinaba. Nunca había visto ese color en unos ojos antes. Se dio cuenta de que estaba mirando fijamente y rápidamente apartó la vista, enfocándose en su almuerzo. Le dio un codazo suave a Bella, indicándole que dejara de mirar.
Mientras tanto, en la mesa de los Cullen, todos estaban sorprendidos por la forma en que Aitana los había defendido.
—Ya están aquí —murmuró Alice, con una sonrisa ligera.
