3.5 Entrenamiento

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Emmett se lanzó hacia Jasper con toda su fuerza, sus músculos tensos y el rostro lleno de determinación. Sin embargo, Jasper, con movimientos precisos y calculados, lo eludió una vez más, derribándolo al suelo con una maniobra impecable. Al final, Jasper, aún manteniendo su postura serena y controlada, se inclinó hacia Emmett con una pequeña sonrisa de triunfo.

—¡Otra vez! —gruñó Emmett, frustrado, levantándose de un salto y sacudiéndose el polvo de la camisa—. Esta es la segunda vez hoy.

Emmett miró a Jasper con el ceño fruncido, pero había una chispa de respeto en sus ojos. No era fácil vencer a Emmett, y Jasper lo hacía parecer sencillo.

—El truco está en anticiparte al impulso del neófito —explicó Jasper con tono sereno—. Ellos no piensan, solo atacan. Su falta de control es su debilidad.

De repente, el ronco sonido de una camioneta acercándose captó la atención de todos. Edward llegó, aparcando justo en el límite del campo de entrenamiento. A su lado estaba Bella, quien parecía más nerviosa de lo habitual. Bajaron del vehículo y caminaron hacia nosotros.

Edward se acercó a ella, murmurándole palabras tranquilizadoras mientras la rodeaba con un brazo. Al verla, sentí cómo el peso de la situación caía sobre nosotros una vez más. No era solo un entrenamiento; era la preparación para una batalla en la que todos teníamos algo que perder.

Poco después, el sonido de ramas quebrándose anunció la llegada de la manada de Sam. Los lobos aparecieron en el borde del claro, sus cuerpos masivos y peludos destacando bajo la luz del atardecer. Sus ojos brillaban intensamente, cada uno evaluando a los presentes con la cautela de un depredador.

—No nos tienen suficiente confianza como para asumir su forma humana —dijo Edward en voz baja, siendo el único que podía escuchar sus pensamientos.

—Vinieron, eso es lo importante —respondió Carlisle, con voz serena, aunque comprendía bien el desafío de la situación.

Observé a los lobos, especialmente a Jacob, quien se mantenía a la cabeza, mirándonos con una mezcla de desconfianza y compromiso. Noté cómo Wanda también seguía cada movimiento de Jacob, como si quisiera comprender todo lo que pasaba por su mente. La conexión entre ellos era evidente, una mezcla de curiosidad y atracción que resultaba imposible de ignorar.

—Podríamos mostrarles que estamos aquí para trabajar juntos —sugerí en voz baja, intercambiando una mirada con Wanda, quien asintió, compartiendo mi inquietud.

Carlisle pareció captar mi intención y, con su tono amable pero firme, se dirigió a Edward.

—¿Puedes traducir? —le pidió, justo antes de empezar a hablar—. Creo que es importante que todos nos entendamos desde el comienzo.

Edward asintió, mirándonos uno a uno antes de volverse hacia los lobos y asentir, indicando que estaba listo.

Carlisle, calmado pero firme, dirigió su atención a la manada.

—Gracias por venir. Sabemos que esto no es fácil para nadie. Estamos aquí para proteger a Bella, pero también a todo el pueblo. No podemos vencer a este ejército de neófitos sin ustedes. Si colaboramos, tendremos una oportunidad real.

A medida que Edward traducía, la tensión comenzó a disminuir un poco. Un lobo de pelaje café, claramente Jacob, se adelantó unos pasos, sin apartar la vista de Wanda, como si quisiera ver su reacción. Wanda lo saludó, intentando sonreírle con naturalidad.

—Hola, Jake —dijo Wanda en voz baja.

Jacob inclinó ligeramente la cabeza, como si solo ella pudiera calmar la furia que mostraba en su postura. La conexión entre ambos era evidente, y pude ver a Bella mirarlos desde la distancia, con una expresión que no lograba descifrar del todo. La mezcla de emociones en su rostro era un misterio, y no pude evitar preguntarme si había algo más detrás de su mirada.

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⏰ Última actualización: Nov 05 ⏰

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