|Kitaro
Era lunes por la mañana y no puedo quitarme del rostro la torpe sonrisa que tengo, aún sigo muy alegre tras lo ocurrido la noche anterior, por desgracia eso hizo que me fuera muy complicado conciliar el sueño sino hasta tres horas antes de despertarme, estoy casi seguro que me quedaré dormido en la meditación de hoy, solo espero que la maestra sea piadosa conmigo cuando suceda.
Y tal como me lo esperaba... Me había quedado dormido a mitad de la meditación lo cual hizo que la maestra me diera una bofetada con un látigo de agua sobre mi cabeza para despertarme.
Desde hace varios días la maestra Annilea nos ha dejado salir por una hora a mitad del entrenamiento para poder comer y descansar algo, así que por toda la hora libre que teníamos no hice más que dormir, cuando terminamos la sesión la maestra me pidió que le explicara la razón ya que es la primera vez que me dormía a mitad de su sesión, no podía mentirle en nada por lo que le comenté lo sucedido la noche anterior (claramente me guarde algunos detalles embarazosos) y una vez que finalicé me dio una mirada muy cariñosa lo cual hizo que me sonrojara un poco.
—Ja... En verdad eres adorable Kitaro...
—¡Ma-maestra! —exclamé sonrojado
—Je, je... Puedo comprender bien tus sentimientos... pero por favor trata de no volverte a dormir para el futuro —me da una sonrisa cariñosa.
—L-lamento si le ofendí... —dije con algo de pena.
—Para nada... mejor regresa a casa y duerme un poco, parece que lo necesitas en verdad.
—Le agradezco su comprensión.
Me retiré del salón y justo al pasar por la puerta no hice más que dar un suspiro tratando de liberar mi vergüenza por lo ocurrido, una vez que me decidí por salir de la torre comienzo a caminar por los pasillos. No sé porque, pero desde hace un momento tengo una sensación de que algo ha sucedido, no me explico de que se trataba, creo que puede ser en parte la pena que acabo de pasar con la maestra Annilea, por suerte hoy no tenía que asistir al entrenamiento del dual de espadas ya que por el momento son una vez cada dos semanas.
Cuando estaba acercándome a la entrada principal miraba a los alrededores y noto que el vestíbulo estaba más animado que de costumbre, me daba curiosidad por saber que estaba sucediendo ya que vi a varias personas ir de un lado a otro con cajas, bolsas, incluso latas que parecían ser de pintura por lo que se me paso por la cabeza que estaban preparando alguna especie de evento para estos días, creo que le preguntaré a los muchachos al respecto.
—¡Kitaro!
No me esperaba escuchar mi nombre en aquel lugar, no hice más que voltear a dónde provino la voz, noto que se me estaba acercando una entara desde lejos, me resulto extraño porque no me parecía conocida, pero cuando se me acerco lo suficiente mis ojos se abrieron demasiado a ver de quien se trataba.
—¿¡NI-NITASHA!? —exclamé en completa sorpresa.
—¿Como has estado Kitaro? Ya ha sido un buen tiempo ¿no?
Me había quedado mudo con la boca abierta y los ojos abiertos a mas no poder cuando la vi de cerca, no hacía más que mirarla de pies a cabeza una y otra vez, Nitasha estaba completamente diferente desde la última vez que la vi, su cabello una vez negro ahora era de color castaño oscuro y en vez de estar suelto lo tenía amarrado con una cola de caballo, las escamas que cubrían su piel se oscurecieron ahora aprecian se de color rojizo oscuro con marrón y la textura daba la sensación de ser como la terracota y su piel era más clara como si se hubiera bronceado muy ligeramente, lo único que no cambio fueron su rostro y sus ojos marrones claro.
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El Inicio | Saga: E.N.O. Libro uno.
FantasíaAlgunas personas viven sus días rodeadas de lujos, otros de forma modesta, pero algunos deben luchar con las heridas que han sufrido en sus corazones. Así que plantea la siguiente pregunta: ¿alguna vez has sentido que vives sin un propósito? Un jov...