Capítulo 19. Una sorpresa al regreso.

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En la mañana.

|Zoren

Mi misión trataba de escoltar a un grupo de mercaderes a un pueblo no muy lejano, no iba a tomar tanto tiempo, solo como unas seis horas en ir y volver, pero surgió un inconveniente, para llegar al poblado teníamos que pasar por un puente el cual cruzaba un rio, pero cuando llegamos al lugar estaba en reparación y no permitían el paso a nadie. Resulta que unos bandidos hace unas noches sabotearon el puente causándole graves daños lo cual nos obligó tomar una ruta alterna mucho más larga, tomaría al menos otras cuatro horas en recorrerlo, pero eso en caso de que estuvieras montando a caballo solamente, como estaba acompañando a una caravana era seguro que nos tomaría al menos el doble de tiempo ya que la ruta suele estar muy accidentada en varias zonas. Y cuando por fin llegamos al poblado ya estaba comenzando a anochecer por fortuna los mercaderes me ofrecieron quedarme en su casa para pasar la noche como agradecimiento por acompañarlos lo cual no me negué en aceptar, una vez en la casa los mercaderes me comunicaron la noticia de que el puente ya podrá permitir el paso de personas, pero solo si estas no llevaban grandes cargas, eso me alegró así no tomare tanto tiempo en regresar a casa.

Ya era de mañana y me había terminado de preparar para partir de regreso a Siladus, pero no sin antes de desayunar después de que me insistieran tanto los mercaderes, una vez que finalicé me despedí cortésmente y comencé mi camino de regreso a la ciudad. Pasaron ya dos horas desde que salí del poblado, no me debería tomar mucho tiempo en ver la capital a lo lejos, pero de repente a mitad del bosque comienzo a sentir una extraña presencia.

Rápidamente saco mi espada y desvió un proyectil el cual iba directo a mi cara, una vez que calmo a mi caballo el cual se asustó por mi reacción noto que se trataba de una flecha la cual quedó destrozada en el suelo, instintivamente me puse en alerta máxima agudizando mis sentidos para prevenir cualquier posible proyectil que se me acercara.

—¡¿Quién anda ahí y que es lo que pretende?!

—Vaya, vaya... Tienes buenos reflejos después de todo...

Esa voz... no sé cómo podría describirla, pero me daba la sensación de que sus intenciones no eran para nada buenas.

—Volveré a preguntar ¿Quién eres y que pretendes?

—Tranquilo, no estoy buscando problemas solo quería saludar.

—¿Saludar? Si eso es un saludo no creo que seas alguien de muchos amigos.

—Qué pena... Parece que al lobito no le agrado para nada mi saludo.

Sea quien sea el que ande por ahí su voz por alguna razón resonaba como un eco el cual cubría toda la zona, aun con mi odio me era imposible saber de dónde provenían sus palabras, esto no me agrada, me estoy comenzando a sentir ansioso por no saber quién es esa persona y en donde está.

—Dijiste antes que no estabas buscando problemas, pero tus acciones me dicen lo contrario.

—Veo que me malinterpretaste, eso lo hice más que todo para saber si estabas alerta y felicidades pásate la prueba.

—Vaya, muchas gracias me gustaría conocer a mi examinador en persona si no es mucha molestia.

—Ja, ja, no lo creo, sé lo que piensas hacer en el caso de que me encuentres así que mejor me quedaré viendo a la distancia.

—Qué mal... No pensé que serias un ratón asustadizo.

—Lobito... Parece que no te han enseñado modales, me encantaría corregir eso, pero por desgracia tengo otras cosas más importantes que hacer, no te preocupes... Nos veremos más pronto de lo que te esperas.

El Inicio | Saga: E.N.O. Libro uno.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora