|1| Una razón para seguir

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Los meses que le siguieron a aquella fiesta fueron un infierno para el pequeño Bergeron. Se encontraba irritable y de mal humor todo el tiempo, lo que se reflejaba en la convivencia con la Calduch.

Carmina no había encontrado paz desde la llegada de su hijo y su nieto a su departamento, pero había acabado por adaptarse e incluso disfrutar de la compañía de ambos.

Tras la muerte de Merlí, había sido Bruno quien no le había permitido derrumbarse. Su nieto había sido su sostén, su cable a tierra. Había evitado que abandone el teatro, como se había llegado a plantear tras el funeral de su hijo. La había acompañado en su peor momento, incluso cuando ella intentaba apartarlo a él y a todos los demás.

En esos momentos, era su nieto quien se encargaba de controlarle las pastillas, levantarla todas las mañanas con una infusión y el desayuno, hacer las compras y gestionarle sus llamadas.

Por todo esto, se sentía en la obligación de ser ella quien lo ayudara ahora. No podía abandonarlo.

Sabia que el muchacho lo estaba pasando mal y aunque éste no le había dicho la razón, ella lo tenía claro: tenía que ver con Pol Rubio.

Desde hacía unos meses que lo notaba decaído, aislado, deprimido. Triste. Por más que intentara ocultar todos estos sentimientos con enojo, no engañaba a su yaya. Vamos, que el teatro era lo suyo.

Bruno pasaba la mayor parte del día encerrado en su habitación. Rara vez salía para comer algo y ya. No contestaba cuando llamaba a su puerta y si se cruzaban acababan discutiendo por algo. Por lo general, la razón era lo delgado y descuidado que se encontraba el chico.

La situación era insoportable, y Carmina Calduch necesitaba recuperar a su nieto. Era su turno de evitar que se derrumbara. Era momento de intervenir.

Se planteó comunicarse con Pol Rubio, pero al no conocer los detalles de la situación consideró que no sería lo más oportuno.

Invitó a su nieto a ir a verla al teatro en varias ocasiones, pero el chico se negaba diciendo que la universidad lo tenía ocupado, que se acercaban los exámenes o que ya había quedado con sus amigos.

Sugirió ir a visitar a Gina y Gerard, pero el moreno no mostraba interés por salir del departamento.

Fue una tarde en que su nieto salió de su habitación a comer algo en que la Calduch descubrió las botellas de alcohol que guardaba bajo la cama, la mayoría ya vacías.

Carmina Calduch, durante el funeral de Merlí, pegaba un trago al orujo de hierbas que llevaba en una petaca de plata oculta en su bolso de vez en cuando. También bebía su famoso limonchello, o alguna copa de vino por las noches. Pero siempre había sido cuidadosa en la cantidad que ingería.

Por ello se preocupó de sobremanera, ya que el número de botellas que se encontró era llamativo por lo elevado.

Se deshizo de la botellas, las vacías y las que aún contenían alcohol, y decidió hablar con Bruno. Por supuesto que el muchacho no se encontró feliz de que su abuela revisara sus cosas.

Acabaron discutiendo nuevamente, ambos sacando a relucir su fuerte carácter, hasta que la Calduch terminó por confesar que se encontraba preocupada por él en medio de lágrimas, lamentablemente muy reales.

Bruno se sintió mal por su yaya y terminó aceptando el reunirse con Gina y Gerard a cenar en el departamento de ellos, ya que la mujer se encontraba en los últimos meses de embarazo y no era recomendable que se desplazara grandes distancias ni hiciera grandes esfuerzos.

Al llegar, fueron recibidos por Gina, que se encontraba claramente agotada y aseguraba que no veía la hora de dar a luz y dejar de cargar todo ese peso. Gery estaba preparando la mesa, aunque hizo mal la cuenta y sólo colocaba tres platos.

En un inicio, Bruno se encontraba incómodo por las miradas que recibía. A pesar de que nadie decía nada de su aspecto, él sabía que lucía algo demacrado.

Sin embargo, la cena transcurrió sin problema y terminaron encontrando algún tema neutro de conversación, como los estudios de Gery, el embarazo de Gina o la última obra de teatro de la Calduch.

El pequeño Bergeron terminó por volver a sentirse cómodo allí, rodeado de esas personas que consideraba parte de su pequeña familia.

Luego de la cena, mientras se encontraba sentado en el sillón junto a Gina, fue que la mujer exclamó emocionada que había sentido una patada. Tomó la mano del moreno y la dirigió a su barriga para que él también pudiera sentirla.

Al posar su mano, Bruno pudo notar a su hermana dar una patada. Un escalofrío recorrió todo su cuerpo y una sonrisa inevitablemente se formó en su rostro, mientras una lágrima se deslizaba por su mejilla.

Su hermana.

La hija de Merlí.

El recuerdo de su padre lo invadió: las clases donde citaba a los filósofos más interesantes, su forma de ver la vida y como los incitaba a cuestionarse todo. Él los animaba a celebrar la edad que tenían, a saborearla a cada instante. A sacar lo mejor de sí mismos, aunque fuera en momentos intrascendentes.

Estas lecciones de vida eran la herencia más valiosa de Merlí y Bruno no era capaz de ignorarlas y sumirse en la autocompasión. Ya no más. No cuando tenía una hermana en camino.

Esa noche se propuso seguir adelante, dejar todo lo malo en el pasado –donde pertenecía– y centrarse en el futuro.

Había encontrado una razón para seguir.

Unas semanas más tarde, su hermana llegaría a sus vidas dando la nota tras un parto complicado, y por fin se daría a conocer su nombre.

Mina. Por Merlina. En honor al mejor profesor que Bruno Bergeron había tenido.

🍒

¡Hola!

Les traigo el primer capítulo de esta historia que surgió luego de ver el tráiler de la segunda temporada de Merli Sapere Aude.

Aunque esté ubicada temporalmente en la segunda temporada de la serie, no quiero basarme en esta, sino más bien inventar como me gustaría que se den las cosas. Aún así puede que encuentren varias similitudes más adelante.

De seguro notan que saco bastantes cosas de los libros de Héctor Lozano, la verdad es que amo los libros de Merlí y me sirven de guía para lo que quiero contar en esta novela.

Bueno, sin mucho más que decir... espero que hayan disfrutado del capítulo y me tengan paciencia si tardo en actualizar más adelante porque sigo en las interminables épocas de exámenes.

Los votos se agradecen al igual que los comentarios ❤

Yo no soy MerlíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora