|11| Trabajo nuevo

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El venezolano atendió la llamada una vez se había alejado del grupo. Confiaba en que Pol podría manejarse bien sin su ayuda. Ya había hablado bien del rubio y sabía que a Dino le había caído bien, o al menos le había resultado interesante.

—Samu, ¿ya están en camino? —preguntó nada más descolgar.

Estamos en el hospital...

—¡¿En el hospital?! —se preocupó Ángel —¿Están bien? ¿y Bruno? ¿Qué ha pasado?

Tranquilo, chico. Déjame hablar —hizo una pausa Samuel y el venezolano permaneció en silencio, a la espera de que continuara —. Bruno y yo estamos bien, se trata de su abuela. Cuando íbamos de camino al bar lo llamaron, al parecer se cayó del escenario.

—¡La gran Calduch se cayó del escenario! —se escandalizó el chico. No era un secreto para nadie que admiraba a la actriz —, ¿Saben algo más? ¿Cómo se encuentra?

Bruno acaba de ir a preguntar en la mesa de entrada, espero que nos digan algo. Cualquier novedad te avisaré. Lamento cancelar...

—No te preocupes, cariño —le restó importancia Ángel, lo que importaba ahora era Carmina y su nieto —. ¿Te quedarás con Bruno? ¿Necesitas que vaya?

Me quedaré con él, no te preocupes. Te mantendré informado.

—Vale, vale. Gracias y cuídalo, por favor.

Así lo haré.

Ángel cortó la llamada aún preocupado y al girar se encontró con Pol, que lo observaba fijamente. Parecía que estuviera parado allí desde hace un momento.

—Dino me ha mandado a preguntar sobre tu amigo, el bailarín... ¿habla de Bruno, verdad? —quiso saber el rubio. Había escuchado parte de la conversación telefónica hacia el final, y claramente el nombre del pelinegro resonó.

—Carmina se ha caído del escenario y está en el hospital, aún no hay noticias. Se suponía que Bruno vendría ésta noche, pero ya ves...

—¿La Calduch...? ¿Y Bruno está en el hospital sólo? ¿No deberíamos...?

—No te preocupes, Samuel está con él.

—Samuel —repitió el rubio.

Ángel pareció notar que a Pol aquel nombre no le sonaba de nada.

—Es el nuevo vecino de Bruno.

—Creí que no había otro departamento en su piso —mencionó el rubio, confundido.

—¿En su piso...? Oh, no. Bruno ya no vive con su abuela. Pensándolo bien, creo que en realidad Bruno es el nuevo vecino de Samuel...

—No estoy entendiendo nada, tío —se quejó Pol de las divagaciones del otro.

—Vale, vale. Bruno se ha mudado a un piso de estudiantes y Samuel es un estudiante de psicología buenorro que resulta ser su vecino.

—¿Y por qué está en el hospital con Bruno éste chico? —quiso saber Pol, de repente incómodo.

—Ambos iban a venir esta noche al Satanassa, los invité a verme actuar, ya sabes... —hizo referencia a sus performance como Ángela y el rubio asintió —, pero al parecer a Bruno lo llamaron del hospital y...

—Le has pedido que lo cuide —mencionó Pol recordando su conversación.

—Últimamente Bruno está muy sensible, y sabes cuánto ama a su yaya. Pero si está Samuel con él me quedo más tranquilo —siguió hablando el venezolano, Pol no sabía que contestar ante aquello —, ¿Que tal con Dino? —cambió de tema Ángel.

—Me mandó a la barra y dentro de dos horas verá cuántas copas he vendido.

—¿Y que haces perdiendo el tiempo aquí conmigo? —le reclamó el venezolano mientras le daba un leve empujón hacia la barra —, iré a hablar con Dino. Te avisaré en cuanto Samu me dé noticias.

—Vale.

Pol se dirigió a la barra y comenzó a currar,  sin embargo su mente estaba lejos de las bebidas, los clientes, las mesas, el escenario y el bar en general.

Seguía dándole vueltas a la conversación que tuvo con Ángel, y había notado algo importante, algo que lo incomodaba: desconocía mucho de la situación actual de Bruno.

¿Cómo es que no sabía que el pequeño Bergeron se había mudado? ¿Hace cuánto había sucedido eso? Le resultaba hasta vergonzoso tener que enterarse por el venezolano de aquello.

Había sido estúpido al pensar que, en todo ese tiempo, las cosas seguirían igual. Muy dentro suyo, Pol había guardado las esperanzas de que todo permanezca de la misma manera.

Esperaba que al encontrarse con Bruno, éste no le guardara rencor por la discusión que habían tenido y volvieran a llevarse como siempre. Esperaba que nada cambiara.

Pero las cosas habían cambiado, para ambos. Por un lado, Pol estaba enfermo de VIH, mentía y alejaba a las personas, se aislaba y callaba. Por otro lado, Bruno se había mudado, aparentemente salía con un tal tío buenorro que resultaba ser su vecino, ¿mantenía sus amistades? Con Ángel sí, al menos, ¿habría vuelto a danza? Lo habían nombrado como el bailarín... ¿por qué Ángel decía que estaba muy sensible últimamente?

No tener seguridad en sus respuestas (que eran pocas) le molestaba, aquella sensación de incomodidad hacia aparición nuevamente.

Intentó concentrarse en el trabajo, aquello mantenía su mente ocupada en otras cosas y lo agradecía. De hecho, la idea de trabajar ahí cada vez le pintaba mejor.

—No te afeites, me hace falta el perfil "cazador de bisontes" —le dijo Dino, dos horas más tarde.

—¿El trabajo es mío?

—La lealtad es un sentimiento que está por encima de la ambición, sinceramente te veo pinta de golfa. Sólo te pido que no me falles. No me gusta sentirme traicionado.

Pol se quedó un momento en silencio, luego bajó la cabeza, rendido.

—No voy a trabajar aquí, Dino. Soy un pequeño traidor. Hoy he traicionado a mi padre, y a una amiga. Me paso el día fingiendo delante de todo el mundo y no sé hacer cócteles —se descargó el menor. Hizo una pausa para tomar aire antes de continuar: —. Sólo intento vivir.

El dueño del bar lo observó en silencio durante un momento, y tomó una decisión.

—Ven conmigo —le pidió.

Ambos se dirigieron detrás de la barra, donde Dino buscó algunos condimentos y luego le dió indicaciones al rubio para que éste aprendiera a hacer cócteles. Pol hizo todo lo que le indicaba.

Luego de agitar la bebida como si le estuviera haciendo un masaje en los huevos al mismísimo Zeus (en palabras de Dino), Pol sirvió la bebida para que el mayor diera su veredicto.

Dino bebió, pero no dijo nada. Simplemente volteó a buscar las llaves del bar.

—Hoy cierras tú, para que veas que confío en ti —le entregó las llaves —. "Pol" no me gusta, te llamaré "Apolo".

🍒

¡Hola!

Les traigo el segundo capítulo del día, espero que lo disfruten.

Una semana complicada me espera por lo que supongo que tardaré un poco con la siguiente actualización.

Gracias por leer, comentar, votar y agregar la historia a sus listas de lectura, es lindo recibir tanto apoyo ❤

Yo no soy MerlíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora