|19| Y punto

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Luego de que Bruno cortara la llamada, una idea estaba dando vueltas en la cabeza de Pol. Las palabras del pelinegro se repetían en su cabeza y pensó que sabía como encaminar su respuesta al famoso dilema. Sin embargo, no pudo seguir pensando mucho más tiempo en eso ya que Biel apareció. Ambos habían quedado en ir juntos a la reunión sobre el debate. Se encontraban nerviosos.

—Con el rector hablas tú.

—No, hablamos los dos —le contestó el rubio.

—Bueno, ya veremos —Biel no sonaba muy convencido —. Si me bloqueo échame un cable, ¿si?

—Estará la Bolaño, nos calmemos —pidió Pol.

—Me pican los ojos, no he dormido en toda la noche.

—¡No jodas!

—Bueno, con los nervios empecé a leer el Banquete de Platón sin parar y me estallará la cabeza.

—No exageres, Biel —le pidió Pol, mientras pensaba en que quizá él también debería leer aquel libro, y así estar más preparado.

—¡Lo digo en serio! Tengo el cerebro medio comido de leer tanta filosofía e intentar entenderlo todo. Me obsesione con sacar buenas notas y lo estoy pagando —seguía quejándose el menor ante la mirada de Pol —, ¡ya estoy cansado de pensar!

—Claro, es que pensar agota. Ahora entiendo tu discurso contra la filosofía —se burló de su amigo.

—Bueno, contra la filosofía tampoco.

—Tómatelo con más calma.

—Es que me cuesta mucho. Mira, la mayoría de la gente toma esta mandarina, la come y ya está —le dijo, enseñando la mandarina que sostenía en su mano por delante de sus cabezas —. Yo no. Yo la tomo, la miro y pienso ¿por qué existe la mandarina? ¿de dónde viene y a dónde va la mandarina?

Pol sonrió ante las divagaciones del chico y, con una sonrisa, le quitó la mandarina. Debían entrar a la sala de juntas y vender una propuesta diferente.

—La idea es convocar a los alumnos a un debate abierto que tendría como punto de partida el famoso Banquete de Platón —empezó hablando María Bolaño —. Se trataría de hacer la recreación del Banquete en el paraninfo.

Desde un inicio ya ponían resistencia a la idea. No les permitían el uso del paraninfo y querían que su inauguración sea con un acto institucional.

—Claro, le cerremos las puertas del paraninfo a los alumnos —habló la catedrática y volteó a ver a ambos chicos —, ¿pero quiénes se creen?

Ambos se observaron por un momento y Biel tomó la palabra.

—Las ligas de debates son un palo —empezó diciendo y Pol ya quería que la tierra se lo tragara —. Son concursos en donde unos ganan y otros pierden. Con nuestra idea todo el mundo gana.

Tal como prometió Pol, hablarían juntos con el rector. Así que decidió apoyar a su compañero.

—Claro. Imaginen las mesas con comida para todos, y nos dirigimos a los asistentes para empezar un debate sobre filosofía, sobre el amor, sobre la vida...

—Y al final un pica-pica para todo el mundo, para inaugurar el paraninfo —continuó Biel. Pol asintió a favor de la idea.

—Romperiamos la imagen que hay de los estudiantes de filo —dejó caer Pol.

—¿Y qué imagen hay? —preguntó con curiosidad el rector. Pol sonrió.

—De aburridos.

La idea ya estaba aceptada, sólo faltaba el nombre del acontecimiento. Este fue aportado por Biel: "Banquete contra la filosofía".

Yo no soy MerlíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora