|24| Amanecer

520 48 16
                                    

-Pregunta lo que tienes dando vueltas en tu cabeza -habló Samuel.

Él y Bruno estaban recostados en la arena, mirando al mar. Unos metros por detrás se encontraban Ana, Sara y Ángel hablando sobre la fiesta y compartiendo fotos que habían hecho. A su izquierda, algo más lejos, estaban los estudiantes de filo, Arnau y Amy.

Ir a ver el amanecer había sido idea de Oti, quien invitó a sus amigos, ellos invitaron a Ángel y él a los demás.

-¿De qué has hablado con Pol? -preguntó sin dar vueltas el pelinegro, era un esfuerzo inútil ante su novio.

-De ti -respondió simplemente. Una sonrisa se formó en su rostro al notar la mirada de Bruno clavada en su rostro -. Cuando ustedes se fueron me acerqué a preguntarle que tal estaba. Me dijo que bien, aunque no era del todo cierto, por lo que decidí hacerle compañía por si necesitaba ayuda. Aproveché para preguntarle por ti.

-¿Y por qué hiciste eso? -quiso saber el pelinegro. No estaba molesto, sino más bien nervioso por lo que podría haberse revelado durante esa conversación. Sabía que debía hablar con Samuel sobre el rubio, era una charla que no podía evadir por mucho más tiempo, pero quería hacerlo él mismo y no que se entere por alguien más.

-¿Quedarme con él o preguntar por ti?

-Preguntar por mi... ambas, de hecho -respondió Bruno tras pensarlo un momento. Samuel río un poco.

-Me quedé porque ¿soy buena persona? No lo sé, Brunito, cuando le vi tenía las manos en la cabeza y hasta parecía que le costara respirar, no pude simplemente alejarme. Sabía que iba a tener esa vocecita acusadora en mi cabeza durante días.

-Así que no fue porque pensabas aprovechar de hablar de mi... -lo picó un poco Bruno, sonriendo levemente. Samuel si era una buena persona.

-No, lo juro, eso fue un plus -le guiñó el ojo, mientras alzaba una mano a modo de juramento. Bruno rodó los ojos.

-Y... ¿qué dijeron? -preguntó dudoso el pelinegro.

-Me dijo que habían sido amigos en el bachillerato y que luego perdieron contacto en la uni por su culpa.

-¿Dijo que por su culpa? -preguntó algo sorprendido el pelinegro.

-Así es -respondió Samuel. Tras unos segundos de silencio, añadió: -. Creo que te extraña.

-Pues crees mal.

-Sólo dije 'creo' para no incomodar, a nadie le gusta un sabiondo, pero estoy seguro de eso.

-¿Cómo podrías estarlo? Acabas de conocerlo -le insistió Bruno, negándose a creer que aquello sea real. Además, tenía razón; si bien Samuel y Pol sabían de la existencia del otro hace tiempo, esta debía de ser la primer conversación que mantuvieron.

-Porque le pedí que me hablara de ti durante el bachillerato, y pude notar esa nostalgia que sientes cuando extrañas a alguien. No sé que habrá pasado entre ustedes para que se distanciaran, pero se siente culpable de aquello también.

-Samu... hay algo que no te he dicho -habló Bruno tras asimilar las palabras de su novio. No podía seguir escuchando aquello sin aclarar su complicada relación con el rubio -. Mi relación con Pol es más compleja de lo que parece... quiero decir, nunca fuimos nada, pero...

-Estabas enamorado de él -no era pregunta. Bruno se quedó mirándolo fijamente sin saber que decir, al parecer al moreno no se le escapaba nada.

-S-si -confirmó algo nervioso, carraspeó para aclararse la garganta y continuó: -. Pol me rechazó, nos enrollamos, me volvió a rechazar, nos arreglamos. Me fui a Roma y comencé a salir con Nicola. Cuando volví seguíamos en plan amigos. Me mudé a Roma y perdimos contacto. Corté con Nicola, regresé y él estaba de novio con mi mejor amiga. Luego pasó lo de mi padre, la uni, y bueno...

Yo no soy MerlíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora