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Se aferró a su cuello mientras YiBo se preparaba para entrar en él. Lo hizo muy despacio, sin apartar la vista de su cara, de sus gestos, de su pecho que subía y bajaba agitado al notar la intromisión. Los brazos a lo largo del cuerpo estaban relajados y, cuando YiBo acabo de penetrarle, su expresión se crispó durante unos segundos pero, al llegar a su punto prostático comenzó a jadear sorprendido y sonriente. Él se detuvo ahí durante un momento mientras iniciaba el movimiento de caderas adelante y atrás escuchándole acelerar la respiración, aumentar los gemidos, pedirle más, lo quería todo de él y se lo dio, acariciando su vientre, los pectorales, aferrándose a sus caderas para aproximarlo más a su cuerpo y ambos alcanzaron el clímax casi a la vez, sudorosos, fuertemente abrazados, dejándose caer después uno junto al otro sin dejar de mirarse y sonreír.

-Nunca me cansaré de ti, le repitió YiBo. De hecho, ya no sé cómo podría vivir sin ti, añadió.

Zhan le estrujaba contra él llenándole toda la cara de besos.

La tormenta seguía arreciando fuera mientras ellos se apretaban bajo las sábanas, recobrando el ritmo normal de su aliento. Fue entonces cuando Zhan le preguntó cómo le había ido durante la cena mientras le veía fruncir el entrecejo con preocupación. Le contó detalladamente todo lo que le había dicho su padre y él también se unió a su inquietud.

-¿Qué vas a hacer?, ¿tienes algún plan? Desde ahora te digo que puedes contar conmigo para lo que sea, os voy a ayudar en lo que pueda.

-Me imaginaba que responderías eso y te lo agradezco, no te dejaré al margen, te lo prometo... y, no, no se me ha ocurrido nada todavía pero, confió en que encontraremos una solución juntos mañana, cuando vayamos a mi casa, hablemos con mi padre y veamos cómo está la situación. Sé que es mucho pedir y no será fácil pero...

Zhan puso sus labios sobre los de él para pedirle silencio.

-Vamos a dormir ahora, no te preocupes más por esta noche, ¿de acuerdo?

-De acuerdo, le respondió mientras le abrazaba y él se acurrucaba en su pecho abrazándole también.

Poco después le escucho respirar tranquilo; se había dormido y él se dispuso a hacer lo mismo mientras esbozaba una sonrisa al verle así, seguro y confiado entre sus brazos porque ya se le había ocurrido una cosa, una estrategia muy sencilla e infalible que los iba a sacar del apuro. Entre todos la pulirían, aportarían nuevas ideas, sopesarían los pros y los contras y ya podían empezar a llevarla a cabo sin más demora.

Se despertaron temprano los dos y seguían abrazados. Lo primero que tuvo YiBo fue un besito en la punta de su nariz seguido de otro en los labios. La mañana era esplendida, el cielo estaba muy azul y despejado de nubes y la sonrisa de Zhan lo iluminaba todo en la habitación.

-Encontré un plan, le dijo muy contento y animoso. Si quieres, nos vestimos, desayunamos y nos vamos hacia tu casa antes para ayudar a tu padre a buscar los documentos necesarios. Podemos comer juntos allí para no perder más tiempo. Mañana tenemos que regresar a ChongQing a trabajar y me gustaría que lo llevásemos todo bien preparado, sin ningún cabo suelto.

Estas palabras emocionaron mucho a YiBo que no sabía cómo agradecerle su interés y su generosidad para con ellos y se contagió de su entusiasmo, saltando de la cama para arrastrarle con él a la ducha tomados de la mano. Ni siquiera le pregunto por su idea y se limitó a besarlo bajo el agua mientras le enjabonaba por todas partes, jugando con él, riendo divertido cuando Zhan trataba de escabullirse mientras le lavaba el pelo para que no se le metiera el champú en los ojos.

Tras un delicioso desayuno que prepararon entre los dos, estuvieron hablando un rato sentados a la mesa.

-Aun no puedo decirte nada sobre lo que se me ha ocurrido porque, necesitamos saber primero los detalles de la sociedad de tu padre con este hombre y las existencias que aportó. Tenemos que tener en cuenta varios puntos a tratar para que pueda quitárselo de encima y no salir perjudicado. Por nuestro trabajo, conocemos a mucha gente, sabemos movernos muy bien por el mundo de las antigüedades y su mercado, las transacciones, los negocios que se montan en torno a ellas y demás. Todo estaría dentro del marco legal, no te preocupes pero, aun así, creo que necesitaremos algo de ayuda de otras personas de nuestra total confianza. No estoy muy seguro de que podamos llevarlo a cabo los dos solos.

-Yo también había pensado en eso desde el principio, cuando me enteré de todo y creo que entre los tres lo conseguiremos; mi padre no querrá mantenerse al margen y hará lo posible por ayudarnos. ¡Y mi madre!, estoy convencido de que ella será la más activa, ya verás.

Ambos sonrieron a la vez pensando en Meilin. Recogieron las cosas, hicieron limpieza y bajaron al aparcamiento del sótano donde YiBo tenía su moto. Zhan hizo un gracioso mohín arrugando su nariz y poniendo cara de susto al ver aquel cacharrazo. YiBo rió mientras trataba de tranquilizarlo poniéndole la cazadora de cuero que había traído para él y ajustándole un casco. Arrancó la maquina y esperó a que subiera detrás, soltando una carcajada al verlo agarrarse a él todo lo fuerte que pudo, apretando su estómago. Un rato después habían llegado a la casa, trayecto del que apenas se enteró porque iba casi todo el tiempo con los ojos cerrados. Se bajó enseguida quitándose el casco mientras YiBo no paraba de reír y bromear con él dándole golpecitos cariñosos y pinchándole con el dedo. 

Los padres les recibieron muy contentos y, tras los saludos y unas cuantas palabras más de agradecimiento, pasaron directamente al despacho del Sr. Wang para tratar el tema del socio. El hombre casi no pudo dormir en toda la noche y se había levantado antes del amanecer para buscar los papeles que le pidió su hijo; los tenía amontonados encima de la mesa.

EL PINTOR DEL ÁTICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora